Restaurante Namúa Gastronomic en Valencia
Restaurante Namúa Gastronomic
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
24,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
40 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.4
Comida COMIDA
8.5
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
8.1
ensaladilla
buñuelos
croquetas
entrante
bravas
postre
atún
ceviche
buñuelos
ensaladilla
croquetas
bravas
lienzo bravas
ensaladilla
croquetas
buñuelos bacalao
local
vino
Tartar de Salmón
Opiniones de Namúa Gastronomic
OPINIONES
7

Pues llegó el momento y conseguimos abrir el local (aunque no la exclusividad) y, tras saludar a Víctor, nos sentamos en una bonita mesa tipo imperial, bien preparada y vestida, con amplitud y con alguna baja a última hora para quedarnos con 10 comensales.

Unas cervezas y aguas de entrada, con el menú ya decidido aunque no hubo plato sorpresa y en los vinos (y digo los) tampoco fueron los elegidos ¿?; al final fueron un blanco albariño Pazo Baion 2021 de bonita botella y que gustó; seguimos con un Matarromera crianza 2018 que no aportó nada por ser más que conocido, y terminamos con un cava Dominio de la Vega brut reserva especial 2018. El problema estuvo en el servicio ya que se hizo tarde tras reclamar e insistir, quedando totalmente descoordinados con la comida y, aunque el servicio en copa estuvo bien, no brilló ni acompañó como estaba previsto durante la cena.

En la comida el servicio fue rápido desde cocina (lo que empeoró el retraso de los vinos), describiendo bien los platos con sus ingredientes y la forma de prepararlos; consistió en lienzo de ensaladilla rusa, buñuelos de bacalao, croqueta de blanc i negrelienzo de bravasatún marinado en soja y cítricos con panceta y guacamole, pescado (dorada) a la brasa y entrecotte angus a la brasa; los postres: tarta de queso y brownie de chocolate que no sé por qué sustituyó al merengón previsto. Hubo otro entrante antes de las bravas que no recuerdo aunque está la foto pero que llevaba yema de huevo curada y creo que una base de berenjenas.

En general gustó la cena pero me quedé con el despago de que hubo mucha preparación y no todo salió como estaba previsto, aunque saliera bien y la atención en sala fue siempre buena y amable.

 

 

  • ensaladilla

    ensaladilla

  • buñuelos

    buñuelos

  • croquetas

    croquetas

  • entrante

    entrante

  • bravas

    bravas

  • postre

    postre

Tras reciente recomendación a un amigo veremero en su visita congresual a Valencia y estando valorando opciones para la cena especial de amigos (de aquí y de allá) en encuentro anual, a los que cada vez es más difícil sorprender y agradar, planteo la posibilidad de este local; como parece ser ya costumbre, hacemos una visita de ensayo para asegurar el éxito.

No hay novedades físicas en el local ni tampoco recuerdo nada distinto en la carta de vinos (sigue muy corta de opciones) ni de comidas, donde siguen siendo preferente los platos compartidos y sus presentaciones a modo de lienzos que me recuerdan la etapa de DiverXO, en su anterior local, con sus, entonces, recién estrenadas 3 estrellas Michelín.

Tras fallido intento de quedar con Víctor para concretar todo, nos sentamos para probar algunos platos y vinos, y cerrar el menú; nos recibe su equipo y en concreto Adrián y acordamos hasta la forma de las mesas para el grupo amplio.

En vinos, con buenas copas y bien servidos en la mesa con botella recién abierta, tomamos unas copas de un viura riojano Azpilicueta blancoLes Alcusses en tinto; además agua sin gas y una cerveza. El pan fue testimonial y nos dedicamos a una comida de entrantes y un par de postres para tomar decisiones, porque ya teníamos claro lo de pescado y carne final.

Lo que compartimos entre dos fueron platos conocidos y que van a integrar la cena especial; no comento cada plato por estar ya descritos y porque se mantienen, para bien, sin cambios, tales como el lienzo de ensaladilla rusa, lienzo de bravasbuñuelos de bacalaocroqueta de blanc i negre, ceviche con estilo muy valenciano con naranja, tramusos y boniato que resulta creativo diferente y sobre todo sabroso a pesar de, para mí, un exceso de cilantro; por último el atún marinado en soja y cítricos, presentado en lienzo en una cantidad correcta de atún, bien especiado y agradablemente marinado al que reduciría muy levemente la soja para que no se apodere de todo.

