Restaurante La Vaca Argentina (Valencia) en Sedaví
Restaurante La Vaca Argentina (Valencia)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
28,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
36 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
4.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.3
Comida COMIDA
4.9
Precio medio entorno ENTORNO
5.5
RCP CALIDAD-PRECIO
4.0
Opiniones de La Vaca Argentina (Valencia)
OPINIONES
17

De primero pedimos croquetas y queso de cabra. Están buenos. De segundo El chuletón 1Kg para compartir mi mujer y yo, y para los niños el menú infantil, de spaghettis con tomate. La carne vino 1h después de haber terminado los primeros. Además, la pedimos poco hecha, y llegó muy hecha. Al llegar la carne, pedí un poco de sal, y el camarero me trajo un salero de sal fina de mesa. Me tocó llamar a otro camarero, y especificar que quería sal gorda. Se olvidó de traerla, y al volver, nos vió a los dos con el brazo levantado, entonces la trajo. Entre unas cosas y otras, empezamos a comer la carne más de 1 hora después de haber terminado los primeros platos. Como es de imaginar, ya no teníamos ni hambre, y bastante mal humor, porque además solo el plato de carne cuesta 56€ y es para que se preocupen un poquito más: si la pides poco hecha debe venir poco hecha. No se entiende que llegue tarde, y encima demasiado hecha. Es falta de organización. Menos mal que tienen una sala donde los niños pueden jugar y están con una monitora. Nos hemos tomado casi toda la botella de vino sólo mientras esperábamos por la carne. De aburridos que estábamos, me fijé que la botella de aceite de oliva venía abierta. Aunque no debería, es verdad que ocurre en todas partes; pero además, la nuestra tenía la fecha de caducidad ya pasada...de tanto rellenar, ni se han preocupado en cuidar ese detalle. Para lo que pretende ser este restaurante, un error garrafal. Todas las mesas de mi alrededor estaban con caras largas. Como sería la cosa, para que el maitre se molestara en invitar a chupitos o copas a cada mesa al llevar la cuenta. En mi caso pedí un coñac Cardenal Mendoza o Duque de Alba o 1877, y me trajeron un 1866....Sin comentarios.
En resumen caro, pero sobre todo, malo. Es lo que se llama comer a disgusto y salir de mal humor.

Nos gusta salir todos los fines de semana a cenar a sitios diferentes, al menos un día. Nos encanta probar cocinas nuevas, ambientes nuevos y descubrir sensaciones nuevas para el paladar. Llevábamos ya tiempo queriendo ir a La vaca argentina de Sedaví (yo había estado en uno de Madrid y cené de maravilla), así que este viernes se dio la situación perfecta y con mucha ilusión reservamos una mesa con la expectativa de disfrutar de una cena exquisita.

Como está en la zona de los centros comerciales de Sedaví, aparcamos sin problema. La entrada resulta simplona, pero decorada con gusto y el restaurante en sí, es bastante elegante y acogedor, a pesar de sus grandes dimensiones. Pude observar que había una bodega justo a la izquierda de la entrada y a la derecha un espacio con sofás para los clientes que han de esperar. Todo el local está decorado con estilo, en tonalidades blancas y negras. Las mesas cuentan con la suficiente distancia entre sí para que los comensales puedan disfrutar de su intimidad, incluso si el restaurante está lleno. Todo el personal va bien vestido desde la chica de recepción hasta los camareros y el maître.

La noche prometía, pero el espejismo se esfumó conforme nos sentamos. No sé ni por dónde empezar...

Fuimos 3 personas, nos acomodaron en una mesa de 4. Nos dieron las cartas y vinieron en varias ocasiones a tomarnos la nota, a pesar de que era evidente que no habíamos que no habíamos elegido aún.

La carta de vinos es más bien escasa: eché de menos una mayor variedad de bodegas, así que al final nos decantamos por un Marqués de Arienzo. Para nuestra desilusión no había, así que pedimos un Cune 2010 que nunca falla.

Nos traen el vino, y para nuestra enorme y desagradable sorpresa, el tinto estaba más frío que una cerveza recién sacada del congelador. Al comentarlo con el camarero, su única respuesta, medio vacilando, fue que habían tenido un problema con la refrigeración de la nevera y que lo dejemos en reposo que ya se pondrá de temperatura de ambiente, que no pasa nada... Todo eso sin pedir disculpas... Obviamente cuando terminamos la botella aún estaba muy por encima de la temperatura adecuada para un vino tinto, básicamente no sabía a nada.

