Restaurante Casa Manolo en Daimús
Restaurante Casa Manolo
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
30,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Nunca
Nota de cata PRECIO MEDIO:
68 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.7
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.0
Comida COMIDA
7.7
Precio medio entorno ENTORNO
8.1
RCP CALIDAD-PRECIO
6.2
Torrija con helado de leche
Tempura con polvo de romescu
Chipirones a la brasa
Gazpacho y guacamole
Croquetas de brandada de bacalao
Callos
Arròs del senyoret
Restaurante frente al mar
torrija caramelizada
mero en all i pebre
rape
Navajas gallegas
Buñuelos de brandada de bacalao
Opiniones de Casa Manolo
OPINIONES
35

Ayer decidí darle una segunda oportunidad a este conocido restaurante situado en un bonito punto en frente del mar en playa Daimuz. Invité a mi familia a degustar las joyas de Casa Manolo, sus navajas, chipirones en salsa romescu, buñuelos de bacalao, foie, gamba roja, verduras en tempura, sepionet, todo bañado por un impromptu, un blanco seco Utiel-Requena,bueno, aunque excesivamente caro. Digo una segunda oportunidad porque juré no volver desde que hace un año presencié como Manolo hijo montaba un circo bastante desagradable a úna pareja de jóvenbes que se sentaron en la terraza a degustar unas navajas y un par de cervezas para irse después a seguir paseando...parece ser que a este señor no le apetece preparar una mesa para que sea ocupada 15 minutos y obtener a cambio 25 €uros. Aún así, volví queriendo pensar que fue un mal día...nos trataron bien, la cena fue aceptable pero no excelente, el servicio de vino es bueno, pero no puedo entender cómo este tipo de restaurantes dónde por unos entrantes te sacan 60 €uros por cubierto no son capaces de controlar el dichoso aire acondicionado. Cenamos sólo pensando el como sobrevivir al siberiano ambiente logrado con esmero por alguien que sufre de hiperhidrosis extrema. La espera para recibir la cuenta se hizo una odisea mayor que la de Ulises con los apéndices apunto de colapsar en morado entumecido...No voy a darle una tercera oportunidad aunque reconozco que la cena fue aceptable antes de conocer finalmente la cuenta!

Desde hace unos cuuantos años, Casa Manolo ha sido para mi una referencia, un lugar al que he ido con alegría porque sé que voy a pasar un rato muy agradable atendido por buenos profesionales, en un local perfectamente acondicionado, confortable y en un entorno inmejorable.
Sin embargo, en mi última visita, he comprobado con cierta preocupación que este gran restaurante no se encontraba al mismo nivel de excelencia al que nos tiene acostumbrados.
Los entrantes: Tellinas , sabrosas pero con un poco de arena; Puntilla muy bien presentada pero ración justa ; Témpura de verduras, correcta pero con demasiado protagonismo del rebozado; Espencat, algo monótono.
El arroz de bacalao, col y boquerones no estaba del todo mal, pero desde luego esperábamos mucho más, y no nos gustó la peregrina combinación de un clásico con los boquerones.
La torrija con helado de leche de postre, francamente destacable.
Infusiones perfectamente servidas, con reloj de arena y tetera adecuada.
Lo que nunca falla es el sumiller: el servicio del vino excelente, un 10.
Lo peor: el servicio lento, lentísimo. Nos sorprendió que en un restaurante donde nos han tratado siempre tan bien hayan descuidado un aspecto tan importante.
Seguiremos visitando Casa Manolo, pero que no se duerman en sus laureles. Hoy en día hay mucha y variada competencia, y no pueden descuidarse si quieren continuar en primera fila además de en primera línea de playa.

Poco que añadir a las descripciones del local, totalmente de acuerdo, amplio, bien acondicionado, con vistas inmejorables y una bodega que da mucha envidia.
Las cartas,tanto de vinos como de platos, deliciosas, dan ganas de probarlo todo.
Tomamos dos vinos, muy bien servidos y en su punto de temperatura.
Aperitivos a cargo de la casa, crema de coliflor y caramelo de kikos relleno de guacamole.
De primeros, buñuelos de brandada de bacalao, cocochas de bacalao en tempura y ravioli de mariscon con patata y boletus, impresionante.
De plato pincipal, fideos melosos con marisco, para quitarse el sombrero.
Postres quesos y bizcocho de chocolate, con oloroso.
Copas, vasos y tazas de café, Riedel.
Cava de puros y amabilidad

http://www.ojoalplato.com/archives/1338

Nueva visita a este restaurante que a mi parecer es un emblema de su zona. Por el cuidado de todos los detalles, el trato del personal y la calidad de la comida se hace de visita obligada, en mi caso, siempre que voy aprendo algo que intento traer en la medida de la posible al restaurante.

En cuanto a las sala, mesas amplias y con unas vistas al mediterráneo que me producen una envidia casi insana.Como comentaban anteriores foreros la cava es enorme, elegante y preside una sala que consigue cierta intimidad a pesar de las dimensiones.

El servicio del vino es de manual; se envinan las copas, se decantan los caldos que así lo exijen y Marcos desempeña su función de sumiller de modo impecable. La carta de vinos es extensa y variada. En esta ocasión tomamos un Juan Gil, referencia que no conocía y que me parece que guarda una relación calidad precio impresionante. Las copas Riedel.

A mi parecer donde destaca de forma especial es en el trato al cliente de mano de Manolo todo el personal es perfectamente orquestado. El trato es cercano pero respetuoso midiendo muy bien el tipo de cliente. En nuestra segunda visita nos sentíamos como en casa en una gran labor de RRPP.

