Restaurante Trigo en Valladolid
Restaurante Trigo
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

Añadir vino por copa

Precio desde:
37,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
53 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.4
Comida COMIDA
8.6
Precio medio entorno ENTORNO
7.5
RCP CALIDAD-PRECIO
8.2
Butifarra” de lechazo con hilos de chile y berenjena
Atún con tallarines de colirrábano, huevas de lima  y coulin de pimientos
Cochinillo con melocotones
Petit fours
Virrey con salsa de tomate y cebolla escabellada
Puerro, morcilla y almendras
Poularda en dos texturas
Virrey con cuscús
Cigala sobre una base de caldo con mollejas de cordero y alcachofas de Tudela
Opiniones de Trigo
OPINIONES
40

Fin de semana a caballo entre Peñafiel y Valladolid, hemos decidido visitar este restaurante gracias a los comentarios anteriores y a la recomendación de un buen amigo (del que por cierto, todavía se acordaban).
Ubicado en una callejuela justo enfrente de la plaza de la catedral, salón con una decoración minimalista pero a la vez muy acogedora, mesas amplias, muy bien vestidas, con una excelente separación, vajilla y cubertería de gran calidad y cristalería Schott.
Hacer mención especial al trato recibido, muy cercano y profesional, nos han hecho sentir como en casa.
Para comer hemos optado por el Menú Festival a 38€ IVA incluido:
- Para picar, patatas chips y palitos de pan de varios colores y sabores.
- Aperitivo, calabaza asada con brandada de bacalao, correcta, quizás un pelín sosa.
- Puerro con morcilla y almendra, los puerros se presentan cocidos en rodajas gruesas, la morcilla en dos texturas (polvo y crujiente) y la almendra en una especie de sopa, buen conjunto.
- Calabaza de cabello de angel con boletus y polvo de cecina, quizás un plato no apto para todos los gustos, a mi personalmente me gustó.
- Virrey con salsa de tomate y cebolla escabechada, excelente punto del pescado, con ese golpe de plancha que deja la piel crujiente, rico, rico.
- Rabo de toro, presentado en forma de lingote sobre su propio jugo y coronado con una quenelle de puré de patata, un clásico perfectamente ejecutado.
- Mini tabla de quesos con mousse de pera, degustación de tres tipos de queso de oveja, fresco, con corteza de hongos y pimentón y curado, como buen amante de los quesos que voy a decir, ¡bravo!
- Chocolate, toffe y violetas, presentado en tres texturas, el chocolate a modo de trufa y relleno de confitura de frutos rojos, el toffe en helado y las violetas en crujiente, excelente final.
Buen servicio de pan con tres variedades a elegir, bollo gallego, de centeno y torta de aceite.
En cuanto al vino, disponen de una interesante carta no demasiado amplia pero muy bien escogida, para la ocasión elegimos un excelente verdejo Caraballas 2011 a 16€, servicio de descorche, prueba y rellenado de las copas y con el postre y por invitación de la casa unas copichuelas de Liberalia Uno 2010 mezcla de moscatel y albillo, sin ser yo muy amante del moscatel, este la verdad es que me gustó.
Terminamos con un par de ricos cafés acompañados de unos curiosos y divertidos petit fours.
Restaurante que recomiendo a todo el que visite Valladolid.

  • Petit fours

    Petit fours

  • Virrey con salsa de tomate y cebolla escabellada

    Virrey con salsa de tomate y cebolla escabellada

  • Puerro, morcilla y almendras

    Puerro, morcilla y almendras

Fuimos a comer 5 personas. El sitio tiene una decoración minimalista pero acogedora donde el protagonismo recae en los platos. Muy buen hacer de Víctor y Noemí para dirigir el restaurante.
Fueron 2 entrantes emplatados de manera individual: un soberbio arroz con setas e ibérico y un aceptable pimientos asados y ahumados con sepia que quizás habría que darle otra vuelta.
En cuanto a los platos principales guiso de buey apionabo perfecto, lomo de corzo muy rico, caldereta de lechal churro muy originial y merluza también excelente materia prima.
De vino un Toro, Lagarona 2005 de la bodega Piedra que maridó a la perfección los platos de carne.
De postres: Maíz el más sorprendente de todos aunque quizás le hubiera añadido más palomitas caramelizadas,sorbetes de fruta natural donde se juega a adivinar los sabores, Borrachín, pera y Thé al caramelo que recuerda a los scones ingleses y Chocolate, frutos rojos y violetas para los apasionados del chocolate.
Cabe destacar el trato amable recibido por los dueños.

