Restaurante Umiko en Madrid
Restaurante Umiko
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
64,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
68 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.6
Comida COMIDA
8.5
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
7.6
Temaki ventresca de atún
Nigiri de arroz a la cubana
Nigiri cordobés
Nigiri de socarrat con gamba de Huelva
Ramen seco de carabineros
Usuzukuri de virrey
Opiniones de Umiko
OPINIONES
5

Conocí el local por Twitter , y la verdad me atraía lo que veía, así que aprovechando las mini vacaciones con Uxue, reserve para cenar.

Local amplio, varios apartados, moderna decoración, unos graffiti súper guapos, ambiente juvenil, gente joven al cargo y en el servicio, ese día estaba uno de los dos cocineros, Juan Alcaide en la sala, les había fallado alguien y tuvimos la suerte de contar con el para que nos aconsejase, cierto es que también había una joven muy buena en su trabajo, que nos hizo la velada mas agradable, Paloma, y en general todo el servicio fue muy atento y profesional.

El otro propietario y cocinero es Pablo Alvaro, la verdad es que montan un buen tandem, juntos hacen una cocina fusión japonesa, sobre todo basada en sushi, nigiris y shashimis, son buenos conocedores de la cocina y de la cultura nipona.

El vaso del agua original, con un mordisco en el borde, y empezamos con un aperitivo de edamame y mojo canario japonés , no picaba , esta vez tenia acotado el tema picante a full , Uxue ya llevaba dos experiencias y para una cria de diez años , era mucho .

Navajas al wok con crema de aji amarillo con espárrago blanco, la de Uxue sin picante, muy bien, cuatro navajas 12€

Media ración de tartar de toro, acompañado de alga codium, cebolleta y huevo de codorniz cocinado a baja temperatura, el picante en los extremos, las sojas que utilizan para sus tartares tienes dos años de añada , de la familia okinawa nomura , artesanal , fuera por lo que fuera estaba muy bueno , 12€ .

Porra Guo Rong, porra rellena de cochinillo con mayonesa de mango, cebolleta y polvo de gamba, en la base tiene lechuga, recomiendan enrollarla en ella y comérsela con la mano, cojonuda, dos porras 7,9€.

Empezamos con el sushi, primer nigiri de salmonete con su propia espina , primero comemos la crujiente espina y luego el nigiri , con la mano , como dice la tradición japonesa , es que tampoco da para cuchillo y tenedor , muy sabroso , el arroz lo traen de una región de Japón Otokoyama , ya os comento que además de cocinar , les gusta mucho la cultura japonesa y se pegan sus viajes al país , cada ración es de dos nigiris y en este caso 6,5€ los dos.

Nigiri de vieira con mantequilla parmesano, ajo-vino y cebollino, otro delicioso bocadito, 5,9€ el par.

Nigiri de lubina a la bilbaína, con soja de dos años, chile, ajo , vinagre, cebolleta , una bilbaína fusionada , en la línea, Uxue encantada y yo mas, 5,9€.

Nigiri de socarrat de paella con gamba blanca de Huelva, después de comer el nigiri se recomienda chupar la cabeza, nos a jodio, pues claro, bueno será para que no la chupemos antes, el nigiri mas rico que he comido, aunque de japo, estética, muy sabroson, 11€.

Nigiri de caballa con tomate, el arroz viene mas oscuro, ya que utilizan un vinagre de arroz con dos años de añada y fermentado en barrica, la salsa de tomate, es de tomates, primero secos, muy potente, acertado después del anterior, 5,10€.

Nigiri de salmón navideño, con alcaparra, pepinillo y huevo hilado, se llama navideño, porque en casa de los chefs en esa época ahuman el salmón y lo comen con esos ingredientes, en la línea, todo notable alto, 6,2€.

Nigiri Cordobés, Toro, con huevo hilado, salmorejo y jamón, de la ostia, 6,9€.

Mucha gente acaba aquí, pero Uxue y yo, queríamos mas, solo una condición, que no picara, eso me limito algunos platos que tenían pintaca, pero por una hija lo que sea.

