Restaurante en una de las Villas más bonitas y turísticas de Galicia.

Restaurante situado en plena Ría de Arousa con todo lo que ello significa.

Restaurante situado en la Capital del Albariño.

Restaurante situado en un puerto de Mar.

Restaurante con decenas de depuradoras en su entorno donde puede conseguir los mejores bivalvos, con decenas de lonjas a escasos metros donde puede conseguir el mejor pescado y con una huerta maravillosa también a escasa distancia.

Pese a todo ello, el Ribadomar es un restaurante que es incapaz de basarse y aprovechar todo eso y disfraza el producto, utiliza demasiado producto congelado y parece que huye de la tradición...

Resulta imperdonable poner un pulpo en plato de porcelana y con tenedor para comerlo y más cuando el pulpo es chicloso, mas imperdonable resulta rebozar unas zamburiñas ( que de no estar rebozadas también serían incomibles) resulta imperdonable rebozar y hacer al horno con una salsa un supuesto "lenguado", resultan imperdonables demasiadas cosas y todo ello me hace valorar tan negativamente el sitio.

No Recomendable

Fuimos a cenar el pasado sábado, en ello estábamos mientras en tierras británicas el Barça iba paso a paso haciéndose con la Copa de Europa. Y alli estaba Manolo, el jefe, y su encantadora colaboradora Vicky. En el ambiente estaban poniendo música de Il Divo. Muy bonita la decoración de lal comedor; todo en su justa medida.
Y llegó el momento de empezar a cenar: Nos repartimos una espectacular lubina al horno, especialidad de la casa que nos recomendó Manolo. Y para hacer boca unas vieiras de esas que solamente se pueden comer si vas a Galicia. Una botella de Mar de Frades, como Dios manda. Y todo ello servido con toda la amabilidad y a un precio mas que razonable.
Prometemos repetir la visita la próxima vez que caigamos por Cambados

Cerrados por ser día de descanso, yayo daporta del que guardo un excelente recuerdo, y pandemónium, que me apetecía probar, optamos porn ribadomar (el que estaba abierto)

Restaurante clásico en cambados que sigue la tradición del ya cerrado O Arco. Raciones desprporcionadamente grandes presentados en fuentes. Comedor pequeño, decoración saturada, cocina como hace 30 anos.

Comimos camarones de aceptable tamaño muy ricos, berberechos al vapor, sabrosos y de plato principal, yo tome la lubina a la plancha con almejas (a pesar de ser a la plancha, estaba algo grasienta, pero estaba bien). De postre, filloas de Carnaval rellenas de nata (bien, aunque me gustan mas solas con azúcar) y tarta de queso, bien. Café malo.

De beber un Ribeiro (en la capital del albarino, con dos.....) viña mein. Tuvimos que pedir un enfriador, se ve que no es costumbre ponerlo por estos lares (ya van unos cuantos sitios donde hay que pedirlo). Carta de vinos centrada en albarinos clásicos: terras gauda, fefinanes, Martin codax, .....

La comida excepcional. La materia prima exquisita. Necoras, almejas, Centollas, percebes, caldo gallego, croquetas, .... Albariño de Fefiñanes estupendo. Una cena espectacular y el precio por 55 euros. Para volver y repetir. Altamente recomendable con excelente RcP

Bonito restaurante en la cuna del albariño. Una década después de mi primera visita vuelvo a saborear las mejores vieiras pero la merluza no estuvo a la altura.
Carta de vinos no muy amplia con predominio de los gallegos, Rías Baixas sobre todo. Albariño Fillaboa, 15 €, a temperatura adecuada pero tuve que pedir la cubitera, en pleno agosto. Copas normalitas.