La vedad es que no sé por dónde empezar… Compartí mesa con Oscar Rosa, comentario que precede a este, así que la tónica será la misma. He preferido dejar reposar un poco lo que allí vivimos, porque creo que con el cabreo que llevábamos todos ayer la valoración no hubiera sido todo lo justa que debiera.
Local amplio, con unas buenas vistas, aunque no deja de ser una playa abarrotada de gente, cosa que no me acaba de gustar, aunque imagino que en invierno la cosa cambiará y se podrá disfrutar de mejores vistas. El comedor es amplio, las mesas cómodas aunque las sillas son demasiado altas para la mesa y acabas comiendo ligeramente encorvado.
Comida para 10 personas, encargamos un arròs del senyoret, recomendado telefónicamente y al que accedimos por su buena fama. Ya en el restaurante pedimos los siguientes entrantes.
Detalle de la casa un gazpacho con guacamole bastante rico, fresquito y original. La cosa pintaba bien...
Buñuelos de brandada de bacalao, que no lo son. Me explico: la diferencia entre un buñuelo (o la gracia) es que no lleva rebozado, máximo se pasa por clara de huevo, antes de meterlo a freír. Si empanas, es una croqueta, así de simple. De sabor muy buenas, al margen del problema sintáctico, pero no son las mejores que he probado, pese a ser las más caras que jamás que pagado. A 3€ la croqueta, pedimos dos por barba, nos gastamos 60€ en croquetas…
Sepionets de playa a la brasa. El sabor de la brasa la verdad es que no lo encontré, pero tampoco tengo que dudar del cocinero. Bien de sabor pero ojo, el tamaño es inferior a una moneda de 1€, aunque la pieza sale por casi 1,5€...
Verduras en tempura con polvo de romescu. De nuevo un plato correcto, no brilla más que la escasez de un plato de verdura sencilla a 10€ la ración.
Callos como los hacía mi madre, en los que se añade en la carta (recomendado por la crítica especializada). Creo que el mejor plato de la comida, para mi gusto, muy light, pero imagino que también en verano los harán menos contundentes, así que nada que objetar. 16€ una ración correcta como tapa.
Y el arròs del senyoret, muy bueno, la verdad. Para mi gusto le faltaba algo más de sabor, pero con el punto perfecto y las gambas y sepia bastante buenas.
De postre probé la torrija con helado de leche, bastante buena. Nota: la foto es del postre que llegó con el helado menos derretido, el resto de torrijas estaba sobre una sopa templada de leche, algo normal desde el punto de vista físico, ya que el agua descongela rápidamente tras más de 15 minutos sobre la barra de un restaurante.
De beber tomamos Recaredo Brut Natura GR 2008 y Do Ferreiro 2010. Copas de buena calidad y servicio que se limita a servir la primera la copa y poco más (tampoco necesito más). La carta de vinos me gustó mucho, con una buena variedad y precios algo subidos pero sin ser escandaloso.
Creo que no exagero cuando digo que recibí el peor servicio que jamás he padecido. Hasta tres veces pedimos los cafés (una se había borrado de la PDA con la que toman nota, la segunda se les había olvidado y la tercera nos dicen que se han quedado sin tazas). Más 20 minutos para traer la cuenta y cuando la volvemos a pedir ponen cara de póker y entonces la piden “de verdad”, y otros 15 minutos más. Entre plato y plato servicio lento, horroroso, esperas interminables. Sin vino ni agua en la mesa más de 15 minutos, sin pan que tuvimos que rogarlo porque se enfriaban los platos. Hasta tres veces para pedir la segunda botella de vino (eso sí, nos ahorramos por lo menos dos botellas de vino que hubiéramos pedido), otras tantas para la tercera…
Y entonces toca reflexionar… ¿A qué vienen esos precios desorbitados? ¿Qué pago? ¿El entorno? Cuestión de gustos, pero a mí, la verdad, el paseo de una playa en verano no me seduce en absoluto. ¿La calidad del producto? Verduras, brandada de bacalao (nos gastamos 10.000pts en croquetas), sepionets a precio de ostras Gillardeau… No logro entenderlo. ¿El servicio? Me ahorro los comentarios… Tanto nosotros como la mesa que teníamos cerca acabamos desesperados. Me puse a servir el arroz que sobraba en la paella para los que quisieron comer un poco más, tuve que levantarme para servir el cava (era mejor que pasar la botella goteando de la cubitera) y ninguno de esos 4 ó 5 camareros paseantes se acercaron a "ayudarme" (o les estaba ayudando yo... ya no lo sé)
Si a esto le sumas que cuando entras te presentan un panfleto panegírico de las excelencias del cocinero y el restaurante, que algunos platos son aclamados por la crítica (ver los callos), etc, etc… te planteas aquello del morir de éxito. ¿De verdad Manuel Alonso sabe lo que pasa en su restaurante?
