Restaurante Kiko Port en Oliva
Restaurante Kiko Port
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
25,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
33 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.3
Comida COMIDA
7.9
Precio medio entorno ENTORNO
7.9
RCP CALIDAD-PRECIO
7.0
Copa de yogurt con moras
Arroz a banda
Figatell con calabaza y cebolla
Ensalada pagessa de Formentera
Nueva bodega climatizada de cristal en el propio comedor.
Zona de la barra
Vista del comedor del Restaurant Kiko Port.
Terraza del Restaurant Kiko Port reflejada en la propia entrada.
Imagen de la terraza del Restaurant Kiko Port.
Opiniones de Kiko Port
OPINIONES
7

Primero la comida y luego la historieta: reserva de mesa en la terraza, que si se sabe buscar y se va pronto (para elegir) no te da el sol en toda la comida y con unas vistas fabulosas a la playa de Oliva.
Pedimos un pastisset de gamba y bleda (gambita del Molinell y acelga) y dos cocas de pimiento; todo muy bueno. Luego unas clóchinas que se devolvieron y de las que más adelante cuento. Una sepia en tempura sobre una base de guacamole ESPECTACULAR de frescura y de cocina. Para terminar, una dorada salvaje para compartir con verdurita, muy buena.
Dos cafés y pacharán con dos cañas antes y José Pariente 2013 bien servido y con atención constante del camarero.

Las clóchinas no estaban buenas, quedaban pegadas a la valva y el sabor de las que quedaban sueltas indicaba su falta de frescura; aún así comimos varias de éstas, pero dejamos el plato a mitad por si acaso. Lo dije al camarero quien las retiró. Al poco vino la amable camarera de la otra vez y me dijo que eran traídas del día anterior de la Lonja. Le respondí que no lo dudaba pero que simplemente no eran frescas ni estaban buenas. Ahí quedó todo. Quiero pensar, y estoy seguro que decía verdad pero las clóchinas vienen de Valencia (o Tarragona)en Gandía no hay bateas (que yo sepa) y que las hayan comprado en Lonja el día anterior no garantiza que sean tan frescas: sólo la buena voluntad y criterio del restaurante.

En todo caso, en la factura observé que no habian cobrado ni las clóchinas, ni los cafés ni el pacharán. Lo advertí al camarero quien, tras consulta, me dijo que no lo cobraban por las molestias.

Por eso un diez en saber tratar al cliente, en asumir algo que seguramente no fue su culpa, y que me obliga a rectificar mi opinión en el servicio, ya que la comida, en ambas ocasiones y salvo una cuestión puntual, creo que es muy buena.
Volveré sin duda; aunque es un sitio entretenido porque cada vez me pasa algo, espero la próxima sea una magnífica comida, sin duda.

Empiezo por lo más objetivo que fue la comida: dos croquetas de bacalao MUY buenas, dos empanadillas de gamba/bleda (típico de la zo na por las gambetes o camarones que se pescan en la desembocadura del Molinell u otros riachuelos que desembocan en la zona) MUY buenas; carpaccio con foie y parmesano bueno y unas almejas marinera más que correctas. Una ración de dorada plancha con verduritas, escasa pero muy fresca y sabrosa. Dos cafés, copita de pacharán (servido, ignoro la marca) dos cañas y cava Dominio de la Vega Reserva: total 87:50.

Servicio: al llegar (sin reserva, eran las 13: 15, horario de guiri, y efectivamente sólo habia dos mesas ocupadas con sendos guiris)nos recibe una camarera que nos ubica en mesa para no tener sol(aunque en 20 minutos ya teníamos sol..) Preguntada por "si tenían marisco fresco" nos deja con la palabra en la boca: "un momento" y se dirige al interior del local para comentar cosas seguramente de gran importancia habida cuenta de las risas, con sus compañeros. Al rato (unos 10 ó 15 minutos) aparece un atentísimo camarero al que encargamos la comanda. Se le preguntó si tenía almejas frescas para tomar crudas, nos dijo que sí y encargamos media docena además de los otros platos. Tras gran espera, apareció la cazuela de almejas a la marinera que, en un principio rechacé porque no es lo que había pedido, pero de inmediato ante la perspectiva de esperar media hora más, pues acepté y la verdad, estaban buenas. Disculpas del maître que nos invitó a los cafés y el pacharán. Con la dorada pedí al camarero ( el de las almejas) si podía pedir salsa tártara, siendo su respuesta "¿salsa para tartare?" ante lo cual le pedí que me mandase alguien que conociese algo de cocina. Su respuesta, insolente, fue "que el sabe que es la salsa tártara y que las almejas eran frescas porque no eran congeladas". No hubo más comentarios. La agradable camarera, entre risas y chanzas en el interior con sus compañeros (creo que debía pagar por trabajar ahí) me trajo la cuenta, la pagué, dejando 5 € de propina por aquello de ser bueno con aquellos que te ofenden, y como diría Quevedo: "fuese y no hubo nada".
Lo dicho: comida correcta, pero el servicio....
PS: para un apreciado compañero que en algún post anterior habla de "buen rollito": si lo paga el restaurante, sea bienvenido; para buen rollito ya tengo a mis amigos; cuando voy a un restaurante es para comer bien, con buena atención y con respeto mutuo.

