Hacía tiempo "que le tenía ganas", y la verdad es que no me ha

Hacía tiempo "que le tenía ganas", y la verdad es que no me ha decepcionado. Cocina con producto de calidad, sin alharacas, elaborado de forma moderna (contrastes dulce-salado,, líquido-sólido) pero sin estridencias, para que pueda también gustarle a personas de gusto más clásico. Atención muy correcta, vajilla, cristalería y cubiertos bien escogidos, cambiando con cada plato. El menú degustación completo, te haces una idea del restaurante pero no quedas excesivamente lleno. La carta de vinos es muy buena, y a precios muy pero que muy correctos, lo que te anima a probar caldos nuevos. Además la jefa de sala-sumiller te aconseja y da su opinión, sin imponer. Por sacarle algún pero la acústica es un poco deficiente y sobran los bambúes del comedor principal. El primer pero no creo tenga mucha solución, el segundo quizás sí. Un restaurante para disfrutar y seguir de cerca su evolución con una RCP muy buena (no llega a 50€ por persona).