En los postres probamos la tarta de queso tan buena como sosa de presentación y el merengón, consistente en un lienzo con melocotón en almíbar merengue en dos texturas y limón que se hace muy recomendable aunque sea abusar de un lienzo más.

Unos buenos cafés y la necesidad de volver a contactar con Víctor para confirmarlo todo.

 

  • atún

    atún

  • ceviche

    ceviche

  • buñuelos

    buñuelos

  • ensaladilla

    ensaladilla

  • croquetas

    croquetas

  • bravas

    bravas

Ya conocía el anterior local del barrio de El Carmen y tras la visita reciente de Toni, me recordó esta nueva ubicación (ya hace sobre un año, pero ¡qué año!) y las buenas sensaciones que me causaron la primera vez. Así que, para celebrar que se acababa ya el 2021, con la tercera dosis puesta, allí nos fuimos.

Del nuevo local solo comentar algo de su interior por completar su descripción. Es una sala amplia, bien decorada que trasmite elegancia y armonía pero también calidez, dejando un gran espacio a la cocina a la vista para darle su protagonismo. La ocupan unas 10 mesas de madera con sillas (con o sin brazos) cómodas de manteles individuales, buenas copas de vino y buena vajilla. El servicio de sala está bien formado, es eficiente, cercano pero muy correcto y con buena explicación de cada plato; el ritmo de salida de cocina estuvo correcto, con un local lleno completo y descartando las no reservas.

Del chef, Victor Soriano allí presente, comentar que además de formarse con Raul Aleixandre (esos buñuelos de bacalao lo delatan) siendo segundo en cocina, también estuvo con Quique Barella y con Paco Roig para la pastelería, amen del pais vasco. Aquí, cerca de su barrio de El Cabanyal me comenta que se siente más cómodo, fuera de zona turística y así más libre de presentar sus intenciones: cocina mediterránea con buen producto (de nuevo Raúl está presente) al que añade su creatividad e innovación.

La carta de vinos no es muy amplia pero por ahora suficiente; no hay grandes marcas pero seguramente porque su actual público no se lo demanda. Está bien presentada e informada; en la parte de tintos hay un par de vinos por copas y 2/3 representantes de las zonas locales y de Ribera y Rioja, todos ellos de corte demasiado clásico; en espumosos 3 opciones con amplitud de margen en precios; un testimonial rosado y en blancos 12-13 opciones aquí de corte algo más actual. Elegimos un Tarima Hill 2019, una golosa monastrell de Alicante que llegó ajustada para toda la comida; su servicio fue solo de descorche y dado a catar. La fiesta la completaron un vermut traido ya servido a la mesa al que le sobraba hielo y un par de aguas grandes.

La carta de comidas es una sucesión de gastrotapas y tapas más clásicas con toques de autor siendo en general pensadas para compartir; los arroces requieren encargo previo y puede ser una buena opción para otra ocasión, al igual que la comida para llevar; por supuesto unas pocas opciones de pescados y carnes y los postres. Dispone de un menú gastronómico (27,50€) a elección del chef ese día y que se modifica en función de mercado. Optamos por ello al ser la mejor carta de presentación de esta cocina. Cuatro comensales a disfrutar del gastronómico del día:

. buñuelos de bacalao: un extra fuera del menú que es imposible de no conocer: la perfección absoluta que firmaría el propio Raúl, y eso en Valencia es mucho. Imprescindible.

. croquetas de blanc i negre: más esférica y notable sabor y cremosidad en el interior con perfecto rebozado. Muy recomendable.

. lienzo de ensaladilla rusa: a modo DiverXO una decoración impresionista para rematar las raciones individuales puestas en el lienzo, los ingredientes puestos a la vista y buenas salas. Recomendable.

. lienzo de bravas: a modo similar al otro lienzo con unas patatas muy personales. Recomendable.

