Ha sido de los mejores restaurantes de Málaga, con una estrella michelín (que nose si aun la mantiene). Te lo esperas mas grande, cuando entras te sorprende lo pequeño que es, pero su suple con la excelente decoración y el trato del personal. Estuvimos dudando entre menú o carta, al final fue un menú, acompañad de un Viognier de Vallergarcia. El menú muy bueno, en especial el pescado y el ajo blanco, esplendidos. La carte de vino muy amplia, aunque para mi gusto faltaban mas vinos de Ronda, solo dos referencias. Vetas y Schatz.

Menú degustación, 85€ pax + vino aparte.

Fue esta la sensación que me queda después de la cena que tuve.Un salón con apenas seis mesas..pero solamente un maitre-sommelier-camarero y una ayudante .Creo que sólo eramos 12-14 personas,pero ó bien todos llegamos a la vez ó falta personal.Menú "MMM..MALAGA"(45 Eur):entrantes "minis" de cuchara,tan sólo me gusto el ajoblanco con manzana;extraordinario carpaccio de gamba con guacamole;correcto sin más un pescado de la zona;bien una carrillera guisada sobre una base de patata a la que sobraba algo de especie;muy bueno el postre de chocolate en 5 texturas.Carta de vinos con excesiva presencia de tintos y bastante subida de precio (Viña Mein 30 Eur),opte por un Vallegarcía Viognier 2006(30 eur),buenas copas y buena Tª del vino.Botella de agua 500 ml (3 eur).En resumen todo correcto,con algún plato por encima ó por debajo; pero para ser el restaurante más valorado en las guías de Malaga -capital...cierta decepción,además sin optar a este menú el precio estaria sobre unos 100 Euros.¡demasiado!

Lo de ir invitado es lo que tiene...que se disfruta más¡ jé...pero aun así cotilleando la cuenta me pareció un poco caro para una ciudad que no es cara, o eso me parece a mí. Estuvimos en el salón de arriba y me pareció que era un poc peor que el de abajo, aunque no hubo ningún problema. La cocina de Jose Carlos García, excelente....aunque eso sí, ya me gustaría más competencia a ese nivel en Málaga, para cuando voy por esas tierras. Mi memoria es un poco de pez (ya lo siento) así que no tengo muchos más detalles disponibles en el disco duro. Creo recordar un vino de Ronda espectacular, pero el nombre.....¿cual era?....

Cocina de autor, creativa con productos muy cuidados. Es la tercera ocasión que ceno en este restaurante y sigo sintiendo que le puedo sacar un mayor provecho. Comida exquisita, servicio perfecto con trato agradable y atento. El único pero la carta de vinos; muy escasa en relación a la calidad general del restaurante. La relación calidad-precio se salva por la enorme calidad de la cocina.

Esta es la tercera vez que venimos a este buen restaurante de Málaga. La ultima fue hace dos años. Y la primera, fue justo después de haber reformado el restaurante hace unos 3 años.
La cocina es magnifica, perfecto el producto, las texturas y las cocciones. En este sentido no tenemos ningún pero. El pequeño tirón de orejas se lo daríamos por el servicio de sala, un poco acelerado y automatizado en sus comentarios. Y el otro seria por su carta de vino muy corta, y muy cara. Creo son en los únicos puntos donde flojea el restaurante, y no debería con una estrella michelin.

Situado en una de las mejores zonas de Málaga, la juventud y el dominio de la tècnica de su Chef Jose Carlos Garcia, da como resultado platos atrevidos y sofisticados cual castillo de fuegos artificiales.Puntos de cocciones precisos,(es de agradecer que se informe sobre el papel),presentaciones perfectas,explosion de colorido en los platos, materia de primera. Y un servicio en sala atento y profesional.

Excelente coperio y mejor servicio del vino.

Local amplio, comodo y silencioso cual claustro de un convento.Aunque estoy de acuerdo que el exterior desmerece lo que depara su interior.
2 pax 195 Euros Excelente RCP.