Tuétano de vaca vieja, con yuzu y pan de algas, en el propio hueso acompañado de una cucharilla para ir untándolo en el fino pan, espectacular sabor, el yuzu combina de la…., 5,5€.

A continuación nos comimos un preparado de cangrejo de concha blanda, espectacular, con mucho sabor y muchos ingredientes que cuajaban perfectamente, otro acierto, 13€.

Galete, kokotxas de atún con jugo de carne y yuzu, ensalada de brotes, aceite de castillo de canena y vinagre de manzana, por favor que esto no se acabe, que no me quiero ir, soberbio, 18,8€ para los dos.

Parpatana de atún a la brasa, hoja de mostaza ecológica y cebolleta china y guisantes, en la línea, producto superior, buena elaboración y buena presentación, 13€, para los dos.

Panacota con leche de soja, hoja de limonero, galanga, mermelada de yozu y galleta de algas, muy refrescante, rico, 4,5€.

Y un correcto flan de queso y te por el mismo importe.

En esta ocasión el apartado de bebidas ha sido también una muy grata sorpresa, empecé con un blanco Algueira brandan 2015, 21€, un ribera sacra muy rico.

Fui descubriendo y pidiendo varios sakes , hasta el punto que casi me costo beberme el vino , tienen mucha y buena variedad , no os cansare con nombres , conocí que se distinguen por el porcentaje de pulido del arroz , los hay turbios , espumosos para el postre , etc , me tome cuatro a una media de seis euros y poco a excepción del espumoso que venia en una botellita y valía 11€ , el que mas me gusto es el Enter sake , el silver , es embotellado por un extranjero , que selecciona los mejores sakes , me recuerda a lo que hacen aquí muchos con los generosos .

Resumiendo, una experiencia muy buena, para repetir y recomendar, producto, elaboración, imaginación, buen servicio , rellenado de copa de vino , variedad de sakes , cercanía y profesionalidad , al final nos venimos arriba , a Uxue le encanto y casi nos dejamos 200€ entre los dos , pero bueno , solo en sake hay casi 30€ +21€ del vino y teniendo en cuenta lo comido y su calidad , encantados de la vida , volveremos , a Uxue no se le olvida el nombre , grande , Umiko .


Nueva visita a uno de nuestros restaurantes de cabecera en lo que ha comida japonesa se refiere. Si bien y como indican los anteriores compañeros no es un japonés al uso y se acerca más a la línea kabuki que a Pedro Espina.

Local agradable y cómodo. Servicio joven y atento, dando explicaciones de los platos y pendiente en todo momento de nosotros. Han dado una vuelta a la carta de vinos y añadido referencias sobre todo en burbujas, blanco y Jerez.

Cuando vamos solemos pedir algo de picar al comienzo y luego nos ponemos en manos de los chefs para que nos pongan nigiris a cascoporro hasta que nos hartemos para rematar con algún plato caliente. Señalar el esfuerzo que hacer con el arroz, los vinagres que usan, las sojas y sobre todo pescados para conseguir que los nigiris sean realmente buenos.

Empezamos con un par de ostras, francesas para más señas, una en tempura y otra con aji amarillo. Muy ricas y perfectamente servidas. Después unas navajas gallegas a su manera, plato que no conocía y que sorprendió.

A partir de aquí la batería de nigiris, divertidos y sorprendentes: Degustación de atún, solomillo, lomo y toro. Salmonete con su espina, Viera con mantequilla, Buey de mar, Bilbaína, Paella con la fantástica gamba blanca, Caballa con tomate, Salmón navideño, Sardina en vinagre, Anguila y temaki de atún con huevo.
Acabamos como pudimos con un morrillo de atún asado fantástico

No tomamos postre y para beber un par de cervezas y agua.

Magnífica experiencia en un restaurante asentado en los madriles y por lo que vemos tras nuestras visitas evolucionando en todas ellas.

Aunque ayer no tomé vino sí lo he hecho en anteriores ocasiones.