Nueva visita a este restaurante, en esta ocasión somos seis comensales y de ellos, cuatro tenemos experiencias de visitas previas y muy positivas, con el quehacer de este local.

Ubicados, tras una perfecta recepción, en una mesa amplia bien vestidas, con buen nivel de copas (Copas Schott), aunque curiosamente estaba situada la mesa a la puerta de los servicios y la zona de trasiego del servicio del comedor. Las mesas vecinas bastante alejadas.

Tras unos aperitivos de los que recuerdo patatas chip, ciertamente muy agradables, nos decidimos por él Menú Festival a un precio de 38 euros con el IVA incluido, que constó:

Pica pica.
- Aperitivo de apio-nabo con pan de gamba, que nos agradó a todos y
- Puerro con morcilla: puerro de buen grosor y consistencia, la almendra en una crema que servía de base y con dos tipos de morcilla, una de tipo Burgos presentada en unos aros crujientes y otra de tipo morcilla de León, presentada en polvo. Curiosa y agradable las formas de presentación de la morcilla.

Calabaza en cabello de ángel con boletus y jamón: bonita presentación pero ni la combinación, ni el sabor en sí, de los componentes me convenció en demasía.

San Martín presentado desespinado (se nos aclaró que todo los pescados en este restaurante se presentan así) con un sofrito de tabula y curry con un toque árabe: bien presentado, curioso, lograda conjunción del pescado con sus acompañantes y presentando con un buen punto de hechura del pescado.

Guiso de pecho de carne de Esla con un foie elaborado por ellos mismos y apio nabo: carne con el nivel esperado por su origen y un buen punto del foie.

Antes de los postres, se puede a escoger entre un pequeño surtido de quesos o sorbete de fruta, siendo estos últimos de grosella, frambuesa y mora y los quesos eran de los que podemos llamar atípicos de la zona de Valladolid. Siempre se agradecen este tipo de pre postres, sobre todo con si es como en este caso, con una pequeña entre sorpresa y experiencia nueva.

Para el postre el maíz fue el protagonista principal con preparaciones distintas, destacando una crema de maíz huitlacoche.

El servicio de mesa con un buen ritmo con cambio constante de cubiertos, que por cierto eran agradables tanto la vista como para su manejo, los mismos.

En cuanto a la carta de vinos, variada, con varias cosas especiales, sin olvidar los de más allá de nuestras fronteras, y unos precios considerados. El servicio del vino en sí con buen nivel. Tomamos Altos de Losada 2007 y Abadengo malvasía 2011

Comentario:

Es de destacar la presencia durante de muchos momentos de la comida en la sala del responsable de cocina, que no sólo ayudaba acercar los platos sino que gustosamente nos daba todo tipo de explicaciones, no sólo de elaboración, sino también de los productos en este caso nos resultaban un tanto extraños, como fue el apio nabo o el maíz especial.

En un mes aproximadamente saldrán las nuevas listas de la guía roja, Castilla-León ha sido vapuleada en los dos últimos años y creo que este local podía aportar savia nueva y muy merecida, en la lista de este año. Otro tema es si les interesa a sus responsables.

Afortunadas coincidencias , la primera , es la que me llevo a conocer esta casa , y es que mi restaurante preferido de la zona , el Ramiros , que siempre a estado abierto en Agosto , al estar en un edificio institucional , no me acuerdo , en cual , cierra desde julio a septiembre , cosas de los recortes , imagino , y aunque el trigo era mi segunda opción , de siempre , la gente del Ramiros , cuando les pregunte por algo similar , también me lo recomendaron .

Yo desde que han quitado la estrella a Ramiros , no he estado , pero creo que es mas creativa su cocina , que la del trigo , aunque la del trigo es excelente , además arropada por el cariño y el buen hacer de la pareja que lo lleva , ambos grandes profesionales .

La segunda afortunada coincidencia , es que coincidimos , con la visita de unos muy buenos amigos suyos , y la verdad es que nos obsequiaron , y digo bien , pues me cobraron 15€ , por el vino , con los mismos vinos , con los que sacaron para los amigos , aunque deduzco , por el cariño , con el que trata al vino la sumiller , que de no haber sido así , también hubiésemos disfrutado de muy buenas referencias.

El restaurante muy bonito, moderno, y acogedor, situado céntricamente, cosa que se agradece, pues te puedes tomar un pinchito, por la zona de tapas, para abrir apetito, aunque en mi caso lo tenga abierto desde que me despierto por la mañana.

Empezamos con una copita de mejillón con melón, refrescante y original, acompañado por un blanco abadengo, ligero, nada complejo y que le iba bien al plato.

