Restaurante cerca de la Judería de Hervás, con el reconocimiento Bib Gourmand Michelin. Optamos para cenar por el menú degustación (42 €) sin la bebida.
* Ensalada de cítricos. La naranja siempre presente en los platos extremeños de entrante.
* Ravioli de manita de cerdo a la Extremeña con cortecillas. Meloso y potente de sabor.
* Risotto de calabaza con esferas de torta del Casar y aceite de trufas. El arroz perfectamente ejecutado con el contrate dulce de la calabaza y el toque sutil amargo del queso. Las pepitas de calabaza daban el toque crujiente.
* Rodaballo a la brasa con tirabeques. En su punto de cocción tirando a menos, como mejor está el pescado.
* Canelón de rabo de ternera guisado. La carne predominaba sobre un canelón de pasta muy fino y crujiente.
* Limón sorpresa. Dos falsos limones rellenos de mousse de limón con trocitos de cítricos y acompañados de frutos rojos.
* Vino D. O. Ribera de Guadiana - Habla.
Trato muy amable por parte del personal de sala y fluidez en la comanda. La mejor gastronomía del Valle del Ambroz de Cáceres.
Limón sorpresa
Ensalada de cítricos
Ravioli de manita de cerdo a la Extremeña con cortecillas
Canelón de rabo de ternera guisado
Rodaballo a la brasa con tirabeques
Risotto de calabaza con esferas de torta del Casar y aceite de trufas
Hoy sábado hemos ido al bonito pueblo de Hervás y hemos comido en el restaurante Nardi. Eramos dos personas y un bebé. El local es de tamaño medio pero muy coqueto y bien decorado. Nos ubicaron en una mesa muy cómoda para ubicar la sillita y pudimos disponer de una trona para que nuestro hijo pudiese comer cómodamente. Llegamos alrededor de las 13:45 h, y después de atender al niño nos dispusimos a pedir.
Por cortesía de la casa una espuma de torta del casar y una cremita de calabaza templada exquisitas.
Pedimos medias raciones para compartir y así poder probar más platos.
1º Surtido de quesos que incluía torta del casar y servidos con pan tostado pero no del comprado.Buenísimos.
2º Ensalada de bacalao y cítricos, totalmente recomendable. Una explosión de sabores en el paladar.
3º Lasaña de setas, impresionante.
4º Raviolis de manitas de cerdo, buenos pero quizás lo que menos me gustó.
5º Cochinillo confitado con aroma de naranja. Delicioso.
De postre tartita de manzana a compartir pq la verdad no tienen mucho donde elegir y nos parecieron bastante caros además.
Después de esta comida tan buena, se hubiera agradecido por ejemplo un platito de postres para dos con sabores a la altura de lo que habíamos probado. Este es el único pero que podemos poner a este restaurante.
No tomamos vino pues teníamos que conducir.
Todo más un café ascendió a 64 €, lo cual nos pareció muy correcto dada la calidad y el buen gusto.
Hemos disfrutado muchísimo, lo recomendamos y además volveremos seguro.
Parada en el bonito pueblo de Hervás para comer y después darse un agradable paseo por las callejuelas que componen la judería en la zona antigua.
Local de corte fundamentalmente funcional, tonos neutros, iluminación tenue pero suficiente, mesas bien vestidas, amplias, con adecuada separación y atmósfera tranquila.
La comanda la confeccionamos mientras calmábamos la sed con dos tercios de Mahou. Servido todo al centro en forma de medias raciones, así quedó la cosa:
Chupito de Gazpacho de Fresa y Cucharilla de Torta del Casar con Membrillo y Aceite de Vainilla. Pequeño aperitivo, preámbulo que viene a dar la razón a los que valoramos la importancia de estos detalles, pues generalmente declara las intenciones de las propuestas del local. Agradecido.
Terrina de Foie con Crema de Membrillo y Reducción de Oporto. Dos taquitos ejecutados a la perfección para combinar con una sabrosa forma de presentar el dulce como una crema densa. Finura.
