Restaurante Can Ravell (CERRADO) en Barcelona
Restaurante Can Ravell (CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Zona:
Dirección:
Cód. Postal:

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Precio desde:
35,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Noches y domingo
Nota de cata PRECIO MEDIO:
45 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.2
Comida COMIDA
8.1
Precio medio entorno ENTORNO
6.8
RCP CALIDAD-PRECIO
5.0
Opiniones de Can Ravell (CERRADO)
OPINIONES
8

Un clásico. Nada más entrar se inhala su encanto decadente, gracias a sus cientos de latas, botellas y productos alineados en sus estantes, así como un mostrador repleto de todas las maravillas propias de un ultramarinos con solera. Basta con eso para sentirse a gusto y simplemente dejarse llevar. Su hamburguesa es el reclamo estrella que atrae a gran parte de una reducida clientela, a la que se despacha en dos mesas milagrosamente encajadas entre tanto surtido. En aquel rincón pudimos disfrutar de su propuesta, servida sobre plato caliente, al estilo del Casa Palet. O más bien viceversa. Porque aunque en Can Ravell fueron los primeros en servir la hamburguesa de esta manera, a nosotros nos gustó más la del “discípulo”. En todo caso la suya tampoco decepciona. 500 gramos al punto sobre plato untado con tocino (las preparan hasta de 2 kilos), acompañada de patatas, ensalada y mostaza, resultó de nuevo un bocado tan contundente que estrecho margen nos dejó para mayores incursiones en su carta. Pero unos deliciosos Tomates confitados con ficoide glacial y media ración de magistral Arroz con butifarra negra, garbanzos y huevo poché fueron motivos de peso para tenerle ganas a una segunda visita.

Los sábados noche no abren, pasadas las 22h. ya no te dejan entrar. Grupo de 12 personas (parece que el servicio no es el mismo que si vas con tu pareja o un par de amigos.Porqué?? acaso pagas menos??). En la entrada ya nos avisó un camarero que ellos a las 24h. cerraban, mal empezamos...
El local es curioso, acogedor pero con poca luz; pienso que ya que hay que atravesar las cocinas para acceder al comedor, éstas deberían estar inmaculadas (no era el caso).
Pedimos el menú de tapas (se puede ver en la web del restaurante)que consta de 7 tapas frías y 7 calientes. Las frías bien de sabor pero con una presentación vulgar (la típica bandejita ovalada de bar), lo que tenían que ser chipirones en su tinta pasaron a ser berberechos de lata sin ser avisados del cambio. Las calientes con la misma presentación, bien el pruducto pero poco elaboradas, lo mejor las croquetas y el canelón (delicioso, pero un poco frío y escaso, uno para dos comensales.Los postres bien sin más. En general, ninguna sorpresa, demasiado predecible. El vino tomamos Magnum Pago de capellanes crianza, bien de temperatura y excelente paladar, el servicio no acabó de dar abasto para llenar copas. También un vino de alsacia (Leon Beyer, Gewurztraminer), del cual nos cobraron 2 botellas, que tuvimos que reclamar ya fuera del recinto. También tomamos 3 cervezas de entrantes y nos cobraron 5 (de esto me di cuenta el día siguiente). En definitiva me esperaba mucho más de Can Ravell por lo expuesto en el foro y por la calidad de los producto que allí se venden. Gracias.

Es un sitio pequeño que en realidad es un colmado que ha dispuesto mesones para comer, de hecho para ir al nivel de arriba hay que pasar por la cocina y subir por una escalera de caracol. La comida no tiene relación con el local, porque es de muy buena calidad y muy bien elaborada. Hicimos el menú de trufa blanca y estuvo excelente, el rissoto y el foi caramelizado muy buenos. La gran sorpresa los postres, todos con trufa, el mejor para mi el helado de queso de cabra con trufa y para mi marido el milhojas, la verdad exisitos los dos. Eso si estoy de acuerdo que es muy caro y en el caso el menú de trufa es muy poca cantidad para dos.

