Restaurante El Piró en Gratallops
Restaurante El Piró
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
20,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
25 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.9
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.0
Comida COMIDA
7.4
Precio medio entorno ENTORNO
6.2
RCP CALIDAD-PRECIO
8.3
Opiniones de El Piró
OPINIONES
20

Restaurante con aire rústico, amplio, sin pretensiones, buen producto y honestidad, tostas de escalivada, berenjenas rellenas y la siempre interesante truita amb suc. Buena crema catalana, buen pan y correcto café.
Hay que tener claro que tipo de local es y valorarlo en su estilo. Carta de vinos con bastantes opciones del terreno y como es habitual en la zona más en tinto que en blanco, tomamos Les Brugueres garnacha blanca.
En resumen, buena opción en la zona, sobre todo para comer a precio razonable y con buena cocina con aire tradicional.

Restaurante familiar donde ser sirve cocina catalana de calidad. Disponen de un menú a precio cerrado con vino de la casa, que ronda los 18 euros, con muchos primeros y segundos donde elegir. Hemos acudido en 2 ocasiones y todos los platos que hemos probado nos han encantado: canelones, crepes de verduras, caracoles, churrasco,... fuera de menú tienen unas carnes buenísimas: probamos un entrecotte de unos 500Gr buenísimo. Los postres también están a la altura. Buena carta de vinos del Priorat con precios ajustados. Si se pide un vino de carta, el servicio (copas, temperatura,..) es el correcto. Imprescindible visitar la bodega que hay enfrente (Celler Cecilio, son familiares) tanto por su galardonados vinos como para conocer a Augusto, el bodeguero, una persona entrañable.

Llegábamos muy satisfechos de nuestra visita a Mas Martinet pero con el hambre de haber retrasado la comida a las tres de la tarde. No nos decepcionó ni por su calidad ni por la cantidad: éste es un restaurante de cocina tradicional catalana que hay que probar cuando estás por la Comarca del Priorat.

Como su cocina, es tradicional la decoración de este gran local de techos altos y un entresuelo que multiplica su capacidad. Ladrillo cara vista, madera para el mobiliario y mantelería de tela.

En un lleno total el domingo de marzo que acudimos, se movían los camareros con agilidad pero con algún problema para llegar a todos con la inmediatez deseable… Quizá mejor si te acomodan en el altillo, allí habrá menos algarabía.

Si tu intención es acudir en puente o fin de semana, mejor reserva mesa.

Te ofrecen la posibilidad de elegir de la carta un primer plato, segundo y postre por 18 € persona. Luego con las bebidas ya se eleva el precio final hasta donde tú quieras llegar. En la carta encuentras elaboraciones típicas de la zona que son novedad para los visitantes de otros lares. Confieso que nunca imaginé comer una tortilla de espinacas servida en cazuela de barro sobre bacalao y judías blancas ¡qué buena!, ésta es la llamada “truita amb suc”. De primero pedí una ensalada de bacalao y salsa romescu, una ración generosa que llena bastante. Por lo que se ve, en la zona se emplea el bacalao en diversos platos, lo que me resulta curioso siendo pueblo de interior y montaña… Otros platos que pidieron en la mesa fueron: “escudella rebolicada”, creps de verduras o frincandó de ternera. Para el postre se sigue con lo tradicional, como crema catalana.

En cuanto al vino, José se atrevió con un Roigenc que no nos enamoró, para seguir con el tinto más del gusto de la pandilla, Brunus tinto de Montsant. De hecho, su carta de vinos se centra en la oferta local, que no es poca, de las denominaciones Priorat y Montsant. Los precios son muy buenos. No sé que hacen en días más tranquilos pero en los de mucho trabajo te dejan el vino y te lo sirves tú mismo.

Bueno, lo dicho, que quedé encantada con la tortilla, por lo que recomiendo encarecidamente probar este plato.

Con fotos en: http://www.vinowine.es/restaurantes/el-piro-otra-tortilla-es-posible.html

Situado en el pequeño pueblo de Gratallops. Decoración rústica y funcional, dispone de un gran comedor en la planta baja y otro, a modo de altillo o entreplanta, más pequeño en el primer piso.

La cocina que ofrece es de corte tradicional elaborada con productos de temporada. Su fórmula consiste en elegir, de entre la carta, un primero, un segundo y un postre por el precio de 18 euros (más IVA). La mantelería, vajilla y cuberterías funcionales. El servicio del propietario Jaume, atento, simpático y cercano, aunque en alguna ocasión fue algo lento debido al “lleno” del local.

La carta de vinos centrada en los más cercanos del Priorat y Montsant (incluyendo los más caros –varias cosechas de L’Ermita-) y clasificada por pueblos, a muy buenos precios. El coperio dispuesto en la mesa es muy básico, supongo que preparado para quien pida el vino de la casa. Si se pide vino de los de la carta, cambian las copas a una Riedel ouverture doble magnum. Temperatura correcta y regimen de autoservicio.

Nos reunimos diez amigos al mediodía, después de visitar Clos Martinet con José Luis Pérez. Cada uno eligió su menú, el mío consistió en: una buena “escudella rebolicada”, es decir: todos los ingredientes que constituyen un cocido revueltos en un plato, de segundo un plato que a pesar de su sencillez, me maravilló, tanto por la combinación de sabores, como por la forma distinta de comerse una tortilla que constituye, se trata de la “truita amb suc”, que lleva espinacas, judías y bacalao, muy recomendable. De postre una buena y casera crema catalana.