Carpaccio de Ibérico con Queso Artesano de Oveja, Gominolas de Manzana y Migas Crujientes. Nivel en la materia del laminado porcino que aún aumentaba más al ser regado por un rico AOVE. Felicidad.
Croquetas Caseras de Jamón Ibérico. De corteza gruesa un tanto tirante y un interior dominado por una besamel ligera y sin apenas acto de aparición del sabor de jamón. Despagado.
Raviolis de Manita de Cerdo a la Extremeña con Migas Crujientes. Buen guiso local quedando una textura a caballo entre melosa y gelatinosa, envuelto en la pasta y que suponía una variación de las presentaciones más habituales de este plato. Se añadía en mesa el caldo del guiso. Versión.
Cochinillo Crujiente Confitado al Aroma de Naranjas. Nos encontramos, de nuevo, con buen producto bien manejado en cocina. Gustoso e intenso y con buen punto de calor para mi gusto aunque reconozco que no para el de todos pues tenía intenciones de tirar a seco. Animoso.
Bollo de pan con corteza consistente pero no dura y tierna y esponjosa miga.
Para beber, además de lo comentado y puesto que había que conducir, una botella de litro de agua.
Servicio ágil, joven y atento.
En resumen, empresa que ofrece una carta a base de productos e ingredientes fundamentalmente locales a los que da una vuelta de tuerca en cocina en forma de interpretaciones atractivas, tanto visualmente como en boca, con buen resultado final.
Cochinillo Crujiente Confitado al Aroma de Naranjas
Carpaccio de Ibérico con Queso Artesano de Oveja, Gominolas de Manzana y Migas Crujientes
Terrina de Foie con Crema de Membrillo y Reducción de Oporto
Pues sin llegar a dejar transcurrir dos meses de nuestra primera visita a este local, con motivo de la vuelta de Sevilla a Cantabria, por la ruta de La Plata, nos coincide en la hora de la comida Hervás y por tanto magnifica ocasión para comer en el Restaurante Nardi.
Seis comensales, cuatro adultos y dos niños, nos acomodamos en una mesa redonda amplia. El entorno y demás detalles ya descritos en nuestra primera visita.
Los niños una sopa de fideo cada uno y media hamburguesa, con un helado de postre. Se agradece que en los restaurantes tengan un pequeño apartado en su carta para los más pequeños y que además, procuren que sean ellos los primeros en ser servidos, para que no se impacienten.
Los adultos compartimos en un principio:
Ensalada de bacalao y naranja con canónigos: resultando fresca y con unos sabores bien entrelazados.
Salteado de boletus, presentado en la mesa en una bolsita plástica que se recorto en su zona superior allí mismo, emanando todo el aroma y resultado su textura fenomenal.
De platos.
Carpaccio de ibérico.
Raviolis de manitas de cero
Ambos platos ya comentados en nuestra primera visita que no bajaron nada el nivel en esta segunda visita.
Lasaña de setas gratinada: el mejor plato de los que he comido en los últimos tiempos, comento quien lo comió y no es desde luego una persona que no frecuente restaurantes, más bien todo lo contrario.
Y mi plato que era de cuchara: alubias con níscalos. El sabor muy logrado, pero al ser la ultima ración que les quedaba, las alubias se presentaban alguna algo rotas, lo cual solo fue un efecto estético, pues no estaban pellejudas.
De postre salieron aparate de los helados de las niñas. Unos helados variados, tartita de chocolate y tartita de manzana.
Había que viajar, por tanto no tiramos mucho del vino, aunque si le hicimos el honor a una botella de Marqués de Valdueza 2008 a 20 euros.
Todo se completo con cafés, dos finos, agua y una cola, por un importe total de 146 euros, por tanto a 24,3 euros comensal, lo cual me parece muy buen precio.
Comentario:
Este local con nuestra nueva visita, creo que para nosotros ya ha pasado la reválida y nuestra primer y grata sensación se ha confirmado.
Buena cocina, sin altibajos, entorno agradable, buen servicio y unos precios muy ajustados.
Una pena que se encuentra fuera de los circuitos habituales de nuestros viajes, salvo nuestra visita anual a Andalucía, que en este han sido dos casi seguidas.