. pimientos de piquillo rellenos de salmón y queso gorgonzola: rebozado de un buen pimiento entero con buen relleno. Bien.

. ensaimada de Almusafes: sabrosa y sorprendente en potencia que sustituye el pan por hojaldre con relleno de sobrasada, queso y cebolla caramelizada. Interesante.

. berenjena de bolognesa: de nuevo rebozado en este caso la berenjena de sostén. Bien.

. postres: Tarta de queso: destaca la crema de queso y sobre todo la cobertura con crunch de caramelo. Recomendable. Fueron dos tartas y los otros dos postres no recuerdo bien pero ahí estan las fotos.

Unos correctos cremaets fueron un buen remate para alargar un poco la sobremesa

Las presentaciones y remates de salsas fueron demasiado similares en parejas de platos como puede verse en las fotos, pero en boca estaban perfectas con los ingredientes presentes pero bien entrelazados y en raciones generosas. Una cocina que va creciendo y que es de esperar que cuando pase la pandemia va a empezar a correr.

  • lienzo bravas

    lienzo bravas

  • ensaladilla

    ensaladilla

  • croquetas

    croquetas

  • buñuelos bacalao

    buñuelos bacalao

  • local

    local

  • vino

    vino

El restaurante Namúa echó a andar en el popular barrio del Carmen de Valencia. Según parece, el proyecto tuvo éxito y su propietario, Víctor Soriano, decidió abrir un segundo local en la Avenida del Puerto. Luego llegó la pandemia, las cosas se complicaron y los planes trazados tuvieron que cambiar. A día de hoy el local del Carmen aún no ha reabierto sus puertas (y desconozco si algún día volverá a hacerlo) y sólo se atiende en el nuevo emplazamiento.

Si les soy sincero, no llegué a entrar en el local. La reserva la hizo otra persona y pidió expresamente que nos colocasen en la terraza, siempre que la climatología acompañase, claro. Se dio el caso y, como no surgió ninguna necesidad de pasar al interior, no estoy en condiciones de describirles la sala. Desde fuera se percibe que se trata de un local limpio, modernete y agradable. El mobiliario de tonalidades claras, las paredes en esa misma gama… Se debe estar bien.

Víctor Soriano se formó bajo el auspicio de Raúl Alexandre, según leo en la red. Raúl cuenta con una legión de fans en la capital del Turia. Yo estuve una vez en el mal logrado Vinícolas donde él oficiaba y ciertamente me gustó. También tuve la oportunidad de asistir a un taller de cocina que impartió en el restaurante y dejó bien claro que, en temas de cocina, tenía muy buena mano. Haber estado bastantes años a su lado ya es un buen augurio.

La carta de Namúa se estructura en entrantes, platos de cuchara, carnes, pescados y postres. Parece ser que está siendo sometida a revisión pues, al entregárnosla, nos avisan que hay algunas propuestas marcadas con una cruz que han dejado de preparar. También nos indican que podemos optar por un menú que incluye seis de los entrantes y un postre y que se ofrece por un precio de 27,50€. Optamos por ésta con lo que no le presto a la carta toda la atención que se merece.

- Buñuelo de bacalao: Impresionante en cuanto a sabor y ejecución. Se sirve sobre una base de allioli suave y se corona con una corteza crujiente de su propia piel. Muy, muy rico.

- Croqueta de blanc i negre (butifarra y blanquet): Croquetón de forma esférica con las mismas trazas: técnica impecable y sabor muy logrado.

- Lienzo de ensaladilla: El protagonista del lienzo, o sea la ensaladilla, se dispone en tantos montones como comensales comparten el plato, entiendo. En nuestro caso fuimos tres. Después se decora el plato con trazos de mayonesa, mostaza, encurtidos molidos… a modo de pintura moderna. Rica sin enamorar. Cantidad generosa, eso sí.

- Lienzo de bravas: Nos sirven tres medias patatas asadas al horno (recordar que somos tres comensales) cubiertas de una especie de majado hecho con patata machacada y una peculiar salsa brava. Cierta similitud en la presentación con el lienzo anterior aunque aquí los trazos se sustituyen por motas y la mayonesa y la mostaza por allioli y salsas de diferente grado de picante. Nos han gustado mucho.

