Restaurante Meson El Labrador (CERRADO) en Castroverde De Campos
Restaurante Meson El Labrador (CERRADO)
País:
España
Provincia:
Cód. Postal:

Añadir vino por copa

Precio desde:
35,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
55 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.3
Comida COMIDA
8.8
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
8.0
Castañas
Lentejas con Pato
Huevo con Caracoles
Opiniones de Meson El Labrador (CERRADO)
OPINIONES
21

Segunda jornada del fin de semana enogastronómico que pudimos disfrutar en la provincia de Zamora y parada a comer en este mesón sobre menú cerrado previamente.

La sensación que te asalta nada más entrar es la de estar ya envuelto en un entorno de tradicional mesón castellano, por la luz, la decoración, lámparas, techos abovedados, vigas de madera en tonos oscuros, forja, aperos y multitud de objetos en relación colgados de paredes y techo. Comimos en una segunda sala más pequeña donde además de nuestra mesa de once se hallaban otras tres. El comedor principal también lleno.

Al tema:

Rebozuelos con Espuma de Bianchetto. Servidos en un bol de cristal transparente quedaban en el fondo las setas sobre las que descansaba una espuma subida de densidad y que desprendía un aroma increíble a trufa. La combinación en boca… impresionante. Reconozco que rebañé con pan la espuma que quedó en el bol cuando nadie me miraba. Fragancia y sabor.

Huevo con Caracoles. Plato descrito con maestría por el compañero Argug en el comentario previo y con el que comparto la opinión sobre los caracoles en general. Nada que ver. Contundente, intensa y convincente combinación de productos. Deshacer el huevo sobre el guiso de los caracoles y acompañarlos en la cuchara con un trocito de chorizo evoca el paisaje disfrutado en el camino para llegar al mesón. Tajante (adjunto foto)

Escabeches del Mesón. De reconocido prestigio, en este caso fueron Conejo y Codorniz. Ambos sabrosos. Se acompañaban de un mezcla de hojas, brotes y germinados. Tradición.

Lentejas con Pato. Particularmente este plato me dejó prendado. Calidad del grano, un guiso de fondo con mucho nivel, aderezados con los trocitos de pato y foie para combinar al gusto en cada cucharada. Explosión. Estilo genial (adjunto foto)

Pato Azulón con Colmenillas. Taquito de carne con buen punto pero del que no llegué a apreciar sus cualidades convenientemente, no sé si porque aún estaba embobado con el plato anterior o simplemente porque no estoy preparado. Con las colmenillas que lo acompañaban sí que disfrute. Estos hongos, conmigo, son una apuesta segura.

Pichón Estofado. Otra de las estrellas de la casa y gran colofón del menú. Presentado de forma sencilla, acompañado de unas patatas, podías ir desmenuzando su carne tierna y potente para hacerlo desaparecer rápidamente… y a por algo más de pan para ese caldito del estofado que quedaba en el plato. Buena ejecución.

Helado de Castaña y Marrón Glacé. Montados en el plato venía una crema helada de castañas recordando un toffee acompañados de dos castañas marrón glacé que descansaban en el fondo almibarado meloso y aromatizado con una ramita de canela. Nuevamente manejo del producto local con saber hacer. Temperamento y reivindicación (adjunto foto)

Quesos de Oveja Zamoranos. Cuñas laminadas de genuino sabor castellano con las que terminar el tremendo festín. Artesanía.

Posteriormente, en la sobremesa, nos obsequiaron con unos Helados Cremosos de Chocolate con finas tiras de corteza amarga de naranja y un toque de aceite de oliva. Vicio total.

Buen y necesario café.

Pan candeal de gruesa corteza y prieta miga blanda, cómo no, tradicional castellano fue el que acompañó como silencioso cómplice los platos.

