Ayer intentamos volver y ha desaparecido, en su lugar hay un bar.

Me habian hablado muy bien de este restaurante, asi que fuimos a probarlo, mesa para 2, lo primero que me sorprendió es que no tienen manteles, hay los pasacaminos, que la verdad es que los encuentro incomodos, y las servilleta de papel (negras, pero de papel), pedimos de primero un rissoto de parmesano y trufa blanca, el arroz en su punto muy gustoso de parmesano, aunque no se si se les olvido la trufa blanca, porque no sabia a trufa, racion un poco justa pero buenisimo, tartar de atun (excepcional el mejor que he probado en años, de segundo entrecot de vaca (buenisimo, pero lo que no me gusto es que de guarnición habian patatas fritas, no sé, unas verudras me hubieran gustado más, aunque la carne era buenisima) y abanico de solomillo iberico con manzano, tambien muy bueno pero lo mismo que el otro, solo habia la carne y dos trozos de manzana, digo lo mismo, la carne buenisima, pero.... dos trozos de manzana??!!. Postre tiramisú y hojaldre de queso, muy bueno, vino enate gewurstraminer. (no hay petits fours). Mi valoración es un poco baja por lo de las servilletas, guarniciones y falta de petits fours.

El local está bonito y tal, el diseño está logrado y el ambiente destila enopatía por todos sus vértices.
Las copas y el servicio muy bien. Temperatura adecuada, buena carta de vinos.
El yantar ya es otra cosa, desde nuestro humilde punto de vista. Aparte de unas ricas anxoves con guacamole (una por barba es muuuuy poca cantidad), lo demás (rissoto, magret a la sal), bueno, pero demasiado caro. Solo había un primero de una sola cifra (uno solo bajaba de 10 eurazos).
No tomamos postres y solo dos cafés y nos salió por 40€/barba.
El José Pariente a 15€.
Diez eurillos menos por barba estaría mejor. Una pena.

La humildad de su propietario, ya dice mucho de este restaurante.
Muy buena comida... A partir de noviembre se puede degustar la fabulosa Trufa Blanca de Alba.
Platos bien elaborados con algunas combinaciones de sabores un poco arriesgadas, ahunque el resultado es bueno.
Muy buena carta de vinos con referencias innovadoras. Probamos 3 Riesling sorprendentes y una agua Voss.

Felicidades a Andrea y a su equipo!!!!

No puedo mas que reiterar los comentarios anteriores,para Jesulín de Ubrique seria in-presionante, para mi sencillamente exquisito, pequeño local pero gran cocina y sencilla decoración, buen conocimiento de vinos ,buenas copas, y acertamos ese dia en coincidir con el dr lluansi y Sra y la srta esther y Manel de Angles,inovidable noche, Birutas de foie, surtido de quesos, hoja de calabacin rellena, 2 rissotos diferentes, y un autentico steak tartar, un 10 . precio elevado pero el resultado vale la pena, aconsejable 100% repetiremos en breve.

Para alpinistas de la gastronomía. Andrea Gastaldi ofrece la mejor selección actual de cocina italiana en Girona. Así de claro. Vinos del Friulo y del Piamonte. Tomarse un buen Negroni o un Whisky sour antes de comer para empezar con unos panellets de bacalao o unas vieiras, rissoto de confit de pato con verduras o de gambas con azafrán. El steak tartar es un steak tartar, no una pasta de steak tartar. Acabar con una buena selección de quesos y un café correto y una excelente grappa sólo nos presagian el lanzamiento de este local en pleno barrio viejo de la ciudad. Un pequeño diamante que nos recuerda a la "mamma" fuera de casa.

Pequeño y coqueto local situado en el caso histórico. Decoración rústica y elegante y buena separación de mesas.

Carta minúscula y sólo en catalán (menos mal que Andrea nos ayudó y aconsejó en todo momento). Cocina muy cuidada de recetas que fusionan toques catalanes e italianos. Excelente la materia prima y muy buena ejecución y presentación. Raciones de buen tamaño. Brillantes el rissoto y los canelones de foie. Postres sabrosos y delicados.

Carta de vinos interesante, aunque deben renovarla de diseño y contenidos. Hay buena oferta nacional (sobre todo catalana) y extranjera con representantes de Francia, Alemania e Italia. Pedimos un excelente Riesling GC Idig 2004 de Christmann. Precios bastante aquilatados. Excelente selección de copas. Andrea y su pareja otorgan un servicio esmerado y amable, volcados en el bienestar del cliente.

Me ha encantado este local, donde a pesar de que es la primera vez que acudo, me he sentido como en casa. Por si fuera poco la cocina y el servicio de vinos me han parecido de gran altura. Referencia imprescindible en la capital gerundense. Precio 35 euros + vino. Correcto para su calidad.

El local es bonito i agradable como el servicio,la comida esta bastante bien...........pero el problema de siempre....un poco caro para mi gusto

Después de leer el anterior comentario decidí ir a conocer a Andrea, ya que estaba cansada de ir a Restaurantes de dentro de Girona y no salir muy contenta debido a que me enteré que ciertos restaurantes no lo hacen ellos sinó que lo van a comprar a otros (eso no tiene mérito). Un aplauso para andrea. Disfruté comiendo, disfruté con el vino (escogido por Andrea) y disfruté por su hospitalidad. Una gran tabla de quesos buenísimos (comprados a viniteca y no al Hipercor como otros que luego dicen que són de Francia). También prové el rissotto de trufa blanca, hacia tiempo que no comia un buen rissotto. Para picar quise degustar unas virutas de foie (finísimas y elegantes). Todos los platos para repetir. No tardaré en volver a visitarles. Ah, por cierto, nada sofisticado, simplemente, buenísimo (así és como disfruto yo).

Andrea Gastaldi emociona en Girona con su propuesta de cocina elaborada a partir de ingredientes mediterráneos basados en la cocina italiana (no hay pizzas ni lambrusco espumoso). Excelente rissoto con trufa blanca, el foie fresco a la plancha, el magret de pato, los quesos y los vinos de la zona norte italiana (Piamonte). Un acierto único en Girona por salirse de la típica pizzería. Ambiente íntimo, trato muy amable. Calidad por encima de todo. Paralelamente organiza catas de vinos y cursos muy interesantes. Una curiosidad: tiene carta de aguas de diversas partes del mundo y de cafés muy originales y variados. En verano abre el patio interior y ameniza las cenas con música en directo. Recomendable reservar el fin de semana.