Interesante restaurante. Cenamos un viernes por la noche, con el local repleto de gente. En circunstancias como esta uno ya se hace a la idea de que la velada puede alargarse más de lo previsto... Sin embargo, a pesar de tener todas las mesas ocupadas, el servicio fue excelente. No hubo retrasos al servir los platos, y el trato fue afable en todo momento. Por lo que respecta a la calidad comida, nada que objetar. Algunos platos son bastante originales y por norma general la calidad es muy buena. Además, la carta de vinos esta bastante cuidada.

Hacía tiempo "que le tenía ganas", y la verdad es que no me ha decepcionado. Cocina con producto de calidad, sin alharacas, elaborado de forma moderna (contrastes dulce-salado,, líquido-sólido) pero sin estridencias, para que pueda también gustarle a personas de gusto más clásico. Atención muy correcta, vajilla, cristalería y cubiertos bien escogidos, cambiando con cada plato. El menú degustación completo, te haces una idea del restaurante pero no quedas excesivamente lleno. La carta de vinos es muy buena, y a precios muy pero que muy correctos, lo que te anima a probar caldos nuevos. Además la jefa de sala-sumiller te aconseja y da su opinión, sin imponer. Por sacarle algún pero la acústica es un poco deficiente y sobran los bambúes del comedor principal. El primer pero no creo tenga mucha solución, el segundo quizás sí. Un restaurante para disfrutar y seguir de cerca su evolución con una RCP muy buena (no llega a 50€ por persona).

Ayer visitamos con mi family este restaurante. La verdad es que el aspecto externo no me gustó nada, el color de los carteles, el bambú y todo eso me sobra. Al ser domingo, el ambiente, pues muy familiar (niños, cumpleaños...), es decir, ruido. Fuimos recomendados por Ángel, que come muy bien allí habitualmente. Pues sí. Le tendremos que dar la razón. Todo estuvo estupendo. La carta de vinos me encantó, con muchas referencias "veremeras", ordenadas por D.O. y con un mapa de España para situarte.
De primero, las navalles estaban soberbias, el carpaccio de vedella con foie de mi novia flipante, las bravas de Ángel deliciosas. De segundo, mi filet amb foie i reducció de PX estaba perfecto, el arrós negre de mi madre al punto y el magret de estaba alucinante según los otros dos comensales. En fin, que hay que felicitar al equipo de "El terrat" por la presentación, el servicio y la elaboración (en la cocina hay un cartel que reza: "laboratori"). Si hay alguna pega, y la única discrepancia con el comentario anterior, es que la cristalería es mejorable. 35€/barba, comiendo 2 platos cada uno (4 personas), dos postres, dos aguas y botella de cava. Altísimamente recomendable. Esperamos volver.

Restaurante situado a escasos 200 metros de la Rambla Nova de Tarragona. Ambiente algo minimalista. Sala adornadas con cañas de bambú y botellas de vino expuestas. Comida de mercado con un toque de modernidad.En mi última visita: de primero un pequeño aperitivo de la casa consistente en un atún marinado tipo japonés, después un canelon de carpacio de ternera relleno de tripas de bacalao y Terrina de Foie con manzana y membrillo. De segundo un tartar de ternera con foie planchado y tallarines de setas y solomillo de ternera con espouma de foie y naranja. De postre un bloody mary con fresas a la plancha y un helado de vinagre y un canelos de chocolate con una salsa que no recuerdo. Junto con los cafes unos petits-fours muy buenos. La carta muy extensa, hay referencias de todo el mundo o casi todo el mundo. Nosotros nos decidimos por un Terrasses del 2001 de Alvaro Palacios. Cristalería excelente. Menaje moderno, sobrio y elegante. Cuando pides pan te viene el camarero con una bandeja-panera con varios tipos de panes: normal, integral, chapata, de pipas, de pasas, de nueces... Precio de los dos con vino 117.-€
He vuelto y volveré.