Restaurante Juan Bravo en Segovia
Restaurante Juan Bravo
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
69,97 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
69 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.0
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
6.0
Opiniones de Juan Bravo
OPINIONES
2

Fonda ilustrada, así reza en la entrada, junto al nombre, Juan Bravo, y desde luego el local esta reformado con gusto, bien situado, en la plaza mayor de Segovia, es el nuevo proyecto desenfadado del chef Rubén Arnanz, estrella michelín en Villena.

Antes de subir a la parte de arriba , que es donde están los comedores , tomamos una botellita de Dorado de bodega Hijos de Alberto , vino verdejo que se elabora al sol , hasta tener ciertos toques a generoso , una botella de medio litro 18,5€ , cundió para unos cuantos y gusto mucho , yo ya lo conocía y ya me gustaba .

Mucho ambiente en la barra y en las mesas del exterior, ponen buenos combinados, desayunos, vamos que le dan a todo y bien.

Toni ha descrito perfectamente los platos, poco más que decir, solo ponerles precio.

Éramos siete, sacaron dos raciones de cada, tres en algunas cosas, y algún plato individual.

Berenjena con tomate seco y queso fresco, aunque el sabor del queso era algo más sabroso de lo que suele serlo el fresco, pero eso nos comentaron, el toque ahumado del asado de la berenjena y el aliño, junto con el rico sabor del tomate seco y lo sabroso del queso, hicieron un buen comienzo de fiesta, en esta ocasión tres raciones 27€.

Unos ricos mejillones escabechados con una emulsión de pimiento dulce de la vera, con ese leve toque ahumado y lo sabroso del escabechado, seguíamos hacia arriba, tres raciones 36€.

Una porra, y ya es la segunda vez que en pocos días , pruebo esta elaboración , esta vez con rabo de toro estofado , cebolla roja encurtida y mi rico cilantro , para llevarnos a una cocina mas de moda , asiática-peruana , vamos un cebiche de carne , muy rico también , cuatro porras , que nos presentaron partidas , ya que éramos siete , 28€ .

Croquetas de chorizo con un punto de ali-olí y su rodajita de cantimpalo a modo de txapela, ricas, dos raciones, 16 croquetas 24€.

Cochifrito con ajo y romero, servido en vajilla clásica con borde de cochinillo, bien, nada que destacar, dos raciones 50€.

Un trozo de pan con pisto, un huevo frito y tres rodajas de chorizo, pues bien, cojonudo lo llaman, para gustos, malo no estaba 7 por 7, 49€.

Patatas bravas, un fondo de tomate, donde el picante lo aporta el pimentón de la vera, con ese rico toque ahumado, pero que, aun siendo picante, no llega a lo que los adicto picantes les parece aceptable, yo como no soy mucho de picante, aunque cada día mas , ya que es un ingrediente cada día mas presente en cualquier tipo de cocina , la patata , pequeña y entera , cortada alrededor , pero sin separarse , mas bien asada , aunque se supone que este corte es para dejarlas crujiente por fuera , pelin seca y una gota de emulsión de ajo blanco , no me emociono , dos raciones 19€ .

Garbanzos de Valseca con oreja, estaban ricos, presentados en pucherito de barro, no se, esta bien combinar platos mas creativos con tradicionales, pero no se si el orden o la elección de platos, me gusto del todo , los mejillones , la porra , incluso las berenjenas y los garbanzos estaban ricos , tanto como los hace mi madre , que no es poco , pero luego , las croquetas sin mas , correctas , el cojonudo , ni fu , ni fa , el cochifrito , bueno , las patatas , pichi, picha , para mi demasiado contraste de bien y ni fu , ni fa .

Acabamos con un hojaldre de whisky Dyc , reconozco que junto con los tres primeros platos , lo que mas me gusto , y a alguno mas , la crema de whisky , suave , con un saborcillo adictivo , sacamos alguna ración mas , en total cinco raciones a 8€ , 40 eurazos .

Servicio de pan, un euro por persona, 7€, ya me estoy acostumbrando, cuando salgo de mí zona es muy común, y alguna vez también en mi zona, aunque todavía es raro.

El servicio joven y atento, me gusto mucho, el servicio del vino, también muy bien.

Mi amigo Mario y un servidor llevamos un par de botellas, un tinto Eklipse y un blanco de maceración carbónica, nuevo, de Itsasmendi BatBERRI , nos cobraron 5€ por el descorche de cada uno, muy bien, ya que el servicio fue bueno, un mágnum de caraballas, 44€, me gusta este vino, pero cada día mas para aperitivos, con ciertas comidas, no se le saca el potencial y un tinto el castro de Valtuille 2015, 15€ y para la tarta una botella de oporto , Nieeport Ruby , 22€ , dos litros de agua 5€ , poco agua para siete .

Cafes y cortados a 2,2€ gin tonic de millers 9€, de bulldog 8,5€ y el de seagram 6,5€.