Seis personas de vuelta a Cantabria desde Andalucía, hacemos noche en Hervás con el doble fin de partir camino y de visitar la famosa judería de la localidad.
Tras dejar las cosas en la Hospedaría, renglón seguido a cenar. Noche de lunes, en un principio mal día, bastante buen ambiente por la calle, miramos Verema y hay dos locales reflejados con puntuaciones similares y ambos con BG de la guía roja. Uno de ellos cierra los lunes, por tanto estaba claro, a restaurante Nardi nos fuimos.
De entrada muy buena impresión, entramos al local y nos fijamos en una cava de muy buenas dimensiones que hace de una especie de pantalla, con muchas posibilidades y ¡tiene Liberalia Cero¡ Esta gente sabe, nos quedamos.
Acomodados en una mesa circular, perfectamente vestida, debidamente separada de sus vecinas y a una buena temperatura ambiente, pedimos:
Dos de Zorongollo (9 euros)
Cuatro de Gazpacho de frambuesa, sandia y jamón (8.5 euros)
Una de Raviolis de manitas de cordero (11 euros por cuatro unidades)
Una de Salteado de verduritas con huevo de corral pochado(8.5 euros)
Una y media de Carpaccio de presa ibérica (10 euros)
Arroz de pollo de corral (13.5 euros)
½ de degustación de quesos (7.2 euros).
Todos los platos sin excepción de notable para arriba, sobresaliendo sobre los demás, el carpaccio ibérico y el gazpacho.
En cuanto a la carta de vinos, con variadas posibilidades y con vinos de la zona, bastantes de últimas generaciones, optamos por Cabras Pintas 2012 (16 euros) y dos botellas de La vieja Zorra selección especial 2010 (26 euros). Muy buenas copas y con buena temperatura. Creo que hay que destacar que la carta tiene dos precios, uno para tomar en el restaurante y otra para llevar a casa. Precios razonables.
Se completo la cena con: 6 cervezas(2.3 euros) y 2 botellas de agua de litro(2.9 euros).
Mención aparte se merece el servicio, local que prácticamente llenó(unos 30 comensales) aparte de 3 o 4 mesas de su terraza, con dos chicas en sala, sin dar sensación en ningún momento de prisa ni agobio y los platos llegaron con un ritmo estupendo. Pero no solo eso, amabilidad y saber servir, explicar platos y estar.
El precio al final ascendió a 208 euros, por tanto a casi 35 euros, pero creo que hay hacer notar que 68 euros fueron de vino por tanto si excluimos estos , el precio por comensal baja de forma clara.
Como resumen, decir que hemos salido contentos, con esa sensación de ser un local que está muy bien compensado y equilibrado, el entorno, la cocina, el servicio de sala y el de vino. Si paso por la zona en hora de comer, no dudaré en repetir.
Sin exagerar uno de los mejores de la probincia de Cáceres,la ensalada de naranjas con bacalao riquisima, el pescado ,un rodaballo,espectacular,probé la ternera de mi mujer una de las mejores carnes que he comido,servicio muy atento buenisima relacion calidad precio.Buena bodega.
Lo malo esque no este en Madrid iría mas amenudo jeje. Bueno tardaron un poco en sacarnos los postres pero por poner algun pero.
Estabamos de ruta y paramos a comer en el pueblo de Hervas, era un poco tarde, pero aun así nos atendieron sin problemas. Nos sorprendio la buena relación calidad precio muy aconsejable, nosotros fuimos con niños y nos ofrecieron un menu especial para ellos.Volveremos sin duda
Muy reconmendable este restaurante recientemente reformado por sus nuevos propietarios,excelente relacion calidad precio,con una acertada cocina tradicional mezclada con cocina mas moderna,(terrina de foie con queso de cabra y manzana caramelizada,chuletas de ciervo con parmentier de boniatos y salsa de grosellas,tartita de chocolate con salsa de naranjas) correcta carta de vinos,no muy extensa pero con referencias acertadas,especial incapie en vinos extremeños.
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