Un buen micuit relleno de higos y moras, casero y sabroso , aquí ya note yo algo raro , en el tema vinos , pues no era conocedor de este estilo de vinos , hasta hace poco que tuve la fortuna de asistir a la torruca con unos amigos cantabros , que me obsequiaron , con el conocimiento de los riesling , en concreto el amigo Kalza , que debe ser un loco de estos vinos , bueno yo de poder también lo seria , el caso es que repetí varias veces de un vino , que por lo que creo os debo de escribir enterito , Riesling Auslese # 12,Fritz Haag 01 , Dosel Saar.Ruwer , hay va eso , para el que lo sepa , que yo no me acuerdo .

Bacalao con verduritas, buen trozo de bacalao marinado, creo, en jugo de remolacha, con verduritas al denté, fresco y técnico y muy bien acompañado de un Náiades 2008, que me encanta.

Merluza con muselina de patata, las muselinas me chiflan, soy muy de sustancia, sabroson, seguimos con naidades.

Ternera de corcos con rebozuelos, también muy sabroso y magníficamente acompañada de 7 lunas , viñedos de la joya , Campos góticos , además con el siguiente plato , quesos de Valladolid , ya sabéis que soy un loco del queso , probé Juan garcia06 de abadengo y también abadía retuerta selección especial , este ultimo ya lo había probado con lechazo y la verdad me encanta .

De postre un original postre, de maíz, en todas sus texturas y formas, acompañado por un vino dulce, Selbach Oster, estaba espectacular, en vinos dulces, salí maravillado, además unos dulces para el café , que mas se puede pedir y a estos precios .

He hablado del cariño y el mimo con el que se trata el vino en este restaurante, tanto como a los destilados, me dieron conocer varias ginebras, me encanto probar una holandesa , para tomar a palo seco , sabia como un buen orujo , no tenia el típico sabor a ginebra , si bien es verdad que tampoco suelo tomarlas solas , se llamaba Zuidam , esta en barrica , esta en concreto , pues deben tener mas variedades , durante tres años , sin embargo , yo soy de trago largo y conocí , una de las que mas me han gustado , con 60º , pero que echando la cantidad justa , hace que te tomes un gin-tonic , sorprendentemente , para mi , frutal , fresco , armonioso , el gin-tonic con la Blackwood e limit+ , me ha encantado y junto con mi blue ribbon , están en mi podio , iba a decir en mi corazón , pero podríais pensar que soy un borracho , que solo un poco .

El menú a 35,21€+iva , magnifico precio , lo del vino , sin comentarios , un regalo , el gin-tonic a 9,50+iva y dado mi nivel de satisfacción , me parece otro regalo , eso ese día , servicio de pan , que ya prácticamente te cobran en todos los lados , si bien es verdad , que suelen currarse el pan , en conclusión una magnifica velada , Victor el cocinero , andaba por la sala , atendiéndonos en la mesa , aunque generalmente esta en cocina , la sumiller y creo que pareja de Victor , profesional y súper agradable , desde aquí gracias por el disfrute y por los vinos.


LLegamos al restaurante Trigo con los amigos Jaime y Luis Suárez después de un fin de semana maratoniano de comidas y buenos vinos. Y, sin saberlo, nos esperaba la traca final. Dado que nuestros amigos llevaban unos cuantos vinos para la cena (tapados, para hacernos sufrir :-), Victor Martin, el cocinero del Restaurante, nos propuso ir preparando algunos platos buscando un maridaje con los vinos que acabábamos de llevar, más algún otro que nos iría ofrecindo Noemí Martínez, la sumiller y responsable de sala (también a ciegas).

La larga etapa empezó con un sandwich de brandada con ortiguillas (como homenaje a nuestra tierra) maridado con un Riesling de Georg Breuer, en concreto el Terra Montosa 2001, muy redondo, con las notas empireumáticas justas. Continuamos con un plato de de espárrago blanco de Tudela (¡ojo!, de Duero) asado con un estofado de lentejas que Noe nos hizo acompañar con un Domaine de L'Hortus Grande Cuvée Blanc 2009, VDP Val de Montferrand, un vino mayoritariamente de chardonnay, con algo de viognier y roussanne, con buena estructura que aguantó perfectamente la potencia del espárrago.

Seguimos con el que fue, para mí, el plato estrella de la noche, un mar y montaña, con una cigala sobre una base de caldo con mollejas de cordero y alcachofas de Tudela que estaba verdaderamente increíble. El maridaje en este caso fue un Grande Cru Clasée de Pomerol, el Chateau La Conseillant 2005, con un 80% de merlot y 20% de cabernet franc, elegante y muy sobrio. Seguimos subiendo el Tourmalet con un nuevo plato de pescado con toques árabes(Virrey con cuscus) y nuevo vino: Au Bon Climant 2008, un Pinot Noir calforninao de Santa Barbara Country. Para mí este vino fue una gran sorpresa por su elegancia en nariz, muy floral, y un paso por boca vivo pero ya bastante redondo.