- Tiradito de corvina: el plato no va incluido en el menú, pero, como veníamos con hambre, hemos decidido pedirlo como refuerzo de éste. Lo encontramos muy rico, con un género de calidad y frescura notable y un aliño repleto de personalidad y no apto para todos los públicos: soja, jengibre y menta. Nosotros somos de los que agradecemos ese extra de punch.

- Mejillones con salsa cítrica: Perfectos de cocción, evitando pasarlos lo cual provoca que alguno de ellos no llegue a abrirse. La salsa merece valoración aparte. Partimos de la base que está rica, sin discusión, pero encontramos en ella ingredientes de cuya presencia nos enteramos más por la vista que por su impronta en nuestro paladar. El sabor en sí nos recuerda a una rica salsa marinera y, como tal, intuyo que se ha usado pimentón. No notamos en cambió reminiscencia alguna a la citronela que encontramos en forma de tallo, ni a las hojas de lima Kefir ni a las rodajas de naranja. En mi humilde opinión o se opta por una línea marcadamente mediterránea o por la vía thai. El resultado de combinarlas no es fallido, insisto. Simplemente no se percibe.

- Ensaimada Almusafes: homenajeando el famoso bocata de sobrasada, queso y cebolla caramelizada aunque sustituyendo aquí el pan por una base de hojaldre cuyo sabor recuerda al típico dulce balear. Contundente, pero muy rica.

- Tarta de queso: una muy buena tarta con la base de grosor correcto, una rica crema de queso y la cobertura crunch de caramelo. Vicio puro.

La carta de vinos se nos antoja algo corta y falta de algunas referencias más “gastronómicas” para aquellos comensales más “frikis” que se presupone que visitarán el local con el argumento ya citado del “renombre” que tiene el cocinero. Todas las propuestas son de precio bajo y el sobrecargo aplicado entra dentro de lo razonable. Hemos tomado un Azpilicueta Viura DO Rioja.

Local que está llamado a ser restaurante de referencia para la gente del barrio, no me cabe la menor duda, pero que seguiremos con atención por ver si ese éxito se expande entre otro público menos cercano  con ganas e descubrir lugares interesantes.

Fuimos con un cupón regalo de Groupon, en el que se ofrecía un menú de degustación. Estos fueron los platos:

- Carpaccio de corvina

- Patata brava

- Canelón de puchero valenciano

- Buñuelos de bacalao

- Secreto ibérico

- Falso tocino de cielo (flan de uva)

El menú iba con copa de vino o agua. El vino tinto, no estaba mal.

Sobre el menú, destacar la patata brava y el secreto ibérico. Lo peor, el postre. Insipido a más no poder.

Entorno mejorable, porque si tienes una mesa muy ruidosa cerca (despedida de soltero), lo tienes claro. Difícil acceso, por el aparcamiento.

 

 

 

Un local muy de barrio en su apariencia, con la clásica forma de tubo de las plantas bajas individuales, con una barra a un lado y fila de mesas al otro lado que se amplían al fondo al llegar a la zona de entrada de la cocina. La decoración es sencilla pero transmite cierta calidez y luminosidad. La zona del fondo es muy, muy ruidosa a nada que haya un pequeño grupo. La separación y tamaño de mesas es aceptable, con sillas correctas (peor los bancos de la pared), manteles individuales, copas correctas, destacable la vajilla.

Carta de vinos corta pero con vinos interesantes prácticamente en rango de precios de 10-20€ todos, con 9 opciones de blancos, 9 de tintos, 2 rosados y 2 cavas. No parece que el tipo de clientes les exija otra cosa, pero esos platos merece más, tener algún vino de más nivel para ocasiones especiales. Nos decantamos por empezar por unas cervezas a la llegada, Brabante, la oro y la oscura; seguimos con Mestizaje blanco (17€) y terminamos con La Maldita (14€), una garnacha de Rioja tan sencilla como agradable. El servicio básico de dar a catar y a la cubitera o a la mesa para autoservicio pese a no haber exceso de trabajo en la sala. El blanco llegó caliente en su inicio, no así el tinto que vino bien atemperado.

