Ultima comida de nuestra estancia en La Garrotxa, en el restaurante Masnou situado enfrente del volcan Crostat  ( Santa Pau) y del camino de senderismo que conduce a su cráter, que visitamos antes de comer para abrir bien el apetito.

Cuando llegas a la Masia que alberga el restaurante, como bien explicaba Socdesitges en su comentario precedente, lo primero que encuentras es un pequeño jardín muy abandonado desde el que se accede al restaurante situado en el primer piso, con unas cuantas mesas metálicas de principios de siglo en un estado mas que lamentable. Lo primero que piensas al llegar ahi, si no tienes buenas referencias es, pero donde me he metido ?, pero las apariencias engañan y en este caso lo mejor es lo que hay en el plato.

No voy a describir nuevamente el restaurante pues ya lo hizo perfectamente Socdesitges en sus crónicas precedentes. Únicamente añadir que nos situaron en una mesa rectangular para cuatro comensales justo al final de la sala, junto a la ventana, lo que es de agradecer. El local es muy pequeño y las mesas están bastante juntas y se participa un poco en todas las conversaciones del resto de comensales del restaurante. Mesas rusticas desnudas con sets de mesa individuales, cubertería y vajilla de batalla y copas correctas. El servicio de sala, llevado a cabo por David, el hijo de la cocinera, fue bueno, agradable y sin tiempos muertos. El servicio del vino también fue bueno, presentación de la botella, pequeña explicación, descorche, primera cata y buen seguimiento para el llenado de copas durante toda la comida.

Siguiendo los buenos consejos de Jaume(Socdesitges) y Conxita optamos por el menú degustación sorpresa, servido en el centro de la mesa para compartir, y detallado perfectamente oralmente en cada pase, no sin antes habernos ofrecido unos buenos vermouths Yzaguirre.

He aqui le menu :

Canapès de formatge, espinacs, olivada i anec amb maduixes, Canapés de queso, espinacas, olivada y pato con fresas

Girgoles arrebossades amb farina de cigrons. Pleurotos rebozados con harina de garbanzos

Tomàquet de Montserrat amb ceba. Tomate de Montserrat con cebolla

Fesols de Santa Pau amb ou trinxat. Fesols (judias) de Santa Pau con huevo duro trinchado

Endivia farcida d'alberginia . Endivia rellena de berenjena

Coca anisada amb samfaina, seitons i salmó marinat  Coca anisada con samfaina, boquerones y salmón marinado.

El resto de las fotos de los platos por imperativos técnicos de Verema aparecerán en el primer comentario

Pinya amb baiona. Piña con bayona

Vichyssoise

Mini steak tartar amb mermelada de ceba Mini steak tartar con mermelada de cebolla.

Patates d'Olot , bunyols de bolets i croquetes de bacallà. Patatas de Olot, buñuelos de setas, y croquetas de bacalao.

Pèsols ofegats. Guisantes rehogados a la catalana

Brandada de bacallà amb all negre. Brandada de bacalao con ajo negro

Sorbet de vi blanc amb litxi , angostura, pell de taronja i poma. Sorbete de vino blanco con litchi, angostura, piel de naranja y manzana

Carpaccio de peus de porc amb sobrassada. Carpaccio de manitas de cerdo con sobrasada

Galtes de vedella al forn. Carrilleras de ternera al horno

Cua de bou al P.X. Rabo de buey al P.X.

Tras los 16 pases salados, al centro de la mesa, siguieron 4 postres individuales escogidos en la carta :

Sorbet de ratafia (2) Sorbete de Ratafia

Gelat de Maracujà. Helado de Maracuyá

Pastis de xocolata blanca. Tarta de chocolate blanco

En general todos los platos fueron buenos.

Los Pleurotos (Girgolas) rebozados con harina de garbanzos y El rabo de buey al P.X. muy buenos.

La Vichyssoise, no era tal sino una sopa caliente con pan y calabacín, y la brandada de bacalao al ajo negro tampoco era una brandada sino una mezcla no homogénea  de bacalao y patata.

En relación con el menú degustación que tomaron nuestros amigos en agosto del 2018, sobre 16 pases se repitieron 8, lo que deja un margen del 50% para renovación del menú.

Para beber tomamos una botella de agua grande y un par de botellas de vino blanco Roureda Llicorella PX Vi blanc 2016 DOQ Priorat. Cellers Unio Corporació Alimentaria (Poboleda) Cepajes 100% Pedro Ximenez. Fermentación y crianza de 3 meses con sus lías en depósito ovoide de cemento. Color oro viejo, elegante, muy intenso, muy equilibrado, redondo, mineral muy persistente en boca. No tuve la sensación de tomar un P.X. pero la verdad es que me gustó mucho.

