Restaurante Bal d'Onsera en Zaragoza
Restaurante Bal d'Onsera
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

Añadir vino por copa

Precio desde:
73,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
83 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
5.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.9
Comida COMIDA
6.6
Precio medio entorno ENTORNO
5.9
RCP CALIDAD-PRECIO
3.3
Opiniones de Bal d'Onsera
OPINIONES
9

Gran Decepción.

Sábado. Marzo 2013. Comida.

Qué desastre. Comida para dos. Nos sentaron en una mesa que era para 7 como mínimo, tuvimos que juntar las sillas para no parecer enfadados.

Pedimos dos entrantes y dos platos. De los dos entrantes no tenían ninguno, de los platos solamente uno. No pudimos comer lo que quisimos, sino lo que ellos quisieron. La primera elección de vino de su carta, dominio de atauta. no tenían. La segunda, un Pétalos, de Bierzo, tampoco. La tercera hubo que levantarse y ver la cava para ver qué quedaba. Uno de california finalmente, syrah.

Risotto de calabaza: Totalmente insípido
Mousse de Foie: Bien.
Chuleta de vaca vieja: Dura, seca sin sabor.
Merluza con remolacha: De menú del día apañado.

La materia prima y la cocina no están a la altura de su precio. Y el servicio tampoco. Tras el postre, una sencilla tabla de quesos, y un café. Quisimos tomar un segundo café. Serían las 4 y media. Nos dijeron que no, que imposible, que la maquina ya la habían apagado!!

La copa ya ni la pedimos, claro... Un poco hartos quisimos expresar nuestros comentarios al chef o encargado de cocina... y éste se nego a salir, aduciendo que estaba reunido!!! Inaudito.

Pagamos 73 euros por cabeza, los habría pagado de buena gana si hubiese comido bien, pero nos sentimos estafados. Mi recomendación es que gasten su dinero en otros sitio. Mi misión ahora es descubrir en qué se basa la guía michelín para otorgar sus estrellas. El Bal dónsera a 16 de marzo de 2013 no la merece, ni mucho menos.

Es la tercera vez que degustó el restaurante y creo notar ciertos avances en algunas cosas pero...desde luego en nuestra ciudad falta locura en la cocina. Se imita demasiado pero quedandose corto. Bal d´Onsera es sin duda un restaurante que ha ganado una estrella pero que le costara mantenerla, aunque no debería de ser el objetivo del lugar.
Magnifica puesta en escena de los primeros platos. Excelente el manejo de la huerta, tomates en texturas, magnificas borrajitas, calabacin, judias o vainas como querais llamar. En los primeros repitio de forma constante tomate, borraja, huevas, atun. Hasta los segundos, todos los platos eran del mismo colorido, verde. Magnifico el huevo poché con bogavante y calabacin.
Los segundos... como se puede ser tan creativo en los primeros y sacar de segundos, merluza a pelo y un solomillito. Sin fabricarlo, sin nada más, el que va alli busca cocina no producto fresco de elaboración simple.
Efectivamente, observamos que decantó absolutamente todos los vinos que se sirvieron en las 5 mesas, y ..algunos no eran vinos que requiriesen ser decantados (nos fijamos). Nosotros nos bebimos un magnífico María de Alonso del Yerro 2006. Todas las copas del restaurante eran iguales. La camarera, única en la sala, pone empeño. El restaurante es pequeño y la carta no puede ser enorme, no está mal, hay variedad de denominaciones de origen y de uvas.
Panes sencillos, ricos.
El postre rico pero demasiado sencillo. Cuando acabamos parte de la cocina había terminado su trabajo y desfilaron saliendo por entre las mesas.
Precio, 63 euros por cada menu de degustacion y la botella de María (Alonso del Yerro) fueron 50 euros. Total 176
Lo mejor, efectivamente, la compañía

