Son varias las veces que hemos estado desde mí última crónica y creerme que alguna que otra más caerá!

Nos gusta este establecimiento. Te tratan bien, se come bien y siempre es agradable volver.

En este caso, cena de sábado. Dudamos entre pedir algo para casa y al final decidimos comer algo de pescado y allá que fuimos.

El ambiente en el local estupendo, lleno el comedor y gente en la barra. Así da gusto salir de casa!

Lo teníamos claro, una ensalada y un buen pez.

La ensalada, de pulpo con helado de manzana. Ración perfecta. Buena materia y el helado muy refrescante en la boca. Empezamos bien.

Había rodaballo y como es nuestra debilidad pues nos le pedimos. Decidimos servirnos nosotros debido al trajín que tenían en el comedor. La verdad es que el bicho estaba de muerte!!

Cena, sin postre. Me cuesta cada vez más en las cenas meterme un buen postre y ojo; aquí son de los buenos. El propietario es repostero así que sabe lo que se hace.

Decidimos regar la cena con una botella de Moët, todas las demás opciones o estaban agotadas o las declinamos.

Unos café de los buenos buenos y listo!!

Si, había que quitarse la espinita del sabado y localizar unos gibiones de guadaña como fuera para poder probarlos esta temporada...

Mila los localizó y reservó en este establecimiento, así que la cena del martes iba a ser de las buenas!!

Llegamos al establecimiento, buena acogida y nos acomodamos en una mesa. Por desgracia, durante nuestra cena fuimos los únicos en el restaurante.

Ojeamos la carta y pedimos:

- Tomate al natural. Ya pelado, con un poco de vinagre de modena. Un pelín frio, pero al estar en temporada ya se le nota bien de sabor!!

- Milhojas de calabacín. Generosisima ración!!! Excelente!

Estuvimos a punto de pedir unas croquetas pero la vida dio que no lo hicimos. Ya sabemos como son los guadañeta, pero estos eran hermosos de cojones!!

18 unidades, encebollados. Im-presionantes!!!

No hubo sitio ni para el postre, tienen una tarta de queso azul que un dia la daré caza.

Bebimos agua y coca cola. Un cafe culminó la cena.

Total, riete 65€. En muchos establecimientos eso hubieran sido 12 gibiones.

El pasado mes de agosto estuve de vacaciones con mi esposa en Cantabria, magnífico pais, donde la armonia de sus tonalidades verdes y azules configura unos paisajes de una belleza excepcional, como igualmente lo es la calidad de los productos de su amplia oferta gastronómica . Como en cada uno de nuestros viajes hemos aprovechado para descubrir nuevos restaurantes. Sobre 20 visitados, todos de un buen nivel, hemos seleccionado 8 : 2 en la Marina Occidental (Annua y Casa Uzquiza), 1 en Liebana (Hotel El Oso), 2 en la Transmiera ( El Galeon y Juan de la Cosa), 1 en Santander (El Serbal), 1 en los valles de Saja-Besaya (Meson La Bolera), y 1 en la Marina Oriental(Casa Felipe). (Visitar cada restaurante para leer nuestra opinión)

Casa Felipe es un restaurante de cocina marinera tradicional cántabra.
El comedor es de corte clásico, con las mesas bien separadas entre ellas. El servicio es de tipo familiar pero al mismo tiempo profesional. De todas formas, lo mejor del restaurante se encuentra en el plato.
Estuvimos comiendo un lunes al mediodia. De primero, compartimos unas almejas a la marinera, que estaban buenisimas, comparables a las que comimos en el Galeón de Somo (hasta ese dia las mejores que degustamos en Cantabria). Estas eran solamente un poquito más pequeñas que las del Galeón, pero aparte de eso se merecen 10/10, y de la salsa... que decir !

De segundo mi esposa tomo un rodaballo a la parilla, servido entero, que estaba para chuparse los dedos. Cocción, sabor, textura, excelente. Yo tomé un mero a la plancha, idem,eadem,idem. Las porciones son muy abundantes y el producto es de primerisima calidad. Saben cocinar muy bien el pescado

Acompañamos la comida con un Verdejo (no recuerdo la marca) que estaba aceptable y con una botella de agua de Solares. No tomamos postre. Finalizamos con 2 cafés.

Total 43,20 € por persona. Recomendable si se está por la zona de Laredo

Totalmente de acuerdo con G-M ,Productos de calidad servicio atento a pesar de estar lleno, se notaba que el lugar era de gente lugareña , n0s pedimos unas anchoas con pimiento ,no se que estaba mejor, unos camarones ,,una merluza con cocochas y almejas y mi pareja un cocido montañes que le recomendo el dueño, que todavia piernso en el, que maravilla .Aun pudimos con unas torrijas flambeadas con aguardiente y varios orujos muy bueno el de miel que dijo era digestivo(falta nos hacia)

Local clásico, con las paredes pintadas en salmón y decoradas con mucha madera y azulejos en tonos marineros.
Sólida cocina cántabra en la que, cómo no, prima la calidad del género.
Disfrutamos de unas buenas Almejas a la marinera, Pulpo a la Gallega y unas insuperables Cocochas Albardadas.
De postre sencillamente Tarta de Hojaldre que yo, como en Cantabria, no la pruebo en ningún lado.
Carta de vinos un tanto rancia, correctamente servidos.
Servicio muy profesional a la par que cercano.