Restaurante El Bouet en Valencia
Restaurante El Bouet
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

Añadir vino por copa

Precio desde:
35,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
44 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.7
Comida COMIDA
7.5
Precio medio entorno ENTORNO
7.5
RCP CALIDAD-PRECIO
5.8
Opiniones de El Bouet
OPINIONES
6

Nada que destacar en cuanto al local, con aforo casi lleno. La decoración, muy de moda actual, le da un ambiente entre informal, industrial y la exposición de cuadros itinerante, sirve de contrapunto.

La carta de comidas se mantiene como una carta corta con variadas opciones que se van renovando, manteniendo el punto de cocina de influencia asiática y peruana, con unas buenas presentaciones y emplatados. No hay carta de platos del día. Tienen la costumbre de no entregarlas hasta que la mesa se completa, lo que retarda mucho los acuerdos previos a la comanda, sin que por contra le vea ninguna ventaja. En la carta figuran las intensidades de picantes pero incluso las dos "guindillas" son menos de lo que aparenta, siempre que no comas mucho de "lo colorado".

En la parte de vinos la carta también es más que suficiente con variedad de opciones (incluidos diferentes vermuts) y con referencias novedosas muy de agradecer; aquí hay una parte de coctelería que no acaba de implantarse en nuestro entorno y menos a medio día. Ésta sí que te la entregan al llegar y no acabo de entender esa diferencia de una sí y otra no.

Cuatro para comer y empezamos con unas cervezas (también con diferentes opciones), un par de aguas con gas y un amontillado de la carta. Acierto en la falta, así que paso directamente al vino. Un buen blanco Navazos Nieport, siempre interesante y luego continuamos con tinto El Prohibido de Raúl Pérez, ambos gustaron bastante. ¿El servicio? Traido a buena temperatura, dado a catar y primera copa servida (muy generosamente..) y luego autoservicio.

Para comer, decidimos probar platos desde la entrada al postre; así que a compartir al centro:

. ostras Le Claire naturales (3,5€) x 4: muy jugosas, bien de sabor y bien abiertas sin restos de cáscara.

. nuestras bravas picantes con all i oli asado (6,5€): unas patatas muy tersas, casi duras, con picante más bien bajo (pese al anuncio) con una salsa que liga y mejora el conjunto.

. figatell de calamar playa y majada de dátiles y almendras (4€) x 4: demasiado tiempo de plancha hizo que la capa exterior quedara algo seca; el interior (calamar) muy bien conseguido de textura y sabor.

. brioche pulled pork con hoisin barbacoa y chipotle (6,5€) x 2: dificultad de partir o/y de comer quedando muy desmontado: demasiada verdura para tan poca proteina.

. sechuán hot dog de cerdito a la brasa (7,5€) x 2: tras la dificultad de partirlo y comerlo, el esfuerzo mereció la pena. Recomendable.

. albóndigas de cordero Xian con hierbas aromáticas (16,5€): clasificadas con 2 pebreras, pero si no abusas de los trozos de pebrera roja, son más especiadas que picantes: bien aunque estaban algo secas y necesitadas de repaso por la salsa acompañante. Como complemento lleva un bool de arroz jazmin, tan cocido como insulso, al que hubo que vertir lo que quedaba de la salsa de las albóndigas para mejorarlo; pedimos un plus de salsa para acabar el arroz y como se sale del guión y parece que el cocinero ya habia finalizado la jornada, no hubo respuesta positiva. No sé que pasaría si cada profesional al sonar la alarma de final del día, deja su trabajo como está y se va: se quedaria el avión sin aterrizar, la operación de barriga sin cerrar, el autobus a mitad de recorrido sin conductor...

. pescado del dia (lubina) deep fried Thai: expectacular presentación de pescado entero, frito y bien emplatado, manteniendo una carne interior jugosa y bien de sabor. El aditamento muy similar al figatell. Recomendable.

. lomo bajo de vaca gallega (maduración > 45 días) con patatas confitadas (24,5€): las patatas escasas y de aspecto poco agradable (oscuras, con piel) pero muy sabrosas. la carne muy buena, ración buena. Recomendable.

. canelon con yuzu, merengue y fruta de la pasión (8,5€); ración XXL, bien emplatado, canelon crujiente y un relleno que no satura. Recomendable (y a compartir).

. otro postre que no recuerdo pero que gustó algo menos. 

Los panes van aparte y hay para elegir y optamos por la versión de pan de calabaza, olivas de Aragón y focaccia de harinas ecológicas (2,5€)  x 2 cestitos, siendo ambos muy buenos.