Actualmente Bal d´Onsera cumple a la perfección un patrón habitual en algunos restaurantes en busca de la estrella: pulcritud, cierto minimalismo y alta cocina sin emoción , estereotipada. Bal d¨Onsera es un buen restaurante, sin duda, pero falta pasión y capacidad de impactar, de motivar. Tomamos un menú degustación , donde destaca un excelente manejo de las verduras, st la borraja, con un punto de cocción magnífico y una disposición en cada plato atractiva y cromática. Un problema , a mi modo de ver significativo: se repiten una y otra vez ingredientes y alimentos, en ocasiones de forma coonsecutiva . A destacar el huevo sobre txangurro y borraja: gustoso, con contrastes de textura interesantes y de nuevo un manejo de la verdura fantástico.Los segundos decepcionan , ahondan más en ese problema de creatividad y emoción comentados, insípidos y sin personalidad, aq con un producto de primera. El servicio es correcto , amable y razonable, pero decanta los vinos sin que en ocasiones el vino lo requiera y st sin la aceptación del cliente, es decisión unilateral. El vino no debe decantarse de forma automática, y en cualquier caso, siempre que el cliente lo decida y si se va a cunplir su finalidad incuestionable( la única): retirar posos.
En definitiva, buen restaurante , a la moda, con potencialidad, buen manejo de verduras, pero sin alcanzar todavía ese nivel de emoción y enganche que los grandes restaurantes poseen( y eso que la compañía fue superior).

Con motivo del cumpleanos de mi pareja, me invito a comer al unico restaurante con estrella Michelin de Zaragoza y fue bastante decepcionante.
El entorno era bonito, muy minimalista todo en blanco y con solo 5 mesas.
El servicio fue normal, bastante secos a la hora de presentarnos los platos, pero sin llegar a resultar desagradables.
Nos decidimos por el menu degustacion (63 euros/ persona) y por un vino que nos recomendaron de la tierra.
El menu no fue nada del otro mundo, ningun plato nos sorprendio sobremanera y lo peor de todo fue la escasa cantidad de comida. Esta claro que si pides un menu desgustacion, las raciones no van a ser abundantes, pero yo nunca me habia quedado con hambre despues de haber disfrutado de uno de estos menus.
El menu constaba de un entrante, dos primeros (verduras de temporada y un risoto que estaba muy sabroso) y como platos principales merluza a la plancha con verduras de temporada y una lasca de carne a la brasa con pure de patatas. La cantidad en ninguno de los platos era suficiente. De hecho la carne era un unico trozo de carne a la brasa, mas pequena que un unico trozo que te ponen cuando pides carne a la piedra.
El postre tampoco fue nada especial.
Conclusion: Me esperaba mucho mas de un restaurante con una estrella michelin, algo de innivacion en los platos principales (no merluza a la plancha y un trocito de carne a la piedra) y por supuesto no salir con hambre del restaurante....

Quiero decir que lo primero que pides a un restaurante, sobre todo de esta categoría es comer, además de deleitarte con los platos originales y diferentes. Creo que los restaurantes están para eso, del nivel que sea, lo demás son tonterias.

Pero no, en bal d'onsera ni comes ni te deleitas, pues no te da tiempo. Es tan escaso todo, que cuando quieres saber de texturas y sabores, ya no tienes nada en el plato.
Las mesas, lo mismo da que vayas tres que cinco, son todas del mismo tamaño, por lo que al ir tres decidimos acercarnos un poco, taxativamente se nos prohibió. Acabé escuchando mas a los que estaban detrás de mi que a mis acompañantes. Posteriormente decidimos pedir varios platos de la carta para compartir, se nos dijo, que no, que no podían poner centros.

