Comimos en el despacho. Por supuesto que es clásico, pero no es fácil comer unas croquetas o unos callos a la madrileña o una menestra navarra como la que se come aquí. No se viene a este restaurante a probar innovaciones, ya existen otros, no muchos en Madrid, pero si a disfrutar de dos cosas. La primera, como decía , la posibilidad de probar una cocina vasconavarra de toda la vida pero bien hecha, como en casa , en casa dónde se cocina bien claro, eso no es muy habitual. La segunda virtud es el servicio, clásico también , pero experto y profesional, sin continuos aprendices, que luego son sustituidos por nuevos aprendices a bajo precio.Ya sabemos que esta última virtud tampoco es s habitual.

Restaurante clásico de los pocos que quedan en Madrid. Carta anti-evolucionista basada en la cocina vasco-navarra. Ninguna concesión a la cocina moderna. Ya lo sabíamos y veníamos a probar la cocina de siempre, sin riesgos.
Dos salas grandes con buena separación entre mesas y muy bien climatizado. Lo que no entiendo es la razón por la que en este restaurante de bastantes más de 100m2 no hay zona para NO fumadores. Ambiente lujoso con mesas bien montadas.
Servicio impecable. Atento a todos los detalles y abiertos a todo. Nos dejaron preparar nuestro menú degustación a base de medias raciones. Se pueden pedir medias raciones de todos los platos sin cargo adicional. Lo que echamos en falta ayer noche es algún pescado fuera de carta. Solo había bacalao y merluza preparados de diferentes formas.

Cena para 2pax:

Aperitivo de la casa: Unos trocitos de chistorra y unas croquetas.

Entrates (a compartir):
1 de revuelto de hongos (muy bien)
1 de mollejas rebozadas con alcachofas (perfecto)

Segundos (a compartir):
1 de bacalao ajoarriero (muy bien)
1 de manitas de cerdo deshuesadas a la plancha (muy generosa; se nos hicieron algo pesadas ya al final de la cena)

Postres:
1 de cuajada casera con crema de leche y miel (de rechupete)
1 de crema de queso con mango (maravillosa combinación)

Van sirviendo panecillos variados a lo largo de la cena.

Al final invitan a unas pastitas.

Servicio del vino:
Sorprendente la carta tan corta la de este restaurante. En tintos, a nivel nacional, no había más de 25 vinos a precios casi x2. En blancos, apenas una decena. Casi todos riojanos clásicos excepto Pujanza Norte. Solo 2 Riberas. Ni rastro de Jumillas, Bierzos, Prioratos, etc. Si había algunas referencias extranjeras. No había servicio de sumiller. Elegimos Contino Rva 2004 (34€ + IVA). Tuvimos que pedir que nos cambiaran las copas. Nos trajeron unas fenomenales Schott-Zwiesel. Super atentos a rellenar.
Aunque el servicio del vino fue bueno, esa carta de vinos tan corta y la ausencia de sumiller me hace poner solo un aceptable en el apartado del vino.

Precio total: 206.62€ (inc. IVA, 2 botellas de agua y una cerveza)

Nota: El comentario con mi mujer es la de un buen restaurante pero con una RCP muy floja. Cuenta demasiado alta para los productos utilizados en los platos: Bacalao desalado, manitas de cerdo, mollejas...

No es especialmente barato pero te ofrecen lo que pagas... Quien da mas?

Lo clásico puede ser tan bueno como lo más innovador si lo hacen como en esta casa.
Imprescindible sus verduras.

Príncipe de Viana es de un clásico y dentro de ésta categoría, será posiblemente el mejor de Madrid. Local y mesas muy agradables. Un servicio excelente, profesional, en donde se nota una experiencia de décadas, de la que tendrían que aprender muchos restaurantes pretenciosos. Excelente materia prima (fenomenal menestra, ..glorioso bacalao ajo arriero con bogavante o con puerro y patata...) postres clásicos pero impecables (canutillos de crema..) Muy buen tratamiento del vino. Aquí se viene a degustar una cocina tradicional y como no esperas ni exiges creatividad sales encantado. En fín, un gran restaurante clásico y además con precios contenidos. El precio medio es de unos 80 € por persona con el vino de la casa (Marques del Riscal Reserva 01)con dos platos y postre. ¿Quíen da más en este estilo?

Sin duda se mantiene entre lo mejor de Madrid.Magnifica materia prima con una cocina vasco-navarra muy bien llevada.Sin embargo,yo cambiaria algunos platos de la cara para renovar.Aperitivos y comida ala carta unos 75 euros cabeza.Servicio impecable y muy atento.El sumiller bueno en general con con años de profesion.Las raciones un poco justas.Vale la pena.Se lo recomiendo caballeros.