Lo que no compartimos fueron los cafés que, ya con prisas por cerrar, los sirvieron antes que los postres, con lo que acabamos tomándolos fríos. Por supuesto, fuimos los últimos en salir (posiblemente también en entrar) y bien es cierto que una vez servido todo en la mesa ya no hubo apreturas por acabar. La sensación final es que es un local agradable, con buenos mimbres (planteaminetos), pero que no acaba de enamorar.

No había visitado el anterior local, al parecer más pequeño, pero este me parece de los locales más vistosos y bonitos de la ciudad con decoración acorde al ambiente que se pretende ofrecer. La ubicación en ese segmento de la Gran Vía, en mi opinión, hace que no se convierta en un lugar frecuente de paso y que en general hay que ir adrede. Carta relativamente corta pero suficiente y como ya se ha mencionado, se agradece la presencia de los precios en las sugerencias fuera de carta. Precios de los vinos x2-3 y hasta x4 en los segmentos más bajos. También disponen de cócteles. Tomamos:

- Thai spring rolls (6,5€) de verduras con su salsa picante dulce. Agradables. Me gustaron.

- El figatell de calamar (3,5€) con dátiles. Correcto con acertada textura y buen sabor pero demasiado invasiva la presencia del ajo en mi opinión.

- Croquetas del día (2€ ud), en este caso de ternera. Muy ricas, rebozado fino e interior sabroso y con un guiso diferente al habitual.

- Ceviche de corvina (21€). Bueno. Elaboración clásica con leche de tigre, cebolla morada, el maíz y la batata en este caso en forma de puré. Muy bueno el pescado y acertado punto de picante en mi opinión.

- Curry amarillo de cerdo guisado (22,5€). Se acompañaba de un arroz con sésamo muy bueno. Sabroso. Quizás algunas partes demasiado poco magras del cerdo que podrían retirarse antes de servirlo. 

- Tarta de queso con toffee y pistachos caramelizados. Buen postre. No excesivamente dulce a diferencia de lo que puede parecer.

Tomamos cerveza, Amstel Oro (2,5€) y un par de vinos por copas (oscilan entre 3-4€). Buenas copas (Riedel) y bien servido en la mesa. La sensación final fue satisfactoria, aunque en mi opinión los precios son altos, especialmente en los platos principales, lo que hace que la posibilidad de frecuentación baje.

 

 

Local ya descrito en su decoración, ambiente, presencia de pesonal, forma de cocina, etc..
Dispone de una terraza que será muy interesante cuando esté abierta en época de más calor.

Carta de comidas presentada a modo de tabla de maderfa con pinza para sujetarla. Hay apartado de crudos (ostras, tataki atun..), ensaladas, verduras, curries, pescados, carnes y postres. Pocas opciones en cada apartado pero que hace una carta variada; un extra de fuera de carta pero muy de agradecer que venga escrita y con precios.

Carta de vinos no muy amplia, con cosas interesantes. Iniciamos unos con una cerveza y otro con un vermut Armas de Guerra Reserva. Pedimos un Allende blanco 2012 servido en buena temperatura y copas.
Rematamos con un tinto: Mo 2014, que cumplió.

Tres para comer y elegimos:
. ostra con aguachile: punto picante como ají
. figatell de calamar: tan bueno estaba que pedimos repetir y lo sirvieron rápìdo. Muy recomendable.
. causa limeña pulpo con cebolla morada y queso: bonita presentación con ese punto peruano de moda.

De principal:
. lomo bajo de vaca gallega (maduración 45 dias) x 2: pieza correcta, algo más de plancha que lo solicitado, con compañía de patatas algo confiyadas y pimientos de Padrón tambien pasados de tiempo en el fuego.
. costilla con currie: referido como bien

Postre:
. panacotta con coco y frutos rojos
. copa de chocolate Gran Chocolat
. tarta de queso con caramelo y avellanas
Todos ellos bien presentados, buen punto de dulce sin excesos

Local lleno, ambiente agradable, cómodas las mesas y sillas, servicio correcto.
Presentaciones de platos conseguidas y buena calidad de productos. Sonoridad buena con techos muy altos y decoración que crea buen ambiente.

Unos buenos cafés ponen punto final, y a por el coche que no es fácil de aparcar cerca.

