Restaurante La Plaça en Madremanya
Restaurante La Plaça
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
60,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
61 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.5
Comida COMIDA
7.4
Precio medio entorno ENTORNO
8.7
RCP CALIDAD-PRECIO
7.0
Mató hecho en casa y sorbete de fresas y granizado de litchi
Cochinillo crujiente DO Segovia con manzana asada y frutos secos
Cordero lechal de Mas Marcé especiado y picante con verduras frescas
Chipirones con alcachofas y vinagreta de ñoras
Detalle Salteado de alcachofas y papada de cerdo
Salteado de alcachofas y papada de cerdo
Opiniones de La Plaça
OPINIONES
8

Al no encontrar ningún restaurante abierto con las características que buscábamos en Girona capital el domingo por la noche, no me quedó mas remedio que buscar uno en los alrededores y tras indagar y mucho leer, me decidi por el Restaurant La Plaça (en Verema las últimas valoraciones datan de 2012) , situado en el Hotel del mismo nombre en Madremanya, un bonito pueblo medieval situado a 21 Km al este de la ciudad de Girona.

El restaurante existe desde hace 12 años y está dirigido por el chef Vicenç Fajardo, seleccionado como candidato a cocinero del año en el 2015, nacido en Girona y criado en Australia, estudió hosteleria en Girona y antes de hacerse cargo de los fogones de La Plaça trabajó en La Cuina de Can Pipes, El Celler de Can Roca y L'Arcs de Monells, y forma parte del grupo La Cuina de l'Empordanet. También tiene una empresa de catering de autor y un “food truck”. Su cocina es esencialmente de producto de proximidad, Km 0, de esencia mediterranea y catalana, creativa. Tiene un plato Michelin y está recomendado por Repsol.

El restaurante ocupa dos salas con voltes catalanas de piedra y es una preciosidad, tiene mucho encanto. También tiene una bonita terraza exterior con vistas al jardín, que con buen tiempo debe de ser muy agradable. Estuvimos en la primera sala, en una mesa que escogimos junto a un portalón acristalado con vistas a la terraza y desde la que divisábamos la pequeña sala en que nos encontrábamos y la entrada de la otra. Las mesas están bien vestidas, bien separadas las unas de las otras, buenos manteles, buena vajilla y cubiertos y buenas copas. El servicio de sala dirigido por Mònica Farré, esposa del Chef, es bueno y agradable. El servicio del vino también a su cargo es bueno, descorche, primera cata, y servicio de cuando en cuando.

Tenían un menú degustación muy atractivo, pero dado el banquete pantagruélico de la noche anterior, preferimos cenar a la carta.
( Las 2 fotos de los aperitivos, la del pan y la de los petits fours apareceran en el primer comentario de la valoracion debido a que Verema solo permite publicar 6 links de fotos directas en cada valoración)

Comenzamos con unos deliciosos Aperitius Aperitivos,

Olives amb "gelée" de vermut Olivas con gelée de vermut.

Foie gras amb xocolata blanc Foie gras con chocolate blanco.

Cruixent de salmó Crujiente de salmón

Gelée de Gintònic Gelée de Gin tonic.

Excelentes. Me encantaron sobre todo las olivas y el foie gras con chocolate blanco (riquísimo)

Compartimos todos los platos,

De primeros tomamos :

Saltejat de carxofes i papada de porc Salteado de alcachofas y papada de cerdo, Vease el detalle Un plato excelente, para disfrutar.

Xipirons amb carxofes i vinagreta de nyores Chipirones con alcachofas y vinagreta de ñoras. Otro platazo, placer de dioses.

De segundos,

Xai de llet de Mas Marcé especiat i picant amb verdures fresques Cordero lechal de Mas Marcé especiado y picante con verduras frescas. Cordero excelente, para chuparse los dedos, las verduras eran frescas pero estaban crudas, lo que nos sorprendió... sinceramente las hubieramos preferido cocinadas.

Garri cruixent DO Segovia amb poma rostida i fruits secs Cochinillo crujiente DO Segovia con manzana asada y frutos secos. A mi me encantó, esa piel crujiente con la grasa bien pegada a ella. A MC fue lo unico que no le gustó . Muy bueno, excelente cochinillo.

El pan, merece mención especial, riquísimo.

De postres, solo tomamos uno y lo compartimos :

Matò fet a casa i sorbet de maduixes i granissat de litchi Mató hecho en casa y sorbete de fresas y granizado de litchi. Buenisimo, fue un excelente cierre de la cena.

