Con fama dentro y fuera de Verema de ser la mejor fabada asturiana desde hace años, había que ir a probarla y comprobarlo. Así es, la mejor que he probado y no son pocas.
Local con fotos y cuadros de sellos relacionados con máquinas de tren como la miniatura que hay a la puerta.

Carta de comidas y vinos para pocas alternativas; encuentras tortillas, esparragos y bistec y poco más. Allí se va a por fabada y sin olvidar el arroz con leche que está también en gran nivel. Local ya descrito. Gran amabilidad y buen servicio en la sala. La parte líquida no es su guerra, aunque la carta es más amplia de lo esperado; pero se nota algo deficitaria en el servicio de los vinos y la forma de servicio, temperatura... Elegimos a la bodega Jimenez Landi, con Sotorrondero con altos grados (14.5º) y al estar caliente, hubo que pedir cubitera y tardar en probar.

Pan de bocadillo recien horneado y con aceite Capicua; pero no da tiempo, enseguida viene la estrella: les fabes.

Casi sin mirar la carta, fabada para los tres. Traen dos soperas hondas con las fabes y una bandeja con el compago. Dió para 5 platos largos de fabes y al acabar aún nos ofrecieron repetir. Diría que perfectas de cocción, mantecosas, sin romperse, sabrosas... pero sólo diré: las mejores.
El compago muy bueno el jamón y la morcilla, correcto el chorizo. Suficiente para acompañar todo.

No hubo opción de más platos, pero como sobraba vino, un postre fue media tabla de quesos que resultó consistir en 3 quesos: uno azul notable, uno de cabra curado muy notable y otro de vaca con frutos secos, prescindible. Pasamos al postre: dos de arroz con leche con azúcar quemado por encima, sin excesos lácteos, buen punto de canela, buena ración. La otra opción elegida fue yogurt casero de excelente resultado.

Nos invitaron al café (no exprés, de puchero) o infusiones. Media de agua de Fuensanta para empezar a digerir.

Un sitio entrañable y casero que hay que conocer sí o sí. No tiene estrellas en la puerta, están en la mesa: les fabes.

Ubicado en una casona asturiana a las afueras de Lugones, municipio situado a escasos kilómetros de la capital del Principado, con disponibilidad de parking propio.
El ambiente es rústico pero confortable: mobiliario típico de la zona y del tipo de local de que disponen.
La carta cuenta con pocas opciones: ensalada, quesos asturianos, fabada y arroz con leche. La Fabada es inigualable, única, incomparable...se acaban los adjetivos en torno a ella. Interesante los quesos asturianos y el arroz con leche.
La carta de vinos es corta pero cuenta con referencias interesantes y a precios asequibles como Mauro, aunque su especialidad es la sidra.
Si viajan por la zona, es lugar de visita indispensable para degustar la fabada: recomendable 100%.

Sí hay carta de vinos: Correcta. Yo tome un Aalto estupendo. La fabada y el arroz con leche (no pidan otra cosa, creo que no hay..) como se esperaba: de leyenda. Simplemente fabulosos. De verdad que vale la pena.

Perdón por la referencia poco -nada- vinícola, pero este es un sitio para disfrutar y emocionarse con la mágica combinación de sidra, fabada -Dios! que fabada- y arroz con leche. Decoración "ferroviaria" y servicio amable y atento.... No se ni sí había carta de vinos....