Cocina de fusión en un nuevo local

Coincido con el comentario anterior: se me hace raro que no haya habido algunos comentarios más sobre este restaurante. Estaban en la calle Puerto Rico, en un pequeño local y ahora se han cambiado a la Gran Vía Germanías, 34, casi en la salida del túnel.
A lo que vamos, aprovechando el cambio de local me dejo caer por allí un sábado a mediodía. Tengo sitio porque no es para la cena ya que, al parecer, de noche " lo petan". Los platos son de fusión peruana y asiática y hace ya tiempo que el cocinero es famoso por sus curries.

Dos primeros para compartir:
- Tartar de atún con aguacate, encurtidos coreanos y un arroz crispi ( o algo así). Está cortado bastante grueso para mi gusto pero reconozco que trabajar el aguacate menudo debe ser terrible. Los encurtidos los noté poco
- Tiradito de boquerones con ají amarillo. Los boquerones, de buen tamaño, parecen macerados, están suaves y firmes y aparecen sobre una cama de puré de ají con un toque picante, por encima del pescado un picadito de pimiento rojo y verde ( ají?) y apio. Me gustaron mucho
De pricipales:
- Albóndigas de Xiam, de cordero,con hierbas. Están de muerte!!
- Curry amarillo de langostinos. Pues lo mismo, riquísimo, como para comerte una olla. Ambos platos principales acompañados de arooz basmati
Ofrecen 3 curries distintos en la carta y que van cambiando a gusto del cocinero. La verdad es que en la carta había platos muy atractivos pero... no te puedes comer todos en una visita y no había opción de menú para probar. En consecuencia, tendré que visitarlos más a menudo .

De postre un tiramisú no ortodoxo que no estaba mal pero que al no llevar soletillas o bizcochitos no puede llevar café ( creo)y a mí el tiramisú me gusta con su sabor a café.

La vajilla muy acorde con los tiempos modernos: ollitas que parecen de cobre, cuencos de barro, cuencos de loza o porcelana con tapa para presentar el arroz blanco, platos amarillos de duralex para el postre... la verdad que muy bonito.
El local les ha quedado muy bien, modelo loft neoyorkino: ladrillo, alguna pared pintada de negro, exposiciones, lámparas de techo de latón,... incluso los lavabos tienen grifos que parecen de los que tienen los de Cuéntame en la cocina del pueblo. En fin, a mí me gustó: el local, el sevicio y , sobre todo, la comida. Les auguro éxito.
Me dejaba el vino. Tomé un vino de Tenerife, Trenzado, mineral, volcánico. También me gustó.

Recomendado por 3 usuarios
  1. #1

    kopicki

    Buena primicia....comentar el nuevo local del Bouet. Saludos.

  2. #2

    SaraL

    No puedo editar el comentario y al llegarme el cargo bancario me he dado cuenta de que el precio por persona no fue de 35 euros sino de 45 euros. Lamento el error

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