En cuanto a la bebida, incito a otros comensales a que la describan convenientemente dado mi reconocida ignorancia sobre el mundo del vino, por lo que no lo puntuaré. Más o menos, y que me disculpen si me dejo alguno, por este orden degustamos:

Louro do Bolo 2011. D. O. Valdeorras.
V3 Viñas Viejas Verdejo 2008. D. O. Rueda.
Pricum Rosado 2010. D. O. Tierra de León.
Pirita 2009. D. O. Arribes del Duero.
Duradero 2009. Transnacional.
Senda Los Frailes 2009. D. O. Toro.
Pricum Paraje de El Santo 2007. D. O. Tierra de León.
After 3. D. O. Valencia.
También corrieron por la mesa varias jarras del vino de la cosecha de la casa así como de un buen clarete para poderlos probar.

Comentar que algunas botellas las aportamos nosotros sin el más mínimo problema por parte del mesón, sino todo lo contrario. Gran consideración.

Servicio cercano, afable, solvente y profesional. Al finalizar, pudimos mantener una charla informal y cordial con Luis Alberto, poniéndole cara y conociendo al autor de los platos, lo cual siempre es de agradecer.

En conclusión, y a riesgo de que la magnífica atmósfera y ambiente creado por múltiples circunstancias puedan nublarme el juicio, creo que se trata de un lugar que merece una visita para probar una cocina muy arraigada en su entorno, honesta, con buen producto y gran manejo del mismo, palpándose que lo hacen desde hace años y permitiéndose alguna licencia innovadora con excelente resultado.

  • Castañas

    Castañas

  • Lentejas con Pato

    Lentejas con Pato

  • Huevo con Caracoles

    Huevo con Caracoles

Conocíamos su cocina de otra ocasión y queríamos repetir, por las buenas sensaciones evidentemente y en nuestro viaje de vuelta a casa, nos desviamos, previa reserva el día antes (el local estaba lleno).

Nos acomodan a los ocho en una mesa amplia, al fondo de la zona de barra, (el bar en sí estaba cerrado como tal) y tras una cervezas comentamos con Luis Alberto nuestra idea y nos dejamos llevar por él, tras una par de correcciones en algún plato para dos personas.

La casa nos pone de aperitivo:

Croquetas de codorniz, pequeñitas, con un buen recubrimiento y con la besamel algo blanditas, causalmente a mí me gustan así, por tanto empezamos bien.

Y seguimos:

Carpaccio de boletus con laminitas de foie, según el camarero eran Edulis, pero por su orilla que parecía negra y por su gran sabor, según uno de los comensales se trataba de otra variedad de boletus . Fuese el boletus que fuese, estaban estupendos, logrando yo al menos distinguir según los comía, 4 sabores distintos.

Ensalada de bonito con brotes de soja o algo parecido y cogollos tipo de Tudela: el bonito solo ya merecía la pena.

Caracoles con huevo escalfado a los que se había añadido algo de chorizo y jamón, estos en cantidades diminutas apenas perceptibles: este plato merece un comentario especial, cuando sugirieron la posibilidad de los caracoles, un comensal se retiro de la oferta y le trajeron el huevo escalfado con morcilla. Yo en general no suelo comer los caracoles, no por asco, sino porque siempre me han parecido el comer pan con pan, salvo alguna buena salsa que he encontrado. Pero acerté, venían ya sacados de sus cascaras y para mí ha sido el plato que más me ha sorprendido y al par gustado de los últimos años, presentación, sabor, fuerza sin raspar, conjunción, etc.….. Parece ser que aparte de la buena mano de la cocina, otra de la causa de tal final es que se tratan de unos caracoles de la zona especiales, entre otros motivo al ser de secano.

Pechuga de paloma en ravioli, colmenillas y magret de paloma. ¿ Quien ha pensado que la paloma resulta seca? Yo muchas veces, pero esta no y si todo lo contrario, el secreto: buena mano y parece ser una maceración con pectinas……

Cerramos con el famoso plato, casi insignia de la casa: perdiz con berza. Según me comentaron es una mezcla de experiencias de tres tipos de cocinas, el tratar la perdiz con salmuera, el trato a la española del animal en sí y de la cocina alemana con la berza recordando el famoso chucrut. No estaba mal , pero fue el plato que no consiguió lanzar ningún adjetivo de admiración.