De entrantes elegimos croquetas de rabo de toro y quedo de cabra templado con cebolla caramelizada. Las croquetas fueron lo único que nos gustó de todo lo que probamos, textura y sabor bueno. El queso de cabra, buena presentación, pero era evidente que lo acababan de sacar del microondas.

Como platos principales, cada uno de nosotros eligió un tipo de carne diferente: Lomo Agnus fileteado, Bife Ancho y Steak tartar. Por supuesto, el objetivo era disfrutar de “la especialidad del restaurante”. Particularmente, me encanta el steak tartar, de hecho es mi plato preferido, lo he probado elaborado de muchísimas maneras, así que al ver que estaba en la carta, me alegré (siempre me pasa cuando los restaurantes lo ofrecen) y pensé que sería una delicia para el paladar si se jactaban de tener una materia prima de gran calidad.

Lo que era común para los tres platos era la escasa cantidad. El lomo Agnus, servido frío; el Bife Ancho más de lo mismo, una porción pobre y encima la carne durísima. El Steak tartar más bien normalito, bastante soso y, obviamente, sin prepararlo delante del cliente.

Con los postres la situación no mejoró. Nos decantamos por el brownie de chocolate y el panqueque de dulce de leche. El brownie era un trozo de bizcocho con chocolate frío por encima y el panqueque un crêpe pasable.

Pedimos los cafés, nos ofrecieron unos chupitos y hacernos la tarjeta de socios y la respuesta de un NO rotundo a ambas invitaciones. La cuenta ascendió a 40€ por persona.

Dejando la comida a parte, respecto a la plantilla tengo que indicar que el personal que nos atendió fue demasiado invasivo. Me dio la sensación de que los camareros nos trataban con demasiada prepotencia, corrigiéndonos en varias ocasiones sin demasiada corrección. Supongo que consideraron que, al no ser de por aquí, por fuerza debíamos estar mal informados. Hicieron más de una vez comentarios muy inoportunos hasta el punto de decirnos "que la carne de otra mesa estaba mejor que la nuestra, porque solamente ese plato valía igual que todo lo que habíamos pedido nosotros”, un comentario demasiado desafortunado que vino acompañado de una mirada desafiante.

En conclusión, comida floja, relación calidad precio mala y trato del personal inaceptable. Deberían de plantearse cambios en aspectos imprescindibles, si su objetivo es que los clientes disfruten yendo y comiendo en su restaurante. Nosotros, desde luego, no volveremos.

En los últimos años habré venido a este restaurante una docena de veces. En esta última visita me animo a plasmar mi opinión.
Coincido con algunos comentarios anteriores ya que, aunque es un sitio que me gusta por su decoración, su accesibilidad, facilidad para aparcar y buena relación calidad precio, siempre he pensado que detalles como las guarniciones, sobre todo las de verduras, que si no me equivoco eran de bote, y por eso no las he vuelto a pedir, o algunos postres, como el carpaccio de piña, que creo están demasiado tiempo preparados en el plato, y se amojaman antes de servirlo -el último día volví a cometer el error de pedirlo-, esos pequeños detalles desmerecen el principal producto que ofrecen. Me entusiasman sus mollejas de ternera, los embutidos -mal que me pese reconocerlo, estuve comiendo días atrás en Turís en un local donde técnicamente están especializados en embutido, y estos me parecieron mucho más sabrosos y ligeros- y sobre todo el lomo alto de tamaño grande para compartir con mi pareja, muy sabroso y en el justo punto que solicitamos.
Por segunda vez consecutiva repetimos el "Convento de Oreja" Roble, de Ribera del Duero. Confirmó la primera impresión que ya tuvimos, buena elección.
En cuanto al servicio del vino podrían sobre todo mejorar el hecho de, al menos la camarera que nos sirvió, no se apoyara la botella en la pierna para abrir el vino.

Por mi parte y poniendo pros y contras en la balanza, volveré, pese a los pequeños defectos, paso siempre ratos muy agradables.

Tenemos por costumbre salir a cenar y aprovechamos para de vez en cuando acercarnos por la Vaca Argentina.
Hemos probado tanto en Paterna como en Sedaví y la diferencia principalmente es el local, que desde mi punto de vista es más acogedor en Sedaví.
Hemos llegado a coincidir con las mismas personas trabajando en sala tanto en un local como en el otro y el trato es siempre estupendo, no tenemos ninguna queja al respecto y además comentar que en otros sitios "que no son franquicias" el trato deja mucho que desear, con lo que considero que ésto no va relacionado con el tipo de negocio.
En nuestro caso jamás hemos tenido que esperar platos, ni demoras entre unos y otros ni nada parecido, aunque sí en los buenos tiempos antes de la crisis tener que esperar para que nos dieran mesa..
Los platos han sido siempre buenos, nosotros comemos empanada argentina, lomo bajo para hacer en mesa, patatas gratín y en ocasiones ensalada, también probamos algo de berenjenas, postre de manzana, etc.. y sin problemas.