Para beber tomamos una botella grande de agua mineral con gas y una botella de vino blanco crianza Blanc dels Aspres 2016 DO Empordà Celler Joaquim Alberti (Cantallops), Cepajes : 60 % Garnatxa blanca y 40% Garnatxa roja (Lledoner en el Empordà). Crianza 6 meses en barrica nueva de roble francés de l'Allier, con batonnage cada 15 dias. Me pareció un vino bien estructurado, fresco, con volumen buena acidez y largo en boca, pero pienso que era aun un poco joven y en uno o dos años será aun mejor.

Finalizamos con dos buenos cafés y petits-fours.

La cuenta ascendió a 63,70 €/persona. Buena RCP. Buena cocina la del Chef Vicenç Fajardo, que utiliza productos de temporada y de proximidad de gran calidad, para ofrecer una cocina catalana con mucha personalidad. La carta del restaurante tiene platos muy interesantes y su menú gastronomico me pareció muy tentador. Volveremos nuevamente y tal vez nos alojaremos en el hotel. Recomendable

  • Mató hecho en casa y sorbete de fresas y granizado de litchi

    Mató hecho en casa y sorbete de fresas y granizado de litchi

  • Cochinillo crujiente DO Segovia con manzana asada y frutos secos

    Cochinillo crujiente DO Segovia con manzana asada y frutos secos

  • Cordero lechal de Mas Marcé especiado y picante con verduras frescas

    Cordero lechal de Mas Marcé especiado y picante con verduras frescas

  • Chipirones con alcachofas y vinagreta de ñoras

    Chipirones con alcachofas y vinagreta de ñoras

  • Detalle Salteado de alcachofas y papada de cerdo

    Detalle Salteado de alcachofas y papada de cerdo

  • Salteado de alcachofas y papada de cerdo

    Salteado de alcachofas y papada de cerdo

Fuimos a este hotelito con encanto, y cenamos en su restaurante. Elegí, una ensalada de hortalizas y mousse de queso de cabra,(era espectacular)y un soberbio carpaccio caliente de Mar y montaña, compuesto por manitas de cerdo deshuesadas y espardeñas.
El servicio correcto.
Me reitero en aconsejaros la visita al restaurante y sobretodo alojaros en este pedazo de hotel; a poder ser en la suite Olivera.

Añadiendo comentario a los anteriores compañeros, he de manifestar que lo visitamos en compañia de unos buenos amigos, y la verdad no saliamos defraudados.
Lugar muy acogedor,preciosa estancia, casa de piedra muy bien decorada, buenas copas, buena comida,relación calidad-precio correcta , buen pan, buen servicio de vino, cocina con muy buenos productos de gran calidad.
Petit fours con los cafes.
Totalmente recomendable .Si el bolsillo lo permite repetiremos.

Volvemos a la plaça de Madremanya, después de haber ido dos veces. Ahora hacia como unos dos años que no íbamos.

El lugar es muy agradable, lástima que siempre he ido de noche. Es la masía típica Empordanesa de piedra ahora convertida igualmente en hotel. Grandes cristales hacen que desde fuera se intuya en su interior un gran ambiente acogedor: vuelta al hogar.

Llegamos a las 22.10, habiendo reservado a las 22.00. Nos estan esperando. Solo hay 4 mesas, dos o tres vacias, pero en el comedor de al lado hay una mesa grande con unas 20 personas. Nos atienden amablemente, nos train la carta y nos ofrecen algo de aperitivo de bebida (siempre lo hacen, aver si picas).

Voy con la idea fija de probar el menú de degustación, que no me ofrecen. Al final e la cena descubro que no lo hacen porque hemos llegado más tarde de las 22.15, cosa que no es cierto y me parece ridículo.

Nos ofrecen para empezar dos snacks: hojaldres de parmesano (demasiado visto, no?), y otro de olivada que estaba muy bueno. De aperitivo, capuchino de espinacas y acelgas: riquisimo.

La carta de vinos es correcta, nada más. Carísima, para mi gusto. Vilosell, un vino de 9€ por 21€. Me parece un crimen. Pido un Priorat Lo piot 2003, por 30€. Lo abren correctamente, me traen el tapón. El vino esta muy correcto, con buena temperatura. Excelente. Tambien hay carta de aguas, es un detalle que me gusta.

De pan nos ofrecen 3 tipos: normal, integral de cebolla. Son buenos, pero quizás me resultan demasiado artificales para un lugar en medio del campo rodeado de verdes prados que presume de naturalidad en sus ingredientes. Todo y así, bien.

