Durante nuestra estancia en la ciudad de Lleida, estuvimos alojados en el Parador Convent del Roser, excelente y recomendable hotel de cuatro estrellas inaugurado en el 2017 y situado en el centro histórico de la ciudad, muy cerca de la Seu Vella y del eje comercial, entre otros lugares interesantes y decidimos, una noche, la del miércoles 20 de abril,probar su cocina.
Tras las experiencias negativas que siempre hemos tenido en los restaurantes de Paradores, fue una decisión difícil de tomar, pero de la que no me arrepiento.
El restaurante, abierto al publico en general, está ubicado en la que fue la iglesia del Convent del Roser (S. XVII), situado junto a su magnifico claustro barroco de tres pisos.
Al frente de los fogones se encuentra el Chef valenciano Paco Vidal, formado en la Escuela Grao de Castellón y con una cierta experiencia, no solo en los establecimientos de Paradores, lo que lo diferencia de otros cocineros del grupo que solo han evolucionado dentro de este.
Entre otros, pasó, antes de integrar el grupo, como Chef, por restaurantes como el Club de Golf El Bosque (Chiva-Valencia) en donde obtuvo la 3era plaza en el concurso cocinero del año 2009 de la zona Levante y por el Club de tenis La Cañada (Valencia) hasta incorporarse a Paradores, en el Parador del Saler (Valencia) como segundo de cocina, como Chef en el Parador de Gijon del, 2011 al 2013, donde fue finalista del concurso de pinchos de Asturias, y también como Chef en los inicios del Parador de Coria. Después de tomar una excedencia de 4 años para crear su propio restaurante en Valencia ( Bobal) se incorporó nuevamente al grupo en el 2017 como Chef del restaurante l'Aplec.
Su cocina se inspira en las raíces tradicionales leridanas, y está elaborada con productos locales de temporada y con un toque personal de creatividad.
Mesas bien vestidas, bien separadas las unas de las otras, buena mantelería, cubertería y vajilla de Paradores. Copas correctas. El servicio de sala fue bueno y agradable. El servicio del vino no puedo juzgarlo ya que tomamos vino por copas.
El restaurante propone un menú degustación y la carta. Optamos por esta última.
Primeramente nos sirvieron unos aperitivos, no recuerdo su composición, pero estaban buenos.
Como entrante compartimos :
La nostra Xatonada amb romesco, bacallà, anxoves i ventresca de tonyina. Nuestra "Xatonada" con romesco, bacalao, anchoas y ventresca de atun. Bien presentado y bueno.
de segundo, ambos tomamos el mismo plato
Besuc salvatge amb pèsols llàgrima, crema de les seves espines al pernil ibèric i puré de coliflor. Besugo salvaje con guisantes lagrima, crema de sus espinas al jamon ibérico y puré de coliflor. Bien presentado y bien cocinado. Dos peros, el pescado estaba algo bajo de temperatura y se echó en falta algo mas de guisantes.
El pan que acompañó la cena fue bueno.
No tomamos postres
Para beber tomamos 2 copas de Costers del Segre Chardonnay (3,50 €/copa) y finalizamos con dos cafés.
La cuenta ascendió a 50,7 €/ persona. Buena RCP . La valoración media otorgada seria en realidad de 7 pero el modo de cálculo de Verema no me permite aplicarla y aparece en su lugar 7,5. Un restaurante de Paradores algo distinto de los otros del grupo que conozco, con una cocina con personalidad bien elaborada, que lo diferencia del resto. Si se está alojado en el Parador recomiendo al menos comer una vez para conocerlo.