Invitados por Gure Sukalkitza, hemos tenido unos cuantos “suertudos” la oportunidad de vivir un estupenda experiencia única.
Por lo pronto, nada más cruzar la puerta, nos recibe un pletórico recién “estrellado”, Josemi, del restaurante Aizian, todo un lujazo.
Mientras van llegando los invitados, podemos disfrutar de un rico txakoli y se nos une Ricardo Asua, propietario del negocio familiar que será quien nos guíe hasta lo más profundo del precioso caserío donde se ubica la bodega.
Pasamos al comedor, la idea es presentarnos algunas de las novedades de los tres restaurantes y para ello contamos con sus tres estupendos cocineros: Zuriñe de Andra Mari, Guillermo de Aretxondo y Josemi de Aizian.
Para acompañar lo sólido, el vino elegido ha sido el Baigorri, en primer lugar un blanco y después un crianza. Yo, fiel a mis gustos y gracias a que hay muchos que siguen pensando que el tinto es más rico (no seré yo quien les saque del error que luego se acaba), puedo disfrutar de toda la cena con el Fermentado en barrica cosecha 2003. Un vino de color dorado intenso y cuya nariz nos “canta” que aquí hay madera. Lo que para algunos será una “putada” para mi es una bendición.
Comienza el espectáculo donde cada cocinero nos describe el plato en primer lugar para posteriormente emplatarlo “in situ”.
En primer lugar podemos disfrutar de la Sopa templada de ostras, algas y huevas de salmón. Mira que yo no soy amigo de las ostras pero en esta ocasión, su textura es más de mi agrado, estas llevan un trabajo y se nota al meterlas en boca. El conjunto resulta muy agradable y sin duda alguna, te hace trasladarte al mar.
Pasamos a la Lasagna de morros de ternera y sepia con jugo de txipirones y aire de pikillos y pimentón. Nombre largo para un plato cuya elaboración no lo es menos.
Mucho trabajo, muchas horas para conseguir el resultado final que es mucho más que satisfactorio. La carne tierna a más no poder. Los ingredientes presentes pero a mi me ha parecido que el resultado final premia al principal pues no pierde en modo alguno su presencia tanto en nariz como en boca. Me gusta la propuesta y los que podáis pensar en que los morros no os gustan, dazle una oportunidad que seguro que os lleváis una agradable sorpresa.
El siguiente plato es el estofado de bacalao y cebolla con crema de patata y espuma de huevo.
Trabajo y mucho para preparar los callos de bacalao que dan la base a este plato cuya presentación es muy bonita pero que merece la pena “destrozar” para disfrutar de él en su conjunto. Todos los ingredientes tienen su labor. Una pena que “mi emplatadora” haya sido demasiado generosa con mi ración de piel de naranja.
De nuevo propuesta que gusta y mucho. Menudo placer eso de investigar e investigar y que después te salga algo así para disfrute de innumerables comensales.
El último plato del apartado salado es la Molleja de ternera, crema de limón y caldo de cerveza negra. Nuevamente aparece un ingrediente del que no soy demasiado amigo. La cerveza negra. Posteriormente descubro que no es, precisamente, el protagonista y que no estorba en absoluto, más bien lo contrario.
Recuerdo yo la poca afición mía a pedir mollejas. Recuerdo esas texturas duras. Ahora ya le he perdido el “miedo”, esto está muy elaborado, la metes en boca y parece ternera lechal. No penséis que la crema de limón os va a marcar en demasía. Nuevamente son aromas y sabores que están ahí pero que no se empujan unos a otros. Todos ellos participan en el baile pero sin molestar al resto.
Pasamos al primero de los postres. Sorbete de café con milhojas de Gransmith y crema de gatzatua (cuajada). Aquí sí que se le saca jugo a la manzana. Soy cafetero pero curiosamente es un sabor que en el plato no suele agradarme y hoy, como va sucediendo plato a plato, me demuestran que una cosa es que las cosas sepan a algo en concreto y otra muy distinta es que un ingrediente sea un protagonista más.
Y terminamos la estupenda cena con el pastel de praline de avellana, espuma de whisky y helado de vainilla. Nos confiesan que el helado viene del maestro de Santutxu. Del restaurante sale la idea de lo que quieren y él le da forma. He tenido ocasión de probar en varias ocasiones sus helados y la verdad es que están para quitarse el sombrero. De sabores increíbles.
Yo un amante de los mazapanes y en este postre lo que más me marca es eso precisamente, el sabor a mazapán. Como no puede ser de otro modo, el whisky está ahí pero de manera muy sutil. Estupendo remate para una co-jonuda cena.
La nota es que le pongo es el resultado global de la experiencia.
Para ver las fotos: http://gastiondo.blogspot.com.es/
Excelente comentario. Enhorabuena por haber vivido esa magnifica experiencia ... Veo que has disfrutado de lo lindo y ademas invitado.
Los hay con suerte !! ;-)) Ese Baigorri tenia que estar como para disfrutarlo con calma.
Un abrazo
Joan
Gracias Joan. Me gustó el vino, la verdad. Aunque seguro que alguno dirá que.... pero me gustó.
Está bien que de vez en cuando se acuerden de uno para estas historias. Un abrazo.
Se ve que eres un bloguero de referencia en la hostelería vizcaína, y como buen "marca tendencias" te quieren y te respetan. Me alegro por ti Jon. Muy buena pinta todo lo que os pusieron, con enunciados de lo más sugerentes la verdad. A ver si me paso un día por uno de los tres del grupo de Andra Mari, aunque el Aretxondo ya lo conozco y el propio Andra Mari me lo encontré lleno la vez que intenté ir (La Fábrica de Juan fue esa vez el plan B).
Menuda festival Jon, muy en tú línea, jeje. Bien por esa bendita maderita en los blancos, a mi me pirran!!!
Abrazotes
Estoy con Josean, a vosotros los buenos blogueros hay que respetaros y teneros el buche lleno para que las críticas sean buenas ;-)
Cualquiera de esos tres restaurantes tiene buena pinta, no me importaría en absoluto probarlos.
Un abrazo!
efectivamente tengo un blog pero no me considero bloguero. Me encantaría pensar que soy una especie de cuentacuentos. Y pensar que alguien cree que merece la pena leerlo... eso es la repera.
Pues merecen la pena los tres, sin duda. Algún día te animarás a hacernos una visita un poco larga y a ver si de una vez nos conocemos. Un abrazo.
El problema es que estáis muy lejos pero antes o después os haré una visita en la que podamos conocernos. Otra posibilidad es que tú te acerques a Galicia ... ahí lo dejo.
Un abrazo.
Tengo yo unos recuerdos de esa Praza do Obradoiro..... Creo que han sido tres ocasiones en las que he estado allí de vacaciones. Y por supuesto que jamás descartaría nueva visita. A fin de cuentas "nos parecemos" mucho en paisaje, comida, vinos....
Lo tengo claro, todo el norte es muy parecido.
Que conste que me encantaría ir de nuevo por tu tierra lo antes posible pero no se puede atender todo a la vez porque las vacaciones son las que son y lo que es todavía peor, el dinero también es el que es ...
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.