Casi un año después de la ultima visita, hoy tocaba volver por aquí, para poder constatar la positiva evolución de la que tanto se habla en las redes.

Y efectivamente, razones hay para apreciarlo así. Una sala mucho mas asentada, ya sin mostrar esa sensación de explicaciones mecánicas, automáticas, que apreciamos en la anterior visita. Mas cercanía y alegría en el trato.

La cocina, de base japo, mucho mas asentada, sigue basada en un buen producto de base y unas preparaciones con buen gusto. Siguen manteniendo una oferta no excesivamente amplia, pero con suficiente variedad, acompañada de algunas propuestas fuera de carta.

Igual sucede con la carta de vinos, no es amplia, basada en referencias conocidas, con precios razonables. De este apartado nos hemos decantado por un ya conocido, un Navaherreros, uvas albillo y macabeo, vino madrileño que ha funcionado correctamente.

Comenzamos con un clásico en estas cocinas, el Edamame, que en esta ocasión viene acompañada con un romescu japonés, con un puntito de picante que combina mas que bien.

Seguimos con dos platos de "pasta":

- Atun con spaghetti. Delicioso, un plato fino donde el spaghetti no perturba el excelente sabor del atún.

- Ramen seco de carabinero al wok. Plato ya conocido, y que sigue estando igual de bueno que en el pasado.

Y pasamos a los nigiris, dos tipos a elección nuestra y cuatro mas a elección de la cocina. Buena calidad, buen punto del arroz, repetibles todos. Sigue siendo válida la opinión de hace un año, por su tamaño y para quedar mas o menos saciado, tienes que pedir mucha variedad y eso incide en la factura final, pero por su calidad, bien merecen la pena.

- Nigiri de vieiras, mantequilla de parmesano, vino, cebollino.

- Nigiri de salmonete con su espina crujiente.

- Nigiri de sargo a la bilbaina.

- Nigiri de socarrat de paella.

- Nigiri de ensalada madrileña (Bonito en escabeche)

- Nigiri cordobes.

Pasamos a un poco de carne, y por consejo de la sala, nos decantamos por la Presa de wagyu, (Karubi al aroma de Hibiki), carne tierna, jugosa y con un ahumado interesante.

Y ya pasando a los postres, uno ya conocido: la Panacotta asiática, postre muy suave y otro hasta ahora desconocido: el Flan de queso con te verde, postre sorprendente, buena integración de ambos preparados, ambos se aprecian sin que se anulen entre si.

Cafés con hielo, como siempre, ponen punto final a esta nueva visita, que nos ha permitido mejorar la opinión que teníamos sobre ese lugar. Como conclusión, hay que volver sin dejar tiempo de distancia.

Local amplio y cómodo, de corte moderno y desenfadado pero con estilo y un diseño muy coloristas, mesas con suficiente separación y ambiente joven pero sin estridencias, todo muy en su lugar. Sábado a mediodía y local a medio gas, nos da la impresión de que aquí funcionan mucho más las cenas.


La cocina de Umiko es de fusión japonesa con ingredientes nacionales, basándose en un producto de primer nivel y unas ejecuciones donde prima ante todo la frescura y la imaginación, con resultados sorprendentes. La carta de platos es corta y escueta y está separada por especialidades, además te citan algunos platos del día fuera de carta. Mientras nos traen una fresca y rica ensaladilla marina de aperitivo vamos eligiendo la comanda, que citamos a continuación:


Tataki de bonito con salmorejo de fresas (7,6€): quizá el único plato que no nos terminó por llenar, elementos muy buenos por separado, soberbios el tataki y el salmorejo con el punto ácido de las fresas silvestres, pero juntos no funcionaban mucho porque el sabor del salmorejo se imponía al delicado bonito.


Usuzukuri de virrey (10,9€): nos encanta este finísimo corte del pescado y máxime procedente de una pieza como este excelente virrey. Delicadeza y textura, una delicia.


Ramen seco de carabineros (16€): muy rico este ramen, seco y fresco, pasta en el punto que nos gusta y aderezado por el potente sabor de un excelente carabinero.

