Restaurante La Primitiva en Catarroja
Restaurante La Primitiva
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

Añadir vino por copa

Precio desde:
23,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Martes no festivo
Nota de cata PRECIO MEDIO:
25 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.5
Comida COMIDA
7.5
Precio medio entorno ENTORNO
6.1
RCP CALIDAD-PRECIO
7.8
albondigas de bacalao
titaina
salón privado
caracoles picantes
ensalada de llisa
asgarraet
all i pebre de anguilas
Puerto
arroz de cigalas y almejas
Opiniones de La Primitiva
OPINIONES
18

Refrendo el comentario anterior en cuanto al local y añado que las copas, vajillas y mesas son para avisar a la gente de que entras en un restaurante de ámbito muy local y que el mantel de papel es lo que hay. Allí vas a lo que vas, a comer como en los años 70-80 donde no se buscaban las estrellas Michelín y sí donde había un buen arroz o unas anguilas de la albufera.

También muy destacable la amabilidad del servicio de mesas y de todos en general. Pocas mesas ocupadas y casi todas de gente de Valencia que va directa al grano, de arroz en este caso, o como nosotros dos, directa a las anguilas encargadas con antelación ya que es necesario. Nos quedamos sin otras opciones de anguilas por no haberlo previsto.

Una buena ración de un correcto pan en cesta sobre la mesa. Una carta de vinos muy corta y que se sirvió con funda enfriadora que mantuvo bien la temperatura, dado a catar y autoservicio posterior. No es su guerra pero se esfuerzan en agradar. Su recomendación, de los más baratos de la carta, un sauvignon blanc 2012, Murviedro, muy facilito y que con el calor reinante, se agradeció. También una botella grande de agua.

Para entrantes a compartir: una ensalada de llisa (pescado de la Albufera típico) que en realidad era un plato, casi de postre, con cebolla cortada muy fina y la llisa hervida y desmigada, de tamaño más que ajustado para una persona, bien aliñada, pero algo defraudante a la vista.
Chopitos que fueron algo mayores, anillas de calamar, y algún chopito bien rebozados, sin nada de aceite, muy tiernos y bien de sabor. Ración más amplia.
Caracoles anunciados como picantes pero que estaban simplemente algo sentidos de pebrera (casi nada) , bien hechos servidos en cazuelita de barro. Racion para uno.

De principal ya teníamos encargado el all i pebre para dos, servido en paella al centro, en ración ajustada para dos (yo me lo hubiera podido comer entero), con patatas (podían haberse puesto algunas más y hubiera dado mejor sensación) unas más cocidas que otras por ser de diferentes tamaños, unos buenos trozos de una buena anguila tanto en tamaño como textura y sabor, siempre que consiguieras aislarte del más que picante caldo de cocción donde parecía habían ido a parar las pebreras que se anunciaban en los caracoles. Aún así y dejándolo enfriar para que perdiera virulencia, resulta un plato recomendable.

No probamos, pero vimos servir el conocido arroz con cigalas (de muy buen tamaño) y almejas que tenía una pinta extraordinaria.

De postre un correcto y menos dulce de lo esperado tocino de cielo que no necesita de esa falsa nata decorativa en el plato la cual obtuvo mejor uso para complemento del café. Unos fresones con un licor dulce de fondo fue el otro postre.
Unas cafés más una mistela de Godelleta por cortesía de la casa pusieron fin a la comida.

Lo que no tiene de entorno bonito dentro del local, lo suple en el exterior donde te encuentras con la llegada de la acequia del Port a la Albufera con numerosas barcas de percha y pescadores de caña en la orilla, alguna que otra ave que se esconde en los cañizos y un sol que ya castiga al medio día. Para hacer fotos.

Resumen: una comida con altibajos (mal la ensalada, bien pero picante la anguila, bien la fritura..), un servicio de vino y su carta que no es el motivo de ir, un muy buen servicio, en un lugar al que ya íbamos antes de la democracia y que ha cambiado muy poco para bien o para mal.

Estupenda comida en un entorno espectacular.
Restaurante algo demodé en un entorno de arrozales en el puerto de Catarroja. El edificio que alberga el restaurante, de ladrillo sin gracia de los 60 o 70, no invita precisamente a entrar, y el local con escasos lujos y mejoras tiene una sonorización horrorosa; las sillas de skay claveteado de otra época, curiosamente se agradecen por su comodidad al tener además brazos.
Ahora bien, cuando el personal habla con el cliente se nota una amabilidad y ganas de agradar que te conquista, y la cocina, ésta sí, te devuelve al pasado, pero al bueno, al de los sabores auténticos de antes. Entonces se olvida todo lo demás: la ensalada valenciana tradicional, salvo por la lechuga iceberg, con materia prima excelente; la titaina (6€)muy rica; las albóndigas de bacalao deliciosas; el all i pebre de anguila, que a mí no me entusiasma, estaba potente y con la anguila muy melosa(12€);
y el arroz con cigalas y almejas(13€ por persona) de los que se quedan en el recuerdo (luego te preguntas, esos arroces "disfrazados" que tomamos por ahí, qué tendrán, además de mucha sal y algún caldo bastardo.
Los postres, todos caseros, flan de turrón, calabaza asada...
Es una pena que la carta de vinos sea tan escasa y de tan poca calidad, ante las dudas y como era una comida familiar tomamos cerveza.