Postre: tarta de queso puesta en pequeñas porciones, acompañada de helado de queso y de frambuesa(dos personas optaron por peras el vino blanco). Casi siempre cuando veo que los postres no son especiales, suelo pedir la tarta de queso y muchas veces al momento de probar el primer bocado, tengo que aceptar mi equivocación arrepentirme, en este caso solo me arrepentí de haber comido tanto antes. ¿ Los helados? no quedaron nada tras de la tarta.

¿Que bebimos?, aparte de que no pusieron ningún problema en el catar un vino del día anterior que traíamos abierto, a ver cómo evolucionaba, tomamos el vino de la casa Senda de los Frailes 2009 y nos dieron a probar una jarra de su vino cosecha 2011.
Aquí quiero hacer un comentario sobre un ídem anterior, estoy de acuerdo en que muchas veces en los restaurantes parece hay clientes de más de una consideración, pero otras veces es culpa del comensal, en este caso cuando se acerco por la zona Cecilio, le preguntamos sobre su vino y por Abdón Segovia al que conocemos, y al momento la cosa se lía y aparece una jarra de su vino para seguir la conversación.
Entiendo que a veces es difícil y da cierta rabia, pero otras veces hay que rascar la fibra sensible de la gente.

No nos liamos mas, pues no teníamos que volver a Cantabria al ser domingo.

Local que por su cocina, podéis pensar que vale un desvío y una viaje si no estáis muy allá.

El entorno están bien separadas las mesas, pero resulta ruidoso hasta que los nuevos comensales son recolocados y ocupan su lugar. Servicio muy amable con buen ritmo de platos.

Con cafés y todo los descrito más muchas botellas de agua el precio por comensal fue de 65 euros: gran precio para el nivel de la cocina.

Veo que este restaurante genera cierta polémica.

La verdad, es que solo he ido una sola vez hace unos días. Y mi impresión ha sido estupenda.
Comenzamos a las 14:30 y salimos casi a las 19:00hrs.

El menú de caza un auténtico festín.
Largo muy largo, con algunos platos memorables.

Todo empezó, con unos "aperitivos"
-Foie Fresco a la plancha
-Surtido de setas de cardo y boletus
-Croquetas de codorniz y senderillas
-Pimientos asados
Todos ellos muy buenos.

Luego el menú:
-Escabeche de perdiz. Buen punto muy bien aderezado.
-Alubias estofadas con liebre . Impresionante de lo bueno que estaban. Para repetir, repetir y repetir.
-Lentejas con Pato. Buenísimas.
-Pichon estofado. Sin ninguna guarnicion, magnifico de punto y sabor.
-Perdiz con berza y castañas., Un "guisote" maravilloso, de lo mejor de la comida.
-Jabalí al vino tinto de Toro, con puré de Manzana, Patata y confitura de moras. Magnifico.
- Lomo de ciervo con pasta fresca y frutas del bosque. Delicadisima pieza con un potente sabor.
-Pato a la naranja. Buen punto del pato, aunque fué el que menos me gustó. Seguramente por la naranja, que no somos buenos amigos.

De postre la famosa Tarta de queso.

Cafés, licores y una buena charla. Cuatro horas de disfrute.

Por mi parte muy recomendable. Además el trato y servicio fue muy cordial, y no soy ningún famoso.

De todas formas comparto que en ciertos restaurantes hay cierto trato de favor....

No me considero mejor cliente/comensal que nadie pero peor tampoco...una de las cosas que más me jode de los restaurantes ( y supongo que nos habra pasado a todos), es cuando a la mesa de al lado la colman de atenciones (prueba este vino que hago yo, que me dices de este vino dulce de postre, la casa invita...) y a ti simplemente te atienden, ¿el dinero de los demas vale más?. Es una tendencia que vengo observardo cada vez más y suele darse en sitio como este con fotos de famosos/etes en la pared. Vamos al grano jornadas de la caza (aprovechando que tengo que ir al aereopuerto de Valladolid, me desvio..el sitio esta poco accesible), 55€ sin vino, todo "rico" algunas cosas más que otras pero nada memorable del tipo por comer esta liebre vale la pena el devio de 50Km, pos no. Vino de la casa D.O toro,(senda de los frailes) bastante correcto y un mariconada de esas que tomamos ahora de mezcla tonica con ginebre buena. La atencion mediatiza por los famosetes de la mesa de al lado, y la rcp floja mi acompañante que odia la caza merluza y una ensalada + café+ agua por 24€. El dueño un personaje, pero al tenre tantas ganas de ir quiza la decepcion fue mayor.

