Otro local que ha cerrado permanentemente después de sobrevivir a la fusión de los dos: Los Faroles y Minaya

Si ya de por si es un placer acercarnos a este sitio para reencontrarnos con viejos amigos, aun lo es mas, ese reencuentro necesario con una cocina tradicional, sencilla, honesta y que nos permite alejarnos de tantas probaturas y volver a cargar el "archivo de sabores" , y es que con tantas fusiones y mezclas de sabores, conviene recargar ese archivo, básicamente para no olvidar de donde venimos.

Por ello, por ambas razones hoy volvemos a este lugar y al igual que la vez precedente, salimos con sonrisa plena y batiendo palmas.

Ojo, aforo completo, tamaño de raciones y precios de los de fuera de la capital, que se traduce en una RCP mas que buena. Avisados quedan, merece la pena, creanme.

Simpatía a raudales que suple una excesiva rapidez en el ritmo de salida de platos.

Muy refrescante aperitivo formado por una base de salmorejo sobre la cual, un a modo de atún y pimientos asados coronado con una suave mahonesa.

Seguimos con un pulpo a la parrilla, perfecto de punto y sabor, acompañado de un pure de patata, bien regado con un AOVE de la tierra y pimentón.

Un Bacalao sobre una cama de patata y coronado con unos puerros confitados, que según me cuentan, estaba muy bueno; y unos Lomos de atún rojo con cebolla confitada y aceite de ajo, muy rico, crujiente por fuera, crudito en su interior. Para repetir.

Y pasamos a los postres, una Tarta de galleta, muy suave pero un tamaño de racion enorme, y una Torrija de leche, de las que me gustan, muy bañada en leche, en la que se aprecia su infusión en canela y anís. Mi perdición. Hubiera repetido y a la báscula, que la den .....

Un Monte Blanco, de Ramon Bilbao, verdejo, correcto maridaje.

Cafés con hielo, - para no variar-, petit fours, chupitos, saludos, despedida del personal, promesa de retorno y carretera y manta, antes de que la vuelta de las vacaciones colapse la A2.

6-12-2015. Mediodía.

Primera visita a este lugar, ubicado en casi el centro de Guadalajara, y que representa la "fusión" de dos establecimientos que significaron una parte importante de la oferta gastronómica de la capital de la Alcarria. De una parte, Minaya, la elegancia, instalada en el palacio que fue de los vizcondes de Torija, con unos techos perfectamente conservados que merecen una visita, y de otra parte, Los Faroles, establecimiento, hoy cerrado, que estaba ubicado en la A2 y harto conocido por los transeúntes de dicha carretera.

Por avatares de la vida, Los Faroles cerró sus puertas y parte de su personal se hizo con el control de Minaya, donde trasladó su cocina, sus maneras y parte de su personal y que para no perder ambas referencias, cambió el nombre del establecimiento, rebautizándolo como Los Faroles de Minaya.

El que escribe, aun siendo un asiduo del aniguo Los Faroles, por circunstancias acaecidas hace mas de 15 años, perdió el contacto, pero siempre tuvo en el recuerdo los buenos momentos pasados, incluso cuando pasaba delante y lo veía cerrado, no podía alejar la nostalgia y el aluvión de recuerdos.

Importante carga emotiva al saludar al personal, intercambiar vivencias y recuerdos, ...

Hoy su cocina, no es exactamente igual que en el pasado, pero si mantiene sus puntos fuertes, variada, generosa en tamaño, sabrosa, como diría alguno, sin mariconadas, aquí se viene a comer, no se viene a otra cosa.

Carta de vinos corta, con marcas conocidas, y precios razonables. De ella, nos decantamos por un Monte Blanco de Ramon Bilbao, verdejo 2014, a buen precio (11,55 €)

Comenzamos con una excelente chistorra a modo de aperitivo.

- Lomos de sardina ahumada sobre una cama de pulpa de tomate natural. Cuando digo lomos quiero decir lomos, no los lomitos que se estilan por la capital del reino. Enormes, plenos de sabor.

- Tempura de verduras variadas. No tienen nada que ver con las tempuras de corte japo, aquí es otro estilo, son verduras cortadas en tamaño pequeño, mas que tempurizadas su aspecto es mas de rebozadas, pero con un buen rebozado, ni grueso ni liviano, sin gota de grasa, con un buen sabor.

- Rape en salsa verde. Salsa verde casera, espesita y generosos trozos de rape, con sus almejas, sus gambitas y su huevo duro. Sabor de los de antes.

- Tournedo "Los Faroles". Plato que procede de su antigua ubicación. Acompañado de unas patatas panaderas y unas zanahorias rehogadas, su gracia reside en la salsa formada por una reducción de vino, jamón, ajo y champiñones. Ya no me ha parecido tan "ideal" como lo tenia en mi recuerdo, lo recordaba con mas fuerza, con mas sabor. No obstante sigue estando muy bueno.

- Soufle. Helados en su interior, merengue y flambeado al ron. Muy bueno.

Cafés con hielo, petit fours y chupitos obsequio de la casa ponen punto final a esta emotiva visita. Volveremos si o si.