Dado que los estómagos ya empezaban a quejarse, Víctor nos propuso reducir algo el tamaño de las raciones para poder llegar a catar todos los vinos que aún nos faltaban. Y, con ese nivel de sufrimiento, nos embarcamos en el siguiente maridaje en el que también tuvimos que jugar a averiguar el tipo de carne del plato: resultó ser una Pularda en dos texturas (a la plancha y confitada) que tuvo el honor de ser acompañada con un soberbio y espectacular Viña el Pisón 95. ¡Increíble como estaba ese vino!. A ciegas todos en la mesa nos decantamos por un grande de Burdeos, por los matices especiados, incluso por los matices de un gran cabernet, lo que nos hizo preguntarnos en lo que realmente hay plantado en la Viña del Pison, además de Tempranillo. Algún día tendré que preguntárselo a Juan Carlos López de Lacalle :-).

Aún nos quedaba un plato para alcanzar la cima. Fue un rabo de toro estofado con verduras mini, que le hizo los honores a un magnífico Quínola 2006, elegante, amplio y sabroso, la primera añada de este vino de garaje de la DO Toro que elaboran los hermanos Suárez.

Para el descenso de la montaña, finalizamos con una pequeña degustación de quesos (siento no recordar a estas alturas ya los nombres) y un postre de dátil fresco en láminas con una espuma de vainilla y helado de capuchino, perfectamente ensamblados con un Porto de Taylor's, un Croft Vintage 2009 vivo (casi recien nacido) y sorprentemente fresco.

LLegados al valle, tocaba hacer una pequeña parada y refrescarnos para coger fuerzas y llegar al hotel. Y, para eso, nada mejor que un GinTonic con Mombasa y corteza de lima, charlando también con, ya más relajados, Victor y Noe, la estupenda pareja que gestionan este buen restaurante.

Esta cena fue una gran "etapa" de alta montaña en la que lo mejor fue, sin duda, poder disfrutarla con muy buena gente.

  • Poularda en dos texturas

    Poularda en dos texturas

  • Virrey con cuscús

    Virrey con cuscús

  • Cigala sobre una base de caldo con mollejas de cordero y alcachofas de Tudela

    Cigala sobre una base de caldo con mollejas de cordero y alcachofas de Tudela

Celebramos en el Trigo la comida familiar del día de Reyes, es una de las pocas ventajas de contar con una familia corta, cabemos en casi cualquier sitio.

El local es perfecto, diseñado con mimo y detalle con riqueza de texturas, ese suelo de garbancillo in situ en la entrada, la riqueza de las carpinterías, la cortina que divide la sala principal de los aseos... No creo que se pueda pedir más encontrándose donde se encuentra.

Nuestra mesa se encontraba en una segunda sala que se encuentra hacia el fondo del local, que contaba con su necesario y casi testimonial aporte de luz natural a través de una pequeña ventana.

Cuatro meses después recuerdo que la comida comenzó con unas croquetas tamaño y forma terrón de azúcar y prosiguió con platos como las patatas a la importancia que pedí para recordar el sabor de las que mi abuela materna intentaba hacerme comer de pequeño, cuando aún no había despertado en mí la pasión por la comida. Los platos correctamente preparados y presentados, con un nivel notable, aunque el que no dejaron huella.

Era nuestra primera visita y también fuimos los primeros en llegar ese mediodía al restaurante. La Jefa de Sala nos recibió amablemente, aunque, es mi apreciación personal, con un trato forzado y algo artificial, ya que aunque todo parecían ser facilidades a la hora de especificar menús sin sal, para celiacos, etc, con la misma sonrisa se nos negó la posibilidad de dividir los platos en medias raciones para poder probar una mayor variedad de ellos. Como nota negativa, su recomendación sobre el vino. Tras elegir un Riesling, que resultó encontrarse agotado, se nos recomendó un Gewürztraminer a mi parecer dulce en exceso para acompañar toda la comida.

No obstante, y visitándolo tras dejarme llevar tras la lectura de otros comentarios, he de confesar que esperaba algo más. Como dice mi amigo Javi, satisfacción = realidad - expectativas y en este caso mis expectativas eran muy altas.