Casa tradicional de l'Albufera. Tapas cumplidas y arroces excelentes, siempre en su punto. El all i pebre merece una mención especial.

Postres caseros muy ricos: flan de turrón y flan de calabaza, a cada cual más conseguido.

Trato excepcional, me sentí como en casa.

Situado en un Puerto de Catarroja que el propio Ayuntamiento se encarga de menospreciar, el restaurante La Primitiva destaca como uno de los locales que mejor cuida la cocina tradicional valenciana.

Tapas correctas y bien elaboradas; all i pebre espectacular, y unos arroces que quitan el hipo.

¿Lo mejor? El servicio al cliente. Siempre están con una sonrisa en la cara para agradar al comensal.

Repetiré, sin duda.

Todo buenísimo, la titaina, los chipirones, la ensalada de llisa, el arroz de perol era como volver a la niñez y el flan de turrón exquisito.
el trato muy agradable, esperamos volver.

El sábado 26 N volví con los compañeros de fatigas participantes en la Marathón de Valencia para la "comida de la pasta".

Menú : 25 euros

Entrantes:

- Ensalada valenciana
- Ensalada de llisa (muy buena)
- Titaina (de las mejores de la zona)
- Patatas bravas con all i oli casero.
- Albóndigas de bacalao (buenas).

Plato principal. Degustación "arrós negre" y "arrós a banda". Los dos arroces buenos.

Postre: Helado de turrón de Xixona

Bebida: sangría, cerveza, vino de la casa, refrescos, agua.

Local situado en el Port de Catarroja, entre arrozales, junto a L'Albufera.

De entrantes, mejillones al vapor (buenos, aunque eche de menos las cloxinas pero no era la temporada) y "all i pebre de anguila".

De plato principal, arroz meloso de cigalas y almejas...¡Espectacular!

Mis felicitaciones a la cocinera, la mujer de Xavi. Trato amable y familiar.

A los postres concrete un menú para mis compañeros con motivo de la Marathón de Valencia.

Si podeis, reservad en el apartado que tienen (creo que para fumadores), porque un domingo como el que estuvimos puede haber mucha gente en el comedor principal, lo que significa bastante ruido. La atención es informal, rápida y efectiva.
Las copas, del montón, y la carta de vinos creo que no ha cambiado. Nos trajeron Icono blanco por iniciativa de la casa, tras dos jarras de cerveza.
Habeis comentado el tema de las raciones de las entradas. Yo diría que son para dos personas, tres máximo. En caso de que vayais más gente creo que es conveniente pedir un par de platos de cada cosa. A nosotros nos sirvieron para seis un plato de titaina, tellinas, allipebre de anguila, bravas y un par más de entradas, que perdonad, pero no recuerdo.
De segundo teniamos encargado un arroz meloso de almejas y cigalas, pero por la mañana nos llamaron para comunicarnos que no disponían de cigalas, y nos lo cambiaban por langosta, respetando el precio acordado por ración (13 euros). El arroz estaba en su punto de picante, bien de sabor, raciones copiosas.
La relación calidad precio creo que es adecuada, sabiendo el sitio al que se va.
De postre, flanes de turrón y cafeses.

El Lunes 16, me llevaron a comer a este restaurante, pagava yo (una apuesta),encargaron ellos. Picaete, paella y vino valenciano, poco postre y cafe.
No llego a 90 €.
Todo buenisimo

Quien busque un restaurante de decoración exquisita y mantel de hilo que no venga a este sitio. Pero quien quiera comer buen arroz y disfrutar de él que venga. El local es una casa en el Port de Catarroja, de decoración "sencilla", más que un restaurante es una casa de comidas. El trato muy bueno por parte del personal. El entorno precioso, ideal para dar un paseo después de comer. Pero lo mejor sin lugar a dudas es la comida. Corroborar que la ensalada de llisa es buenísima y el arroz de cigalas es perfecto. Las raciones, más que escasas, yo diría que son justas, pero claro, eso es discutible. Recomendable. RCP inmejorable. Volveremos.

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