Se nota el cambio en este restaurante a mejor. Esta vez optamos por ir el domingo y aprovechar el menu especial que por 19,90 te ofrece a elegir de primero entre verduras fritas estilo asiático y una ensalada de bonito y de segundos un arroz o una fideua de bogavante.

Como fuimos 4 optamos por probarlo todo: los primeros más que aceptables y el bogavante estupendo, especilamente el arroz que coge más sabor.

De postre, muchas opciones, optamos por brownie de chocolate y pudding casero, correctos ambos.

Una buena opción para un domingo a un precio razonable.

Teniamos que ir a comer el Domingo y no tenialmos reserva,así que pasando por la puerta de este local nos decidimos a entrar,el local es pequeño y en mi opiniómn con demasiadas mesas ,pero tiene una decoracion bastante limpia .
Pedimos el menu que anunciaban en la puerta y quedamos bastante satisfechos
de primero tempura de verduras,nada aceitosas y de ración bien generosa y ensalada de ventresca,muy generosa también ,despues una cazuela(cazuelón ) de arroz de bogavante,el arroz estaba en su punto y tenia un buen sabor
De beber un albariño.
Teniamos opción de postre o cafe y todos optamos por cafe,por lo que no puedo opinar de los postres.
Teniendo en cuenta que el precio del menu era 18 euros y era Domingo,me parecio una buena opción.

Hace tiempo fui a este restaurante, esperando encontrar un restaurante "peleón", pues la zona está plagada de ellos (zona del ensanche, Canovas), nos animamos y la verdad es que no nos defraudo en absoluto, pero prometí volver, como hago con todos los restuarantes que degusto por primera vez. Al pasar un año y pico, hemos vuelto (mi mujer y yo), esta vez fuimos entre semana, un jueves noche. Nos sentamos, tras un amable saludo por parte del camarero, en total habían 16 personas, eran las 22.00 h, la carta de vinos era escueta pero muy acertada, y aunque el camarero nos sugirió un ribera del duero, optamos por rioja. Pedimos a compartir, una ensalada variada , con aguacate, pasas, etc.. llamada "Formentera", Foie Micut, muy bueno en su sabor y textura, y por recomendación de la encargada, que se acercó para comentarnos que tal iba todo (detalle que no observé la primera vez que estuvimos) pedimos, pues los Chipirones en su tinta que nos recomendó. La verdad es que estaban impresionantes. De plato fuerte pedimos chuletón trinchado, al punto. Muy bueno también. Ahora lo mejor estaba por llegar, en los postres la encargada nos sugirió también, anuque le dijimos en términos amistosos , que ya estabamos llenos, pero ella insistió y cedimos, parecía que nos los quería vender. Eso sí, la tarta de manzana casera y el crep de dulce de leche con bola de helado, joer estaban que se salían.
Chupito invitación de la casa..., pero al llegar la nota... subía "solo 26 euros por persona", revisando , vimos que postre, cafe y chupito constaban como invitación, la encargada tras devolvernos el cambio, nos comentó que por motivos de cambio de gerencia y cocina, durante todo el 2009, tenían numerosas promociones y menus, entre semana, nos dijo que martes, miercoles y jueves noche... con la cena daban como invitación postre, café y chupito, nosotros quedamos encantados y ya hemos vuelto un par de veces más. LO RECOMIENDO A TODO EL MUNDO, que otros se apliquen. Los cambios han sido muy a mejor ENHORABUENA. Por cierto que fuimos ese sabádo por la tarde , a comer y el menú de fideguá o arroz de bogavante, se salio. Muchas gracias Maiche por aconsejarnos. Saludos: Angel sahuquil y María Robledo. Volveremos en fallas 2009... ciao