Sinceramente, aún se me queda cara de tonto cuando pienso en toda la sucesión de despropósitos que ayer padecimos en este restaurante al que, con lo que nos costó salir de allí, no creo que vuelva.
Nota 30/7/2014: Creo que es justo decir que Manuel Alonso, propietario del restaurante Casa Manolo, se puso en contacto conmigo para disculparse y expresar su decepción por el servicio que recibimos. Si al final estas valoraciones sirven para mejorar, quedo satisfecho y vuelvo a agradecer, ahora públicamente, la llamada de Manuel que estaba bastante afectado, ya no por la valoración, sino por no haberse percatado de los problemas de sala de ese día.
De no hablar de mi cerveza que después de pedirla tb sobre 5 veces todavía estoy esperándola.
Que fuerte.
Tendríamos que hacer más uso de la hoja de reclamaciones que para eso está. No se puede consentir que con lo que te cobran te den tan mal servicio y si encima parece que no les preocupa en absoluto, pues oiga, una reclamación que siga su curso y que les emborrone un poco el historial. Además, algo de pupa les debe hacer, porque en cuanto mencionas hoja de reclamaciones, les sienta a cuerno quemado.
¿Y por qué no pusisteis cada uno una hoja de reclamaciones? En un día el restaurante habría tenido 10 y a ver si así el dueño se da cuenta de lo que está pasando en su local.
Pues como salimos tan envenenados Penélope, lo pensamos y comentamos viniendo para casa.
Pero eran tal las ganas que teníamos de salir de allí que en ese momento ni se nos ocurrió.
Era lo que realmente merecía.
Yo no se sí se dará cuenta Laura, pero por lo menos su Jefe de Sala si es que él no se entera, debería tenerle informado, por el bien del negocio y de su propio trabajo.
Lo peor de todo es la sensación con la que te vas de descontento pensando que podías haber ido a otro sitio en el que te hubieran atendido mil veces mejor.
¿Y el Jefe de Sala no os dijo nada? Es que me parece muy extraño que se descuide tanto a la cliente, precisamente es lo que sustenta la base del negocio.
Pues le pidió disculpas a Dani C pero vamos ,tampoco muy entusiasmado y cuando ya estábamos saliendo del local.
Creo que hubiera tenido que transmitir nuestro malestar al dueño y este haber sido el que hubiese dado la cara y no haber estado en la terracita como bien dice Dani ó hago mención yo en mi comentario, sentado tranquilamente como sí nada estuviera pasando dentro del local.
Bueno, no hagamos más leña del árbol caído... El caso es que salimos bastante defraudados y aún por la noche continuamos con el tema, así que por mi parte, borrón y cuenta nueva. Es una lástima el no haber disfrutado de un restaurante al que llevaba años queriendo ir.
Pues el trabajador cobra a final de mes y muchas veces no se da cuenta de que el cliente es quien le da de comer, no su jefe. En fin, que si este comentario sirve para que levanten las orejas y se miren mínimamente el ombligo, me doy con un canto en los dientes. Espero de veras que las cosas cambien y nadie sufra lo que nosotros.
Pues eso, Dani, pasado está y ya no hay remedio, por mi parte tema zanjado.
nosotros hemos ido bastantes veces pero nunca en domingo,los precios siempre han sido altos pero la
calidad acompañaba.recuerda que te recomende el gloriamar en piles,cuando no hacen los platos
orientales,la comida es muy parecida a casa manolo pero de precio mas comedido.
Ya, a eso me refería precisamente, que no nos acordamos de ese recurso cuando precisamente su función es recoger ese descontento y decepción. Además de marcharte envenado le dejas el regalito y que vaya haciendo "marcha". Es triste que te arruinen ya no una comida o una cena sino una "experiencia" que se pretende agradable en inicio por incompetencia o simplemente pasotismo.
Yo tampoco, hace muchos años rellené una en un bar en el que nos sirvieron como desayuno unas ensaimadas del día anterior, al pedir que nos las cambiase (porque también las había recién del día, el propietario se puso hecho un energúmeno. Ante esa actitud pusimos la reclamación y entonces montó un pollo que ni te cuento. En ese momento me di cuenta de lo que le escocía y del efecto de las reclamaciones. La otra la puse en un comercio.
También es verdad que nunca he tenido una experiencia como la vuestra pero si me pasa procuraré no olvidarme de la hoja de reclamación.
El cliente es la base, y creo que no son conscientes del efecto que produce el efecto "boca-oído-boca" y aún más importante, Internet y las Redes Sociales. A la larga todas esas actitudes pasarán factura y como dices tú espero que les sirva para darse cuenta y cambiar porque sino lo llevan crudo...
Ahora lo que toca es ir a otro restaurante, sacarse esa mala sensación y dejar correr el agua ;)
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