Puedo aceptar que me extraña la ausencia de carta de comidas; mi mujer tiene la teoría de que puede ser muy cambiante, y por lo tanto no la imprimen. A mi me da igual. Las recomendaciones son buenas; la caldereta de Cordero¡¡¡¡¡ DIVINA¡¡¡¡
y al final con carta o sin carta se pagaría lo mismo. Que nadie piense en comer exquisiteces por 10€.

La familia Lera sigue deleitando a los amantes de la caza año tras año. Tras 20 ediciones de las tradicionales jornadas de la caza de Castilla y León no podemos más que quitarnos el sombrero. Desde su pequeño restaurante de Castroverde de Campos continuan creando aficionados a una de las joyas de la gastrononía que es la caza. Nada más y nada menos que cerca de 10 platos, con la caza como base, pudimos degustar en el mesón del Labrador.
Comenzamos con croquetas de ave, seguimos con foie con pasas y vino dulce, carpaccio de boletus, salteado de setas de cardo.
Después de este excelente comienzo era hora de pasar a la legumbre; dos platos para los enamorados de la caza y la cuchara; lentejas con pato y alubias con liebre... simplemente excitante.
Pero esto sigue y sigue, pasamos a palabras mayores... la magitral perdiz con berza y castañas, una delicia; pato a la naranja... olvidaos de los que conocéis como pato. Para finalizar solomillo de ciervo con boletus y pasta freca... pura mantequilla, simplemente elaborado a la plancha y acompañado por los boletus Luis Alberto no necesita más para complacernos. Había también Pichón y esalada de escabeches pero decidimos parar..
Para finalizar postres caseros del mesón; tarta de queso, arroz (el mejor que he probado) y panacotta con espuma de manzana. Lo regamos con un PX.
Se me olvidaba, este menú lo acompañamos por un Senda de los Frailes, DO Toro también firmado por la familia Lera Collantes.
Como resumen una cita obligada hasta finales de noviembre para todos los amantes de la caza.
Gracias Luis por darnos de comer con mayúsculas.

Luis Alberto nos presenta un servicio de hosteleria de máxima calidad en un entorno fantástico, rodeado de viñas con tinta de toro, caballos, burros autóctonos, una bodega para realizar catas, y una inmejorable cocina, bien en el nuevo hotel, o en su casa de siempre, el Mesón de Labrador, que regentan sus padres. Gracias, Luis, porque a partir de ahora, en Castroverde hay algo diferente, para nosotros y para nuestros amigos. Y mucha suerte, que os la merecéis.
Salva

Bueno hemos comido hoy y de verdad magistral unos pichones increibles en una palabra riquisimos. La ensalada monumental ya que pocashojas saben a lo que tiene que saber pero estas eran riquisimas y que carpaccio bufff de verdad ahi hasta el agua sabe diferente. Volveremos cecilio volveremos.

El restaurante de Cecilio y Minica es sin duda de lo mejor de Tierra de Campos. Su cocina es un permanente laboratorio en busca de exquisitos sabores con productos de la comarca e innovando sistemáticamente en la carta. Buena selección de vinos, con Ramón como protagonista. Hay que destacar el caldo La Senda de los Frailes, que lleva la firma de la familia Lera - Collantes. Pídalo y disfrútelo.
Inmejorable el pan que ofrece su restaurante (no la barra). Un trato muy natural hacia el cliente, en donde sobra el artificio y destaca la personalidad de Cecilio y el trabajo impecable de Minica y del resto del personal que trabaja con ellos.
La relación calidad - precio es muy buena.
Salva

Habiendo visitado recientemente este mesón, mi opinión es que la comida está buenísima, hay variedad, y todo de muy buena calidad. Los camareros muy profesionales y simpáticos. Disfruté mucho allí.

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