La cocina muy buena, asesorados esta vez por el "amo de los fogones" (JuanCar) nos decidimos por probar el arroz que tantos premios atesora de pichón y trufa. Una presentación muy diferente a lo habitual en aro con láminas de trufa recubriéndolo y una salsera aparte con una salsa que termina de darle un sabor a "monte" muy característico. Bueno y diferente, para probarlo (aunque ya nos comentó Manolo que como lo trabajan con trufa fresca en breve tienen que sacarlo de la carta porque el producto comienza a desaparecer del mercado).

Terminamos pidiendo un oporto, cafés y un puro (terreno en el cual Marcos volvió a demostrar su profesionalidad llevando a cabo toda la liturgia de encendido). Cierre perfecto para una comida de aplauso.

Un lugar en el que se disfruta de la vista, del entorno, de la comida, del vino y, antetodo, del trato lo convierten en una cita más que recomendable. Con el permiso de Manolo seguiré volviendo a ver qué idea le robo a mano armada y qué nuevo proveedor consigo arrancarle para mi humilde casa.

Llegamos recomendados por un amigo de Gandía, y de primeras sorprende. Junto a la playa con una vista al mar espectacular esperas antes un chiringuito de playa que lo que finalmente encuentras; un restaurante con la sala cuidada hasta el mínimo detalle. Mucho espacio, mesas amplias y al fondo de la sala una cava con enorrrrrrrrrrme, la envidia de cualquier aficionado al vino.

Empezamos con 2 martinis y más tarde, ya con los entrantes, descubrimos un vino para el recuerdo, Palacio de Bornos Vendimia Seleccionada!!! El sumiller, muy atento, se encarga de toda la liturgia, perfecto.

En cuanto a la comida aconsejados por Manolo nos dejamos llevar y empiezan a llegar "picaditas" a la mesa. Unos buñuelos de brandada de Bacalao que quedarán en el recuerdo, kikowaka (un crujiente relleno con aguacate, delicioso). Nos recomienda las "espardenyes" y ciertamente estaban para quitarse el sombrero. De plato principal un arroz de pichón y trufa que ha ganado varios concursos de cocina, y estaba pues eso "de concurso".

Botella de Champagne e, invitados por el sumiller, una crema de Calvados sorprendentemente sutil.

El trato muy cercano, nada que ver con los restaurantes de su estilo donde el servicio resulta a veces un tanto distante y altivo. Hicimos una larga sobremesa y, en ningún momento se percibía inquietud ni "ganas" de echarnos.

En resumidas cuentas un lugar para volver y repetir. La RCP ajustada para el trato, la cocina y la calidad de la materia prima. Mi chica y yo lo hemos nombrado nuestro descubrimiento gastronómico del año; quedan pocos lugares de élite donde se siga haciendo cocina honesta a un precio ajustado. Enhorabuena!!!

Manolo aconseja bien ademas de ir como una moto, hay q ver lo q controla la situacion,
vistas al mar en primera linea, salon comodo , servicio muy bueno,
entradas buenisimas, buñuelos de bacalao, xipirones rebozados, jamon excelente....i de ahi al arroz caldoso con sepia i cigalas.........meeeeeeeeeeeel
aqui probe el impromtu, vino blanco q seguia y no conseguia, los postres de vicio.
volvere seguro
Recomendable.

Restaurante en primera linea de playa. A la entrada hay una barra para tapas y aperitivos. Amplios comedores , con separacion efectiva de fumadores y no fumadores. Si consigues una de las mesas del ventanal se tiene una muy buena vista de la playa. Buena separacion de mesas, con cristaleria, vajilla y manteleria correctas. La cuberteria es mejorable.
Comida marinera basada en una muy buena materia prima. Tomamos diferentes entrantes, con mencion especial a los "sepionets" que estaban francamente insuperables. El punto de coccion era el justo para que al morderlos, la tinta en su interior estallara y6 se mezclara con el pescado dando una muy buena sensacion.
De segundo un excelente arroz de cigalas, sepia y berberechos. Punto de coccion perfecto con un enorme sabor que lo hacen absoilutamente recomendable. De postre unas muy buensa torrijas con helado de leche.
Buen servicio de sala., amable, rapido y atento. Muy buena carta de vinos con referencias muy variadas , tanto nacionales como del extranjero. Buen servicio del vino, con envinado previo.
El precio es sin vino.

La situacion del restaurante es escelente, nos atendieron y aconsejaron muy bien, primorosa carta de vinos, los entrantes deliciosos bien presentados y originales, y el arroz......... eramos 4 y todos coincidimos que inmejorable.

Estuvimos el viernes pasado y nos encanto. sitio envidiable, trato excelente a cargo de Manolo y commida muy buena y bien presentada, nada de artificios ni saltos mortales que no conducen a nada y acaban aburriendo.
es aconsejable dejarse aconsejar por Manolo que nos trato muy bien al igual que el resto de personal.
fantasticos los buñuelos de bacalao, gambas cigalas y el arroz de bogavante buenisimo
buena carta de vinos y precio a corde con todo.
para mi el mejor restaurante de la zona sin lugar a dudas.

Restaurnate mas que laureado,al que sin encontrar fallos no puedo subir a los altares,creo que la gastronomia en Valencia ha evolucionado lo suficiente como para creer que una buena materia prima con una cuidada presentacion haya que pagarse a precio de diamantes.

El servicio de vino fue excelente,envinado ,cambio de copas y somelier muy atento en todo momento,al igual que el servicio de sala,teniendo en cuenta que estaba a tope y que no deja de ser un restaurante de playa.

En cuanto a la comida,lo dicho buena materia prima pasada por plancha o por freidora sin mucha mas que contar
Desorbitada relacion calidad-precio

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