Simplemente, magnifico!

Un restaurante que está escondido en una magnífica tienda de alimentación. El comedor es como un gran salon con mesas de madera, pero tranquilo y relajado. Empezando por lo negativo: los aseos, el precio un poco elevado ( tienen un menú, que tuvimos que insistir a la hora de la nota). Dicho eso, la comida es excelente, la tapa inicial y todo lo demás. La carta de vinos, muy extensa y un poco cara. Creo la combinación calidad precio ha de jugar un papel primordial. Muy buena comida, hay que probarla pero habrían de ajustar los precios. El snobismo que lo mejor ha de ser muy caro, ya está pasado de moda. Un ejemplo si es cierto que el whisky Michel Couvreur etiquetado para Ravell, tal como dice otro forero, este whisky vale en Vilaviniteca más de 25 euros más barato que en Ravel. Miren los precios en su catalogo. Hombre, no es de recibo!

En pleno centro de Barcelona,y en un precioso local de principios de siglo se encuentra este paraiso gastronomico, no en vano esta considerado uno de los mejores restaurantes de la ciudad Condal y la guia 2004 de Garcia Santos, lo considera la mejor boutique gastronomica del año.Contundentes guisos de cuchara, excelsos huevos fritos con foie,y apasionante y atrevido el salmorejo de bogavante.

La carta de vinos te pone la carne de gallina, servicio del vino y sala profesional y eficaz.

Precio elevado pero correcto, una servidora salio satisfecha y feliz.

Escondido restaurante (si no vas orientado no lo encuentras) y el salón es como estar en el comedor de casa: tranquilo y relajado. Lo que habría que mejorar un poco son los aseos. La comida es excelente, especialmente la tapa inicial y los primeros y los segundos, aunque tal vez demasiado abundante si la idea es ir a cenar. Sorprende el estilo: no hay carta ni precios. El maitre canta los platos, y te dejas llevar por sus consejos. Quien se puede imaginar que, como primero, un plato de guisantes de Llavaneras con tocino pueda ser tan bueno, y sólo por 30 euros. De segundo, por otros 25-30 euros mas, el cochinillo confitado, sin llegar a la excelencia del cochinillo asado del Asador Las Cubas de Arevalo o de José maría de Segovia, también está muy bueno. Y de postre, las torrijas, estas sí son muy mejorables, por sólo 9 euros. Respecto la carta de vinos, que sí lleva precios, está muy sesgada al alza; aunque es una carta muy extensa, se echa en falta una mejor selección calidad-precio, teniendo en cuenta la variedad de denominaciones de origen que contiene. En total, se puede comer por unos 80 euros por persona, sin incluir la copa después del café. Les animo a que lo prueben y opinen.

Un descubrimiento a la altura del descubrimiento de América. Hace aproximadamente un año, esta mantequería familiar incorporó el servicio de restaurante a la tienda (una de las mejores tiendas de delicatessen, con 75 años de servicio al público). Cocina de mercado de calidad extraordinaria. Tienen un equipo inmejorable, con dos sommeliers impecables y muy conocedores de su oficio. Ambiente tranquilo y apto para connaisseurs y bonvivants. Un ejemplo: para comer un salmorejo de bogavante, unos huevos con angulas, un chuletón de buey hecho a la piedra, de postre torrijas. Para beber, empezamos con un champagne Ponsardin, para continuar con un Organistrum y un rosado a base de granacha aun por etiquetar, recien traído de Lleida. Para acompañar el postre, un Delícias de Monjardin y para el café y el puro, un Armagnac del año 1950 (tienen desde el 1930 al 1980). También probamos un poco de whisky Michel Couvreur etiquetado para Ravell (el único establecimiento en España para el que etiqueta este elaborados exclusivo). En general, impecable, copas Riedel y sin prisas.

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