Muy cerca de la playa de la malagueta, comedor (pta. baja) de decoración algo aburguesada en el sentido francés del término (ideal "para parejas", muy silencioso: gracias), magnífico servicio (femenino), atento, profesional sin empalagar. Buen género aunque un poco ensombrecido por exceso de "técnica" culinaria que se reflejaba en la propia carta (indicación de grados de cocción y cosas así, supongo que se les pasara pronto): el atun en su punto en el interior pero falto "por fuera", el mero pelin pasado. Carta de vinos (la que a mí me ofrecieron) justa aunque suficientemente cuidada, cristaleria solo correcta, buena temperatura y servicio (a nuestros vecinos les cambiaron sin dudarlo lo mas minimo la botella de cava que encontraron defectuosa). Para repetir visita. No puedo hablar de RCP porque me invitrron

En visita de semana santa x Malaga nos dimos el lujo de cenar en Cafe de París.
440 euros x 4 personas, con menú degustación y una botella de Hacienda Monasterio Crianza 01, y una de La Vicalanda Reserva 99.
Hombre, caro según desde donde se mire.
La atención es perfecta, cortéz y a la vez sin adherirse. Explicaron cada plata que degustábamos y estuvieron todo el tiempo muy atentas.
En cuanto a la comida, materia prima de primera, raciones escasas, pero como fue tanto, no nos quedamos con hambre, de remate 3 postres.
El servicio de vino, excelente: las copas, la temperatura del vino...nos decantaron el reserva.
Una observación: el frente con ese toldo tan hortera, no tiene nada que ver con la tranquilidad que se respira dentro....como alguién aqui dijo, por fuera parece un local de Pigalle.
Altamente recomendable si tenemos un ahorrito para los tours gastronómicos.

Restaurante con una cocina creativa sin pasos en falso. El menú degustación hace alarde de dominio de la técnica y del uso de buenos productos sin maquillajes. Siguiendo las corrientes actuales utiliza producto de la zona al que le depara un trato moderno con algún coqueteo con la cocina "fusión".
El maridaje propuesto con vinos de la zona no fue óptimo porque los vinos no daban mucho de sí.
Menñu degustación a 67,50 euros. Factura de 110 euros por persona.
Por favor, cambien la decoración exterior ya, so pena de que les confundan con un local de Pigalle...

Se ha dicho que es el mejor restaurante de Málaga ciudad, y es posible que así sea. Ya desde la entrada se anuncia algo grande. En la planta baja hay un comedor con unas ocho mesas, y arriba otro, pero me da que el de abajo es mucho mejor con diferencia. Ambiente encantador, mesas separadas, nada de ruido (una plaga en muchos restaurantes, incluso de lujo), un leve hilo musical que no molesta para nada. Las mesas son atendidas por solícitas camareras. En cuanto a la comida, aquí se practica cocina de mercado a rajatabla, hasta el punto de que la carta cambia casi todas las semanas. Me decanté por el menú de mercado, y la verdad es que quedé muy satisfecho: un ajoblanco suavísimo con uvas gelatinizadas; "pan divino" de sardinas con higo chumbo (aquí la fusión no es del todo acertada); pescado de roca con una vinagreta; rabo de toro glaseado, y pastel de chocolate con mandarina. Los aperitivos no son gran cosa, y encima te los cobran luego. A los postres, algunas sorpresitas más. Si comes a la carta, los precios suben bastante (también está el menú técnica del producto, a 67 €; el otro, a 35 €).
La carta de vinos es un libro de un sinfín de referencias, pedí un Taurus ’02 que no estaba mal, y a los postres, un Lustau San Emilio ’02, pelín empalagoso, sí. No vi sumiller, por cierto, y la copas no me parecieron las más adecuadas (a diferencia de Casa Luque). En definitiva, una velada maravillosa.