Finalizamos con unos buenos cafés.

La cuenta ascendió a 64,40 €/persona. Buena RCP. Buena comida tradicional de la Garrotxa en un ambiente familiar. Se come bien, pero no es el restaurante ideal para hacer la sobremesa. Recomendable, sabiendo a lo que se va. Cuando volvamos tal vez seria interesante probar algún plato de la carta. Gracias Jaume y Conxita por ese buen fin de semana en vuestra compañía.

Tres años después de mi primer comentario sobre este restaurante, aunque solemos ir una vez al año, el planteamiento continúa siendo el mismo, si funciona para que cambiarlo, David ofrece la carta pero aconseja el menú, el 95% de los comensales este día eligieron esta opción  nosotros siempre hemos optado por éste a sabiendas de que no sabes que platos saldrán de la cocina.

Un aspecto destacable y que ha mejorado respecto a mi anterior comentario es que David ha modulado el tono y volumen de voz lo que hace más agradable el tiempo de permanencia en el restaurante, tiempo largo puesto que el menú consiste en bastantes platillos para compartir.

En esta ocasión sí tuve la precaución  de ir anotando cada uno de los platos que iban llegando a la mesa, sino es imposible recordarlos todos, los platos son a compartir y con posibilidad de cambio si alguno de los presentados no es de tu agrado.

- Cuatro mini tostas con cuatro tipos de patés distintos elaborados en casa, sólo recuerdo el  de pato a la naranja.

- Gírgolas rebozadas con harina de garbanzo.

- Mouse de berenjena acompañada de un sorprendente pan con tomate y chocolate negro rayado.

- Dos variedades distintas de tomate aliñados y un poco de cebolla dulce.

- Judias de Santa Pau con huevo duro trinchado.

- Melón con jamón ibérico regado con miel y amaretto.

- Mini steak tartar con mermelada de cebolla.

- Coca  de pan anisada con sanfaina, anchoa y salmón marinado

- Brandada de bacalao con ajo negro sobre lecho de parmentier de patata.

- Gazpacho con fresones.

- Patata de Olot, buñuelo de bacalao y croqueta.

- Carpaccio de pié de cerdo con sobrasada.

- Chupito granizado de Martini, limón y lichi.

- Lengua de ternera con membrillo 

- Rabo de buey al Pedro Ximenez

De postre entre las cinco o seis opciones cantadas optamos por tiramisú con frutas y sorbete de ratafia con pasas.

La oferta de vino se ciñe a preguntar al cliente sobre sus preferencias sobre el tipo de vino y la D.O., David viene con tres o cuatro botellas de la tipología solicitada, en nuestro caso pedimos cava y nuestra elección fué el brut gran reserva de A T Roca.

Finalizados la comida con dos cafés.

Agradable servicio con explicación de cada uno de los platos, buen ritmo de llegada de éstos a la mesa.

Excepcional ubicación de la masia justo frente al volcán  Croscat y del camino que conduce al cráter .

Un consejo, no te dejes influenciar por el descuidado jardín y las sillas y mesas que hay en la parte delantera por donde a través de una escalera se accede a la masia.

El restaurante ocupa una parte de la primera planta de una masia ubicada a los pies del volcán Croscat integrado en el parque natural de la Garrotxa, un paraje que debería ser de visita obligada. Un pequeño comedor con muy pocas mesas es atendido por una sola persona que recomienda el menú de tapas, sirve las mesas y presenta cada uno de los platos que conforman el menú, cercana, amable y agradable quizá como nota un tanto negativa y que le recomendaría corregir, se elevado tono de voz que desentona con la tranquilidad de un comedor con tan pocas mesas y hace que al repetir la explicación de los mismos platos en cada mesa hace que sepas en cualquier momento en que fase del menú está cada una de ellas.
El menú esta compuesto por 18 tapas de buena calidad, bien elaboradas y bien presentadas no las describo puesto que sería un relato casi interminable, el menú se remata con un postre a elegir entre varias opciones, realmente todos apetecibles.
A pesar de la complejidad para preparar y emplatar tal cantidad de platos,
el ritmo de la cocina es muy bueno.
Acompañamos la comida con una garnacha de la D.O. Montsant servida en decantador y a la temperatura adecuada.
Una botella de agua y dos cafés.
En una zona con gran tradición culinaria y con una muy buena oferta gastronómica, este restaurante ofrece una opción diferente y merece la pena probarlo.

Muy bueno y diferente el menú de entrantes degustación, donde se pueden probar distintas especialidades típicas de la comarca. El "pato a la naranja" y el "bacalao con miel" están buenísimos. Los postres son una gran tentación: el "pastel de chocolate blanco" es una bendición, así como el "helado de ratafia" que es exquisito.
La zona es una maravilla.