Tras la visita matutina a la bodega tocaba reponer fuerzas a la hora de la comida en el restaurante homónimo. Cuatro comensales.
Empezamos compartiendo por parejas unas riquísimas brochetas de pollo con salsa Gomadare (de sésamo) y una ensalada de pimientos rojos con ventresca de bonito.
A continuación, rodaballo a la parrilla con repollo aromatizado y hierba luisa, lomo de atún braseado con cebolla caramelizada al Pedro Ximénez y un par de entrecots a la parrilla.
De postre, una estupenda mousse de garnacha y tierra de chocolate para dos, tarta de queso y milhojas de crema pastelera.
La carta de vinos se reduce a los de la bodega con un ligerísimo aumento de precio. Tomamos su blanco estrella de albillo real, La Pájara 2019, y un buen tinto de garnacha, G2 2018 (16 € cada botella).
Buen producto, buena cocina y buen servicio.
San Martín de Valdeiglesias, en el extremo occidental de la provincia de madrid, es tierra de garnachas. Y de senderismo y paseos por los pinares. Una de las Bodegas más punteras de la zona, BODEGA VALLEYGLESIAS, opera un Restaurante en el centro del pueblo, muy digno y con buena cocina.
Lo mejor, su crianza de Garnachas Centenarias, G2, por 16 cómodos euros. Potente y especiado.
Muy bien, las alcachofas confitadas en tempura. Los huevos rotos con ibérico. Las carnes, de vacuno de la zona.
De lo mejor para comer en la zona, después de una mañana de senderismo.