Primer plato: foi con manzana...no era foi era micuit, la manzana dispuesta como papel de fumar encima de una uña de micuit, pintado el plato con un fino pure de manzana. Segundo: sin sorpresas, solomillo de vaca, tierno, al punto, y frío totalmente, nevado de sal gorda, ni siquiera era maldón, hubo que retirarla para poder ver la superficie, al lado para adornar, un brochazo de puré de patata. Postre: sirope de fresa en el fondo del plato, nadando sobre él dos fresas partidas por la mitad y cubiertas por una clara de huevo montada y gratinada. Café, bueno. Minuta de tres personas 222 Euros. Para no volver.
Y no me paro en el tamaño del solomillo de ternasco...sin comentarios y la obligatoriedad de pedir todo a la vez, primero, segundo, postre, ya imaginan que nos apetece el postre...¿?

El trato no fue bueno, la camarera circunspecta y estirada, nos hizo sentir incómodos.

Restaurante sorprendente en donde para entrar hay que llamar a la puerta. Una vez dentro te encuentras con una decoración minimalista, en blanco, muy agradable y relajante con un servicio de mesa muy bueno.
La comida ha sido realmente sensacional , con unos platos sorprendentes, con sabor, muy bien elaborados, con una materia prima de primerísima calidad y muy cuidada comida de autor, Los vinos muy buenos y elegidos.

Fui atraído por la crítica de Verema y en efecto, se trata de un restaurante interesante pero no para tanto.
Yo diría que sí, que puede llegar a ser -tienen maneras para ello- un buen restaurante...pero todavía no lo es.
Aunque rompe en originalidad, le falta alma, potencia y expresividad en cada una de sus creaciones. También carece de fondo de armario.
Esto no quita para que lo califique como "interesante": bonita decoración, minimalista, la mencionada originalidad, tablas en cocina y ambiente selecto.
Habrá que ver su evolución. Yo apostaría por él.

Restaurante imprescindible en Zargoza. Todavía no muy conocido, pero sin duda esto cambiará. Sorprende gratamente la experiencia de la comida en él.

Carmen Arregui y su esposo Josechu Corella (formado con los grandes cocineros de España) han montado un local con muchisima clase y gusto. Comedor de 5 mesas, decoración minimalista en total blanco y un ambiente de privacidad muy conseguido. Puerta siempre cerrada, a la que hay que llamar y es entonces cuando descubres el restaurante. Obligada reserva.

Vajilla cuidada y servicio esmerado. La carta de vinos es aceptable, y estos están cuidados en bodega refrigerada. Muy buen servicio. Personalmente el Marques de Griñon Summa Varietalis me parece excelente en RCP.

La comida exquisita. Dos opciones a precio cerrado (48 Euros), menu degustación a mesa completa o elección de primero, segundo y postre. Agua, servicio de pan y café incluidos. A destacar sin duda el risotto y elesparrago verde con bogavante entre los primeros, sobresaliendo entre los segundos el solomillo y la merluza con tallarines de sepia. Los postres imaginativos y a la altura del resto, el dulce de leche, vino y chocolate exquisito.

Un 10 en Zaragoza.

Restaurante imprescindible en Zargoza. Todavía no muy conocido, pero sin duda esto cambiará. Sorprende gratamente la experiencia de la comida en él.

Carmen Arregui y su esposo Josechu Corella (formado con los grandes cocineros de España) han montado un local con muchisima clase y gusto. Comedor de 5 mesas, decoración minimalista en total blanco y un ambiente de privacidad muy conseguido. Puerta siempre cerrada, a la que hay que llamar y es entonces cuando descubres el restaurante. Obligada reserva.

Vajilla cuidada y servicio esmerado. La carta de vinos es aceptable, y estos están cuidados en bodega refrigerada. Muy buen servicio. Personalmente el Marques de Griñon Summa Varietalis me parece excelente en RCP.

La comida exquisita. Dos opciones a precio cerrado (48 Euros), menu degustación a mesa completa o elección de primero, segundo y postre. Agua, servicio de pan y café incluidos. A destacar sin duda el risotto y elesparrago verde con bogavante entre los primeros, sobresaliendo entre los segundos el solomillo y la merluza con tallarines de sepia. Los postres imaginativos y a la altura del resto, el dulce de leche, vino y chocolate exquisito.

Un 10 en Zaragoza.

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