Entramos en Matisse por circunstancias del tiempo y de la lluvia. Preguntamos si tenian algún tipo de Menú degustación, pero la única opción era cenar a la carta (sábado). La carta bastante escasa, y no hablemos del vino. ünicamente nos ofrecerieron 4 variedades de tinto y otras tantas de blanco. Nos comentaron que estaban haciendo una carta nueva y ese era el motivo de la ausencia de una carta más variada. Nos decantamos por un Laveguilla Roble (rib. duero) bastante bueno (28€). De entrantes 8 montaditos de cuatro tipos diferentes (anchoa, jamón, queso y foie (8€). Luego como platos principales un solomillo ibérico a la mostaza (les pedí a la pimienta y me dijeron que no tenian salsa...(15€)) que resulto estar bastante bueno, y un Confit de pato para Rocío, el cual le encantó (13€).
Algunas cosas a mejorar fue el enorme ruido del local y que Rocio tuviese que sentarse entre dos cojines por la disposición de la mesa. También la enorme escasez de la carta. Con todo esto no deja de ser una opción más a la hora de cenar un sábado noche.

Cena de Jueves para dos personas, local a medio llenar. Como primera impresión el servicio del vino lamentable, al no conocer los vinos que se sugerían en la carta y carecer de otros que pedimos le pregunte y lo más que me supo decir la persona que me sirvió el vino es: "Tiene muy buen... sabor", total un completo desastre, un rioja discretito para comprar en el dia pasado de fecha. Después llegó la comida en la que tampoco nos supieron aconsejar con las cantidades por lo que acabamos dejándonos algo de cada plato. Una ensalada de piñones, aguacate, pasas, lechuga y vinagreta de miel y azafran (regular), calamar plancha (fuera del punto y menos fresco que la nuca de un labrador), Patatas con huevo y jamón (mal). Para terminar un chuletón para compartir, la carne floja en el punto y en la calidad. El postre tampoco debió de ser gran cosa o no existió porque la cena fue ayer y no me acuerdo. Detalles del servicio como estar permanentemente mirandote y escuchando la conversación, no mejoraba cuando se alejaban porque era para dejar la puerta del local abierta por lo que exi´stía un choque de temperaturas.

74 euros la cuenta con vino de frasco y comida triste.

Local de estética simple y agradable. Cocina y música reza su slogan.
Los entrantes (ensalada verde, tempura, huevos fritos con patatas y jamón) más sugestivos que los 2º, lo cual no es mucho decir.
El apartado vino altamente decepcionante, carta corta y muy poco cuidada, 3 riojas de los de siempre, lo mismo con los blancos.
El camarero ante nuestras dudas frente a ella, nos sugirió un vino llamado "Cun" (eso si con un atractivo acento que no dejaba duda de su origen galo)"que a la gente parece que le gusta".Tomamos cervezas y dejamos el Cune para mejor ocasión.
3 entrantes 1 entrecot ( muy normalito), 2 cafés y dos cervezas 72 €.
Existe demasiada oferta en Valencia como para volver a este local.
Que Santa Cecilia les conserve la música.

Local de reciente apertura. Ambientación cuidada (mobiliario, luces)con inclusión de una pantalla de plasma desde la que se emite música permanentemente ("cocina & música" reza la inscripción) y no a un volúmen bajo. Por lo menos es de rollito chill out y no molesta demasiado.
Disponen de dos menús: uno a 10,50 € sólo a mediodía, compuesto de varios entrantes (entre ellos tres ensaladas) a elegir, dos pescados (brocheta de vieiras, bacalao a la vizcaína) y dos carnes (sólo pato, confit o magret). El otro, a 30 €.
A priori, por lo observado, prima la forma sobre el fondo. La ensalada del chef, con tataky de atún y berenjena templada, demasiado salada, y la brocheta de vieiras, algo simple. De todos modos, se trata de un comentario basado en un menú de mediodía.
Ojeando la carta de vinos, algunas referencias interesantes en tintos, echando en falta algunas otras casi de cajón, especialmente en vinos valencianos. En rosados y blancos faltan opciones. Al no consumir vino, no escribo sobre el servicio.
Local no apto para comensales tímidos, la vidriera que rodea el restaurante es casi un escaparate.