Para beber, tras las cervezas iniciales, empezamos con un Roigenc, que parece ser sólo me gustó a mí y seguimos, con el oportuno cambio de copas, con Brunus tinto de Montsant, éste ya más al gustó de todos. Los postres los acompañamos con Algramar un sencillo dulce natural elaborado con syrah. Incluyendo los cafés e infusiones, la cuenta ascendió a 270.75 euros para los diez comensales.

Opción muy recomendable en Gratallops. Al menos en fin de semana, se hace imprescindible la reserva, sobretodo si se es un grupo numeroso.

Visita fugaz al Priorat y parada en Gratallops para comer en este restaurante de cocina tradicional de la zona, que era exactamente lo que andábamos buscando.
Local rústico, sin grandes comodidades pero sin echar en falta nada. Comimos en un altillo que hay al fondo del comedor, mucho más tranquilos que bajo, donde estaba a rebosar.
Cocina casera, con raíces, con un menú de 17€, del que escogí unas berenjenas rellenas de carne picada, bastante ricas y una truita en suc, una tortilla de espinacas, servida en cazuela de barro, sobre una base de una bacalao, judías blancas y un sofrito caldoso, vamos una tortilla en caldo que me encantó, pues no conocía el plato y me dejó sorprendido. De postre crema catalana, también muy buena.
La carta de vinos se centra en las DOs de la zona, cosa lógica en pleno corazón del Priorat, con referencias muy interesantes, precios correctos y copas decentes, sobre todo las de cava, que fueron en las que bebimos.

Servicio muy amable, cercano, con perfecto conocimiento de la carta y una extremada eficiencia, pues una sola persona sirvió a todo el comedor sin que se resintiera el servicio.

Restaurante de corte clásico, cocina del terreno sin grandes concesiones a la galería pero honesta y bien ejecutada. Menu de degustación que, en mi caso, incluía unos excelentes crepes de amanida y tierno y sabroso conejo guisado, además de un estupendo postre de manzana asada con helado de vainilla. Correcto y refrescante cava para beber y buen café. Servicio atento y muy familiar. La carta de vinos, como se ha dicho, una muestra de vinos del país con las mejores referencias de cada casa. Un local sin pretensiones pero con buena cocina, generoso en las raciones y con buena relación calidad precio. Interesante opción en Gratallops.

Tomamos el menú de degustación. En mi caso una 'amanida catalana' de primero y una 'truita amb suc' de segundo, con un postre a base de manzana y helado de vainilla muy rico. Con el calor que hacía nos rendimos a las inclemencias del tiempo y tomamos un cava.
El local estaba a tope y llegamos algo tarde así que el ritmo fue pausado (que no lento). Servicio atento y eficiente. Copas para el cava correctas. Carta centrada exlusivamente en los vinos 'del país'... y sobre todo en los del Priorat con una impresionante selección de vinos 'top' (L'Ermita, Mogador,Erasmus,...). El local es muy clásico. En la parte de arriba, estuvimos casi solos, cómodos y a gusto.

Restaurante familiar con tienda de vinos justo al lado a precios ajustados.
Menu a 17 € con platos aparte con suplementos.
De entrantes platos de olivas arbequinas muy buenas con alguna tapa.
De primeros 2 Creps de espinacas con pasas y piñones
De segundos Bacalao con cebolla confitada y pimientos de piquillo y Cordero a la brasa con guarnición ración abundante.
De postres un Músico con porrón de moscatel y una crema catalana.
Para beber agua grande y un Clos Dominic Vinyes Baixes 2005, servido en copas riedel de tallo largo y a correcta temperatura. (24 €)
Cafés y chupitos de orujo blanco El Afilador invitados por la casa.
Precio total 2 pax con vino incluido: 64 €.

Coincido bastante con comentarios anteriores. Restaurante sin pretensiones donde se prima el producto con mínima elaboración.
Precio fijo de 17€ que incluye primero+segundo+postres. Hay también algunas sugerencias fuera de este formato. En la carta de vinos predominan los Priorat a precios contenidos. Tomamos "Trio Infernal 1/3" a 24€ servido en copas Riedel aunque la temperatura del vino era un palín altita. Destaco de los primeros "l'enciam amb romesco" que viene a ser su versión de la "xatonada". Raciones abundantes con opción a escoger los acompañamientos. 2 comensales pedimos cordero a la brasa y la ración era de 6 piezas!
Lo mejor del restaurante la tienda que tienen al lado; "Bon VIure". Nos dijeron que contaban con casi 300 referencias, la mayoría Priorat y Montsant. Te atienden sin prisas, asesoran muy bien y no les importa abrir alguna botella para probar. 4 personas = 84 euros + vinos.

Regresamos de nuevo a nuestro restaurante favorito, esta vez aprovechando la Fira del Vi.
4 Comensales. De primeros, piña con jamón, ensalada catalana, y dos creps de espinacas (éstos, como siempre, expléndidos); todos en generosas raciones. En los segundos, caracoles picantes (buenos); bacalao con pimientos (bueno); un churrasco con guarnición ( bueno, pero demasiado especiado de sal y pimienta) y un fricandó de ternera ( correcto). postres bién, cafés y licores varios.
En el apartado del vino, en esto siguen a su nivel: muy alto. Elegimos el vino recomendado, un tinto Priorat, La Guinardera 2005, gran descubrimiento y a 13€ en carta, Después, a falta de más, el de la casa, más que presentable.
La puntilla: a pesar de que el servicio de camareros y el indiscutible saber hacer de Jaume Balagué hijo en el comedor, tuvimos la desgracia de compartir hora de comer con una mesa bastante grande de comensales, y eso lo pagamos. Media hora de espera para los postres, es demasiado tiempo. Por lo demás, muy bién. Volveremos pronto.
Precio 4 Personas: 92,50€

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