Se trata de una cadena de restaurantes con pretendido ambiente algo sofisticado sin logralo y eso se nota además en el servicio que resulta escaso y muy poco profesional. Acudimos al restaurante de Sedaví y tras más de media hora de espera para que nos tomen nota conseguimos que nos dejen el vino (Santa Julia, vino argentino no recomendable, mejor uno español) encima de la mesa sin abrir. Al rato, y tras insisitir al jefe de sala, nos abren la botella y a pesar de decirle que estaba caliente solicitando que lo enfriaran no ponen remedio alguno. El servicio sólo funciona a base de constante insistencia. La carne simplemente no estaba a la altura y se supone que es el producto estrella. De todo lo que comimos, lo único destable son los postres. Con entrante, carne y postre más vino y cafe salimos a 40 € cada uno. Resulta más aconsejable en la misma zona(si no hay más remedio) y estilo el restaurante Remonte o Asador 7 de julio.

Tercera visita, algo "obligada" por motivos de trabajo. Eran casi las 15 horas y por la zona comercial de Alfafar-Sedaví poco mejor hay, de modo que nueva oportunidad que no han superado.

Quizás cogimos a la camarera pelín despistada. Pedimos una ensalada y casi nos traen otra. Una botella de agua pequeña y nos traen la de litro, pero rectifican y nos cobran la pequeña en la factura.

Vino: Alvear syrah argentino. Temperatura y sabor correctos. 14,50€. Eso sí, hubo que pedir copas más grandes -si no las pides te lo sirven en las iniciales-, pero ralladas de tanto lavavajillas. Es una pena que en un restaurante de corte argentino no cuiden más el vino, uno de los productos esenciales de ese gran país, y que la carta sea corta corta.

La ensalada muy normalita, con lechuga y derivados de bolsa de supermercado. El aguacate, generoso.

Segundos. Bife de lomo alto de 300 gramos. Lo pido poco hecho y me lo traen pasado, con excesiva grasa y con poco sabor. Uno que conoce el Araguaney bien, se pregunta de dónde han sacado esta carne.

El solomillo ibérico con salsa de queso idiazábal bastante bueno, pero una ración ridícula para su precio.

Te cobran el pan, el servicio y la guarnición que pidas, en este caso patatas fritas que, menos mal, no eran precongeladas.

Desistimos del postre por su elevado precio y acabamos con un par de cafés, "amenizados" con un cd de música tipo Gloria Stefan, pero en malo. Ideal para una comida tranquila.

En fin, mucho glamour del local, pero servicio justito, precaria calidad de la materia prima, escasa atención al vino y sus complementos y mediocre RCP.

Definitivamente, el hombre sigue tropezando en la misma piedra.

No sabemos si atrevernos con el nuevo del Parque Tecnológico...

Local muy grande, rollo franquicia.
La carne te la sacan en el punto que tu quieres pero coincido con otros comentarios, en Valencia tenemos un referente de carne que es el Araguaney y no tienen nada que ver, las entradas muy típicas, revuelto, huevo con patatas, empanadillas criollas y para comer lomo alto rare, bien de punto pero con mucha grasa.Creo que hay mejores opciones

El trato muy bueno,rcp correcto ,la carne ,lomo alto o lomo bajo buenisimo ,los entrantes bien,vinos y postres tambien.nosotros solemos ir entre semana o fines de semana sobre las 9 para evitar saturacion y conseguir mejor servicio.solemos salir la pareja con carne,entrantes dos,agua,vino,postres y cafes de 50 a 60 euros

Tiempo de espera hasta primer plato 20 minutos.4 mesas ocupadas.Tempura de primero (muy buena).De carne entraña,es un corte duro,pero aquello no se podia cortar,me dejé la mitad.Tarta fina de manzana con helado de postre.Cervza y refresco.Café.36 euros pax.
RCP mala.No recomendable.

Al hilo de los comentariops anteriores.......bastante flojo. Su fuerte es la carne y en valencia hay muchos sitios que es de mejor calidad y mejor preparada. Los entrantes flojos, flojos. El servicio del vino no existe. Carta clasica de vinos. Servicio normal.

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