La carta de comidas que prepara el chef, Victor, tras un amplio recorrido por muy reconocidas cocinas valencianas, plantea un menú del día (19,50€), menú de tapas (22,50€), una carta de tapas gastronómicas, platos fuera de carta. Nos pareció prescindible el menú del día ante las opciones del otro menú, y como queríamos probar alguna tapa gastronómica más, lo reforzamos con algún extra. Ante esta situación salió el chef y nos indicó que probablemente fuera innecesario y excesivo, pero insistimos en que no nos subestimara y solo aceptamos rebajar las dos croquetas por persona a la mitad. Esta situación y el hecho de que estuviera el local con poca clientela permitió varios encuentros y comentarios. La conversación hubiera merecido más tiempo.

Cuatro para comer, compartiendo tapa cada dos comensales, lo que deja casi más en el concepto de ración que en el tamaño de tapa que entendemos. Las presentaciones y emplatados muy vistosos con abundante decoración, sin escatimar tiempo de montaje aunque quizás con el local lleno, el tempo de ritmo de servicio se vea perjudicado. Una cocina que merece más que quedarse en un menú de tapas.

Lo comido como extra (.) y lo incluido en el menú (-) que tomamos en orden de servicio:

. anchoas San Filipo 0: buen tamaño, buena calidad, sobre una base alternativa (cremoso) al tomate clásico, pero que resta algo de sabor al actor principal, al igual que la pequeña decoración complementaria con una lámina de aceituna, de cebolla y alguna cosa más que no recuerdo.

. croqueta de carrillera con setas y trufa: perfecta en su rebozado y fritura, jugosa en su interior y muy bien de sabor.

- mejillón gallego con cítricos y pimentón: correcto en su materia prima, muy bueno el caldo resultante.

- buñuelo de bacalao: recuerda mucho al de Raúl Alexandre de donde debió de conocerlo. Por tanto, muy bien desarrollado, sabroso, casi crujiente en su exterior y jugoso en su interior.

- tiradito de dorada con vinagreta de jengibre y soja: presentado a modo de pizza con una estética muy bonita y sorprendente, pero lo importante, el sabor también en buen nivel.

- guiso de pulpo encebollado con huevo roto: presentado en mini sarten en una estética más ruda, pero de nuevo, el sabor en buen nivel

- carpaccio de boletus con jugo de carne, foie y parmesano: un plato a no perderse, generoso en boletus, sabroso con unos ingredientes que están ahí por separado pero que forman un buen conjunto en la boca.

- nuestra versión de la patata brava: presentado en un lienzo que recuerda (salvando distancias) los platos de DiverXO. Debía haberse servido con antelación pero fue el último. Muy recomendable.

- postres compartidos: cremoso de chocolate con praliné de avellana con helado de dulce de leche y crumble de mantequilla, falso tocino de cielo de uva con espuma de yogurt. 

. otros postres fuera de menú: torrija de chocolate blanco y torrija de coca cola. Como los anteriores, todo correctos en su presentación y planteamiento.

Rematamos con cafés, según demanda, y nos ofrecieron algún chupito de la casa, a destacar el de mistela de moscatel Mig Segle, mientras departíamos con el chef al quedarnos solos en el local, una vez más.

Sin estar trabajando sobre producto caro, hay mucha cocina en estas gastrotapas, generosas en su ración y trabajadas en su presentación. Merecen más que estar en un menú de diario.

Un sitio a seguir evolución porque tiene que crecer en ideas y novedades, pues, como los buenos guisos, se ve que detrás hay una buena base y no un máster de la Juan Carlos I.

 

Estuve el viernes pasado con mi esposa y otra pareja de amigos , esta es la tercera vez que como o ceno en Namua, como siempre estupendo.
En esta ocasión , Victor nos recomendó varios platos , los buñuelos de bacalao con cocohas al pil pil, lienzo de rusa , lienzo de bravas , un carpacho de dorada y entrecot trinchado , todo para compartir.El postre individual ..una delicia ..torrija de chocolate blanco con helado ( espectacular )tomamos seis cervezas y agua , dos cafes . el precio nos parecio correctisimo pagamos 47 € la pareja .
Muy recomendable , REPETIREMOS ...

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