PS.Se me olvidaba: no vi a nuestro compañero Javi: debía estar en Cándido....
PS. Más olvidos: no me parece de recibo ofrecer Gamba de Denia cuando se sabe (por quien lo sabe)que en septiembre están de paro biológico, y será de Calpe o de Gandía. En otros sitios, como Vareta, lo advierten.

de paseo con amigos me llevaron de cañas a este lugar, muy decorado al mas estilo chill out, muy bohemio.
probamos unas deliciosas croquetas de berenjena, unas empanadillas de setas y un arroz con verduritas de temporada, aproximadamente pague unos 20 euros. todo estuvo muy bueno y deseando repetir para probar otras muchas cosas atractivas que vi salir de cocinas.

¡Hola a todos!

Permitidme que comience por lo que debiera ser la conclusión; puede que no sea el mejor, pero seguro que es uno de los buenos desde Gandía a Xábia.

Lo mejor, la situación, y si tienes suerte de conseguir una mesa junto a las dunas, ni te cuento... Porque comer y beber es un placer, pero si lo acompañas con buena compañía y, además, también mimas los demás sentidos, puede resultar una experiencia fascinante y reparadora.

Dicho esto, bajemos al detalle me parece un muy buen lugar para disfrutar de la buena mesa y de los sentidos, con comida bien elaborada, mediterránea de mercado, con ciertas incursiones (acertadas, por cierto) en la cocina de autor. Sugerencias: Pescados, arroces y algunos platos típicos de la zona "figatells", "coquetes", etc. Se puede pedir al centro o por platos. Pero se puede pedir al metre que os recomiende, aunque, eso sí, si se lleva un presupuesto limitado, decidlo tranquilamente (dos personas, comiendo al centro hemos llegado a salir por unos 30€/persona, incluido vino y unas cañas previas; y con entrantes y un pescado cada uno, puede rondar los 45-55€/persona, vino, cañas previas y copas incluidos)

He estado en varias ocasiones, ya que soy de la localidad, y siempre me ha gustado. El precio medio es algo superior a lo señalado, pero, sinceramente, merece la pena, al meno, probar. El trato es bueno (no creo que sea un restaurante en el que el visitante deba eserar un protocolo excesivo, m´ñas que nada porque se suele ir en actitud de playa, con desenfado, "buen rollito" y relax... ¡Y esto se consigue! Te dejan ir a la tuya).

Para terminar, deciros que la playa de la localidad donde se ubica es una joya inexplorada. ¡Y espero que así continúe! sin masificación y permitiendo la relajación del visitante.

Saludos a todos y espero haberos ayudado en algo.

Tras perderme tres veces por culpa del navegador y por lo poco fácil que es llegar a este restaurante por primera vez, nos llevamos una grata impresión con el local. Aunque hay muy poca gente, la terraza es una auténtica delicia, y promete una cena excitante que, al final, no lo fue tanto. Atención perfecta por parte del amable maitre (aunque no se le entiende ni jota de lo que dice)y tras elegir mesa frente al puerto, optamos por el menú Yacht Club (30€ por barba): Jugo de chirivias y boletus ( a mi mujer le gustó, a mi nada), tartare de lubina (que no era lubina y más bien parecía un carpaccio de ahumado, tampoco me gustó), gamba roja de Denia (muy buena, y muy pequeña), y salmonetes fritos (exquisitos). Y de plato principal pedimos pescado, que no entendimos muy bien de qué pescado se trataba (parece que era de la zona) pero bastante resultón. Menos este plato prinicipal, las raciones eran tan exiguas que acabamos por ponernos morados de pan tostado con tomate. Finalizamos con sorbete de melón, correcto.
Para beber, dos cervezas y una copa de vino blanco. Por copas solo sirven Daniel Belda Verdil, que es el único vino del gran Belda que no me gusta, y encima me lo sirven en copa pequeña, de agua. Veo que en la mesa contigua sirven el vino en copas grandes, y en otra en copas pequeñas, un poco raro.
La factura final, 71 €. Desde luego, cuando vuelva por Oliva en verano prometo volver a Kiko Port, creo que tendré mejor suerte, aunque procuraré ir a lo seguro en lugar de aventurarme por el menús degustación que siempre son una lotería. Además el local es magnífico, y la atención y amabilidad perfectas.

El local está en un lugar privilegiado, como bien apunta el nombre. Los salones son amplios y luminosos, con vistas muy agradables al puerto. Posee un aforo importante, lo que le resta algo de intimidad.

La cocina tiene marcado el caracter de la zona. Carta de arroces muy recomendable, los melosos con pescado y marisco son su especialidad.
Entrantes autóctonos, con una presentación destacable. El servicio bastante esmerado, trato al vino correcto, no pido más que alguna sugerencia para el maridaje y una correcta temperatura. Algo clásicos en muchos conceptos, pero constantes en sus ganas de agradar.
Se mueven constantemente, por las reseñas publicitarias, y eso siempre es muy valorable.

Apuesta con amplias posibilidades de acierto.

Clásico en Oliva (de los pocos que hay). Segunda visita al local, ahora con motivo de las IX jornadas de "arroces caseros". Comimos el menú de la jornada: embutits, esgarrat de bacallà i coquetes de dacsa. Después arròs melòs de mussola i rajada. Postre: carabassa rostida i coca en llanda. Todo muy bueno; el arroz delicioso y generosamente abundante.

El servicio del vino muy bueno. Tomamos "casa la ermita crianza" (me gusta este vino: bueníssima r.c.p). La carta es extensa con muchas D.O. y diferente precios.

Local amplio (también es local de celebraciones), salones de fumadores y no fumadores, mesas grandes, manteleria y vajilla aceptable, servicio atento y profesional.

Me extraña que nadie hubiese introducido referencia alguna a este restaurante en esta web. Muy recomendable.

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