Comemos carta. Los primeros, sinceramente decepcionantes. Mi pareja pide una ensalada con brick de queso de cabra (una especie de empanadilla). 11€. La ensalada es demasiado trivial, no tiene nada de nada. Yo por mi parte tomo verduras ecológicas con consomé de jabugo. realmente, no entendí muy bien que era al pedirlo, y al ver el plato me asalta la decepción: verdura hervida con un dedo de caldo. NO puedo negar que el error es mío por pedir eso, pero...¿me esparaba algo más sofisticado? Sin embargo, hay que decir que la verdura estaba riquísima, mucho mejor que la cualquier madre, pero no dejaba de ser eso. Ofrecer verdura hervida por 16€...

En los segundos, empieza la fiesta de verdad. Mi mujer pide cordero lechal en dos cocciones con chutney de mango y una crema de queso (19€, no me parece caro). Exquisito de verdad, sabroso, toques de romero, al punto, plato generoso, pero no en exceso, incluso yo pude picar de su plato. Yo pido mediana de Angus (23€), un tipo de buey. El plato esta algo frío. Pero realmente esta rico. Viene acompañado por unas patatas esfericas con una salsa de queso que crean un buen acompañamiento, aunque insisto, algo frío. Esto quizás indica influencia del grupo grande del comedor de al lado en el momento de coordinar platos.

Postres. La carta tiene unos 8 platos, todos tentadores pero quizás algunos muy clasicos. Pedimos festival de chocolate, que resulta muy bueno. Son como 7 formas diferentes de trabjar chocolate. Buena forma para acabar.

Cortado para mi, muy bueno. 3 tipos de azucar diferentes para elegir.

precio final 121,7€. Lo encuentro algo caro para los pobres primeros que pedimos. todo y que los segundos y el postre justican la visita.

Los camareros agradables, simpaticos, profesionales. Casi no me dejaron poner vino el la copa: atentos.

para acabar decir que por 125 comí en bo·tic, que me gustó y me sorprendió mil veces más. Todo y asi, volveré seguro a esta romantico, acogedor y bonito lugar dónde puedes degustar platos de buena calidad. Se respira una cierta paz o desasosiego durante las horas que pasas allí. Es destacable la regularidad que tienen desde hace tantos años.

La Plaça es uno de esos restaurantes que sitúan en el mapa el pueblo que los acoge.
Un precioso caminito iluminado con antorchas te conduce hasta la entrada, donde nos recibió Mónica, y después de conversar un ratito nos acompañó a la mesa. Como elegimos la terraza nos ofrcieron una mantita tipo chal para aliviar el fresquito.
Optamos por el menú degustación, que consta de 4 entrantes, un pescado, una carne y dos postres. Todo por 43 €. Una clara apuesta por el producto de temporada, sin alardes de técnica, a veces innecesarios y no por ello falto de creatividad.
Bebimos un tinto D.O. Toro, del que no recuerdo el nombre, aunque coincidió con nuestros gustos.
Una agradable charla con Vicenç puso fin a una magnífica velada.
Sólo echamos en falta música de fondo para romper con la tranquilidad del entorno.
En resumen: un magnífico restaurante en el que destaca el conjunto.

Hace tiempo que visito esta pagina y solo he escrito una critica, pero este restaurante me lo recomendo otro cocinero amigo de Vicenç y Monica los propietarios, una pareja estupenda.Comimos el menu degustación. Escelente puesta en escena,todo escepcional y con mucho esmero. El entorno magnifico, un restaurante precioso, Monica sabe mucho de vinos y si te dejas aconsejar seguro que aciertas. Carta de vinos y aguas mas que completa servicio perfecto.

Si estás por la zona, merece una visita este restaurante, no olvides darte un paseo antes de cenar por el precioso pueblo que lo rodea.

Ideal para las noches de verano con una terracita muy acogedora, la comida es correcta y la carta de vinos no desmerece, imprescindible reservar.

Un oasis en medio de tanto restaurante comercial.

Restaurante emblemático de la zona de les Gavarres y els Àngels. Casa pairal con comedor rústico ubicado en los bajos. Cocina moderna con platos tradicionales; el foie, la caza, los pescados. Recomendar les "Mandonguilles de peix" y la "Perdiu escabetxada". Buenos postres de elaboración propia. Correcto servicio del vino, con copas adecuadas aunque no excepcionales. Sorprendente carta de vinos; larga y bien seleccionada en blancos y cavas. Precio: unos 50 E por persona.

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