Conclusión, 44€ por persona en comida, el resto hasta 70€ la bebida, me parece una Rcp, correcta, sin mas, y siendo pelin generoso, ya que creo que se podría mejorar, una cocina entre lo correcto y lo bueno, un entorno muy bueno, elegante y un servicio de vino y de mesa, entre bueno y muy bueno, utilizare el baremo verema, según me lo pida el cuerpo, pero esta es mi opinión.

En el marco incomparable de la plaza de mayor de Segovia y adosado al teatro Juan Bravo acaba de abrir este local bajo el auspicio gastronómico del cocinero Rubén Arnanz. Aprovechando el contexto que nos llevó hasta esta ciudad castellana, el X Encuentro de la Peña Gastronómica los Restaurantero, decidimos constituirnos en avanzadilla y visitar este restaurante apenas tres días después de su inauguración.

El local nace con la intención de dar servicio ininterrumpido durante todo el día y ofrecer a los segovianos y a los visitantes la posibilidad de tomar el desayuno, comer a mediodía, disfrutar de unas copas o cafés durante la tarde o cenar y acabar la noche en él. Local de dos alturas con barra grande y algunas mesas altas en la planta baja y pequeño salón en el primer piso. Decoración moderna y cálida que invita al relax y la desconexión. Personal joven que te recibe de buena gana y ayuda al disfrute.

No vimos la carta y nos abandonamos a la voluntad de Rubén y su equipo aunque me parece que le dimos un buen repasón a la misma pues nos juntamos gente de buen comer y degustamos bastantes platos:

- Berenjena asada, tomatitos y queso: Graciosa la presentación y muy rica la combinación de los tres elementos principales (siento no recordar de que queso se trataba). Trasfondo ahumado que armonizaba a la perfección con los leves toques dulzones de los tomatillos. Dimos buena cuenta de los panecillos que nos acababan de servir.

- Mejillones en escabeche: Plato muy fresco y totalmente apetecible con los calores que tuvimos todo el fin de semana. Servidos sobre su concha y con un toque muy personal a base de pimentón de la Vera. Un escabeche distintito y ligero que te permite tomar un buen número de ellos.

- Porras con rabo de toro: Presentación muy vistosa gracias en parte a las finas tiras de cebolleta roja que coronan el plato. Sobre una porción de una porra de grosor considerable, exenta totalmente de aceitosidad y con un dulzor controlado, aparece la carne de rabo de toro totalmente deshuesada, por supuesto, y unos brotes de cilantro y la susodicha cebolleta como culminación. Ambos aportan frescura y cierta exoticidad al bocado. Destacable.

- Croquetas de chorizo: Me sirvo de un sustantivo para definirlas como mejor se me ocurre: potencia. Muy presente ese sabor característico del chorizo de cantimpalo sin enmascararlo en exceso en la bechamel. Estábamos disfrutando de lo lindo.

- Cochifrito: Plato 100% tradicional sin concesión alguna a la vanguardia o a la reinterpretación. Al igual que sucedió con las porras, se agradece la nula presencia de aceite residual. Curioso el platillo en el que se sirve: una pequeña fuente de barro en forma de cochinillo.

- Pincho de pisto, huevo y chorizo: Huelga la descripción. Todo viene en el manual de instrucciones, es decir, en el enunciado del plato. Porción generosa y destacable el sabor que se consigue con el pisto.

- Patatas bravas: En el fondo del cuenco se coloca la salsa brava que no nos resulta excesivamente picante. Algunos de nosotros demandamos más tono en este tipo de platos. Sobre ella la patatitas enteras sin pelar y decoradas con leves incisiones circulares alrededor de ellas y con la culminación de la mayonesa. Ricas, aunque prescindibles.

- Garbanzos con oreja: Nuevamente frente a un plato de marcado estilo tradicional. Se sirven en pucherete y es el propio comensal quien se los sirve. No hay sorpresa, es cierto, pero si la magia que genera el rico poso gastronómico de estas tierras. Muy ricos.

- Hojaldre de whisky DYC: Un excelente remate para esta más que correcta comida inicial (esta previa ya viene convirtiéndose en un clásico). Tan rico estaba que repetimos.

Tomamos unas copas de Dorado en la barra y, a parte de un par de botellas con las que quiso agasajarnos el amigo Óscar (de bodegas Itsasmendi, por supuesto), pedimos un mágnum de Finca Caraballas (Rueda) y una botella de El Castro de Valtuille. Además tomamos un Oporto con los postres, cafés y alguna que otra ronda de combinados. Ello es lo que me obliga en cierto modo a no consignar el precio de la comida pues el precio final puede inducir a error y confundir al cliente potencial.

Servicio atento y simpático al que no se le notó para nada la falta de rodaje (algunos de ellos vienen del restaurante Villena con una estrella Michelín). Comida rica, ambiente agradable y buena selección de vinos y destilados. Pueden quedarse por mucho tiempo.

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