Local muy bien decorado, que triplica el anterior loacal de puerto rico, bastante gente atendiendo ,y servicio rapido
Antes de describir los platos comentar que los precio me pareciero caros , y que todos los platos tenia cilandro a raudales encima de la comida
por cierto todo sin el iva Tomamos:
Mutsaman es un curry amarillo de costillas, viene en un pequeno cuenco con solo tres costillitas 22.50 e
2 thai fishcake de atun 5 e
2 figatell de calamar con picado de datiles y almendras 7 e tamano pequeno Pero estaban muy buenos
Pescado deep fried Era un lubina entera frita agridulce muy buena pero 17.50 el pescado
Tiradinos de boquerones muy buenos 9.50
Ensalada de cerdo thai 13.50 cuenco pequeno
3 trozos de verdura en tempura con ques x encima 7.50
Un vino rosado finca nueva 19 e
2 de pan en realidad son trozos de foccacia pan no tienen 3.60e
2 amstel 3.60
No tomamos postre
108,70 mas iva aparte del 10/ 119 .5 euros

Coincido con el comentario anterior: se me hace raro que no haya habido algunos comentarios más sobre este restaurante. Estaban en la calle Puerto Rico, en un pequeño local y ahora se han cambiado a la Gran Vía Germanías, 34, casi en la salida del túnel.
A lo que vamos, aprovechando el cambio de local me dejo caer por allí un sábado a mediodía. Tengo sitio porque no es para la cena ya que, al parecer, de noche " lo petan". Los platos son de fusión peruana y asiática y hace ya tiempo que el cocinero es famoso por sus curries.

Dos primeros para compartir:
- Tartar de atún con aguacate, encurtidos coreanos y un arroz crispi ( o algo así). Está cortado bastante grueso para mi gusto pero reconozco que trabajar el aguacate menudo debe ser terrible. Los encurtidos los noté poco
- Tiradito de boquerones con ají amarillo. Los boquerones, de buen tamaño, parecen macerados, están suaves y firmes y aparecen sobre una cama de puré de ají con un toque picante, por encima del pescado un picadito de pimiento rojo y verde ( ají?) y apio. Me gustaron mucho
De pricipales:
- Albóndigas de Xiam, de cordero,con hierbas. Están de muerte!!
- Curry amarillo de langostinos. Pues lo mismo, riquísimo, como para comerte una olla. Ambos platos principales acompañados de arooz basmati
Ofrecen 3 curries distintos en la carta y que van cambiando a gusto del cocinero. La verdad es que en la carta había platos muy atractivos pero... no te puedes comer todos en una visita y no había opción de menú para probar. En consecuencia, tendré que visitarlos más a menudo .

De postre un tiramisú no ortodoxo que no estaba mal pero que al no llevar soletillas o bizcochitos no puede llevar café ( creo)y a mí el tiramisú me gusta con su sabor a café.

La vajilla muy acorde con los tiempos modernos: ollitas que parecen de cobre, cuencos de barro, cuencos de loza o porcelana con tapa para presentar el arroz blanco, platos amarillos de duralex para el postre... la verdad que muy bonito.
El local les ha quedado muy bien, modelo loft neoyorkino: ladrillo, alguna pared pintada de negro, exposiciones, lámparas de techo de latón,... incluso los lavabos tienen grifos que parecen de los que tienen los de Cuéntame en la cocina del pueblo. En fin, a mí me gustó: el local, el sevicio y , sobre todo, la comida. Les auguro éxito.
Me dejaba el vino. Tomé un vino de Tenerife, Trenzado, mineral, volcánico. También me gustó.

En el corazón del barrio de Ruzafa hay un restaurante de tapas pequeñito, del que últimamente se habla mucho, pero que sorprendentemente no había todavía ningún comentario en Verema. Nos decidimos y el sábado fuimos a comer.
Como he dicho antes, es un local pequeño ( de hecho, pone capacidad para 28 comensales), con terracita, sin pretensiones pero muy bien organizado y con la sensación al entrar de que eres bienvenido. Esta sensación se acrecienta cuando te sientas y te reciben con una gran sonrisa de oreja a oreja, que se adivina sincera.
Las mesas, lógicamente no son muy grande, pero el espacio es suficiente. La carta es original, con clara inspiración peruana, chilena, india....Nos informan de los platos fuera de carta, y de la posibilidad de pedir un menú vegano o libre de alérgenos. Nos decantamos por el curry del día ( pollo verde con vegetales y arroz germinado), sashimi mix ( atún y caballa), y ceviche de pargo, langostino y pulpo. Nos aconsejan que no pidamos más, y hacen bien.Todo muy bueno, con cambio de platos y cubiertos tras cada servicio. Para beber un Godello blanco: Armas de Guerra (20€), muy agradable. Lo abren en nuestra presencia y lo ponen en un enfriador para que nos vayamos sirviendo. De postre, Malabi ( pudín israelí?) con frutos rojos y remolacha. Nos invitan al café
La verdad es que mientras comíamos, no dejó de entrar gente que saludaba muy efusivamente al personal, por lo que todo el tiempo que estuvimos, la sensación fue de estar en familia.
En fín, un lugar recomendable para una comida o cena informal,para picar sin caer en lo de siempre, y del que sales con un buen sabor de boca. Para repetir

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