Excelente trato, cocina, servicio, bodega.
Se nota la madurez y las ideas claras.
La cocina de Victor es aparentemente sencilla y tradicional, nada barroca, pretende ser discreto, pero cuando empiezas a disfrutar y a sentir cada plato, notas la profundidad y el mensaje. "Trigo", no hay nada inicialmente más sencillo y natural.
Los productos son los protagonistas, el punto impecable, nada de guarniciones típicas, abundantes; todo lo que hay en el plato tiene un significado. Puede resultar algo minimalista.
Tomamos el menú Festival (38 € IVA incl) con aperitivo (sandwich de brandada), excelentes el carpaccio de corzo con foie y trufa, el canelón de patata y morcilla con sepitas, el virrey con cremas de verduras y el rulo de lechazo limpio, buenos el San Pedro con col morada y el postre, dátiles, chocolate blanco y piña.
Noemí, como siempre encantadora, tuvo el detalle de ofrecernos el último Quinolá 06 (Toro). Increible personalidad, moderno, elegante,largo.
Vaya añito más bueno que tienen con la final del Millesime (Victor) y la Nariz de Oro (Noemí). Os deseo toda la suerte del mundo por lo bien que lo hacéis. El precio no incluye vino. Gracias

Haca casi un año que no paraba en el Trigo. Todo sigue igual de bién, amabilidad, atención servicio y su innovadora carta. Eramos tres personas y tomamos de Aperitivos, invitación de la casa, brandada de bacalao con huevo de codorniz, sorpresa muy agradable, y seleción de 5 quesos de Castilla (Azul,cabra, zamorano, etc.). De primeros, estando en la fecha que estamos, Espárragos frescos de Tudela de Duero ahumados y con virutas de ibérico(16,00) en su punto de cocción, dulces y amargos al tiempo, una delicia. Ensalada de cigalas(19,00) fresquísimas, con abundante pesca y en su punto de plancha, muy rica. Y Raviolis de pimentón rellenos de mollejas y con caldo de verdura y costrones de pan (14,00)original combinación que sorprendió a mi hijo. De segundos: dos de Lomo de Bacalao con setas (21,00)buena ración, meloso el bacalao, en su punto de textura, aunque un "pelín" salado para nuestros gustos y muy gelatinosas las setas y Solomillo de equino con colmenillas(20,00) magnífica pieza, en su pùnto y abundante. De postre : Toffe con cuajada (5,50). Sorbetes de frutas, compuesto de frambuesa, cereza y manzana asada (5,00). Y Naranja sanguina en cuatro texturas de espuma, mousse, sorbete y natural(6,50). Todos muy ricos y originales.
Con los cafés (2,50 pax) y una infusión (2,15), nos invitaron a una nube de fresa, oblea de caramelo y bombón de arroz. Para beber Abadengo-Cr. 2005(12,50) D.OArribes del Duero, dos refrescos de cola (1,60 pax) y agua mineral 3,00). El vino nos sorprendió por su originalidad, frescura y magnífica R/C/P.

Decidimos despedir la Semana Santa en este peculiar restaurante. Mereció la pena. Como no me importa repetir platos, si el contenido me atrae, aqui repetí la ensalda de colitas de cigala con bastante mejor nota para esta última, y tambien la paletilla d elechal deshuesada, soporta la comparación con nota, al respecto del rabo de toro del dia anterior en Gabino. Un ABADIA RETUERTA Selección Especial (20€) bien servido. En copas excelentes, rellenadas en su punto y con diligencia, cosa ya nada común en estos dias. El servicio, y la comida excelentes. El sitio, un encanto por su sobriedad, a mi me gusta mucho la madera de pino.

Celebración de cumpleaños en Valladolid viajando desde Madrid. Situado en una pequeña calle al lado de la catedral, con una original puerta de entrada, tuvimos una comida inolvidable junto a Noemí, Víctor y su equipo.
Excelente menú de temporada (38 euros) abarcando productos como la Cecina, Pulpo “a feira” interpretado, Foie con lombarda y sopa de castañas, terrina de Caza, Raya y rulo de Liebre, postres y panes a la altura.
Sabores francos y concepciones tradicionales con un punto de creatividad muy acertado. Buen servicio de sala.
Copas Schott, buen ritmo, buen climatizador de vinos y carta de vinos variada y muy acertada en la elección y en los precios. Tienen fuera de carta otros vinos para curiosos.
Gran afición del vino por parte de esta pareja que se demostró cuando Noemí nos confeccionó (teniendo en cuenta nuestros gustos y curiosidades) un acertado maridaje.
Excelente impresión y ganas de repetir. Gracias a Victor, Noemí y a su equipo por tratarnos con tanto cariño.

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