Nigiri vieira y mantequilla (5,9€)
Nigiri de chicharro con tomate (5.4€)
Nigiri de socarrat con gamba de Huelva (11€)
Nigiri cordobés (6,9€)
Nigiri de ventresca de atún (6,8€)
Nigiri de arroz a la cubana (4,9€)


Espectacular la serie de nigiris que le dejamos elegir personalmente al cocinero, todos ellos servidos en pareja. Arroz en su punto perfecto y tamaño ideal, más bien tirando a pequeños. Todos fantásticos, los de pescado/marisco con un producto excepcional, el de paella con su “socarrat” y su gamba una pasada, el cordobés con jamón, salmorejo y huevo hilado muy conseguido y para qué hablarles del de arroz a la cubana con su huevo de codorniz frito con puntilla, sorprendente de principio a fin. Esta tanda resume el espíritu de esta casa, diversión, sorpresas y buena cocina perfectamente unidas.


Temaki ventresca de atún (7€): terminamos con un par de temakis igualmente fantásticos, rellenos de una excepcional ventresca llena de sabor y melosidad, para repetir.


Mochi de té verde (6,15€) y Mochi de choco y canela (6,15€): nos habían comentado que aquí hacen unos mochis fantásticos y a tenor de estos dos no podemos sino corroborarlo, realmente deliciosos. Nos gustó un poco más del de choco y canela.


No podemos decir otra cosa que comimos de maravilla, todo muy bien realizado y anteponiendo sabor y originalidad, una fusión sin estridencias y con mucha base, partiendo siempre de un excelente producto. Y además, qué bien sienta al estómago esta cocina…


La carta de vinos resulta quizá algo corta aunque las referencias están bien seleccionadas y son de calidad, nada convencionales. Quizá falla el dimensionamiento, apenas tres Champagnes, ausencia de Jerez y muchos tintos, que en nuestra opinión no van nada con este tipo de cocina. Lo mejor sin duda los precios, bastante ajustados en todos los vinos. Comenzamos con par de Cervezas Kirin Ichiban (3€) y después tomamos un muy buen Dönnhoff Tonschiefer riesling trocken 2012 (29,3€) que cumplió sobradamente como era de esperar. Tienen además una completa oferta de sakes, aunque nosotros preferimos el vino. Copas correctas. Vajilla moderna y original. Servicio de mesas joven y atento, comentado al detalle todos los platos y proponiendo sugerencias siempre acertadas, buscando ante todo que la experiencia sea lo más positiva. Muy bien en este aspecto.


Magnífica experiencia por tanto en Umiko, un restaurante “de moda” ahora mismo en Madrid y desde luego con mucha base para ello, cocina llena de frescura y originalidad, con calidad y sabor, ambiente joven y desenfadado pero con seriedad, servicio esmerado y diversión asegurada comiendo muy bien, quizá solo la una carta de vinos poco variada desentona algo, pero seguro que la irán mejorando. Precios acordes con la calidad recibida. ¿Volveremos? ¡Desde luego!

  • Temaki ventresca de atún

    Temaki ventresca de atún

  • Nigiri de arroz a la cubana

    Nigiri de arroz a la cubana

  • Nigiri cordobés

    Nigiri cordobés

  • Nigiri de socarrat con gamba de Huelva

    Nigiri de socarrat con gamba de Huelva

  • Ramen seco de carabineros

    Ramen seco de carabineros

  • Usuzukuri de virrey

    Usuzukuri de virrey

Primera visita a este lugar de cocina fusión con base japo, una vez que los entendidos han pasado por sus sillas, han probado su cocina y han expresado lo que tenían que expresar.

No me ha resultado fácil hacer una reseña de este lugar, he encontrado luces y sombras, sensaciones dispares.

En primer lugar la sala, será la disposición de la sala, la iluminación, el silencio a la entrada, el exceso de ruido cuando se llenó de público, ...... , aun a pesar de disponer de una mesa junto al ventanal, y a los murales que son simpáticos, a la par que originales, hay algo en la sala que no ayuda a sentirme cómodo en ella.

En segundo lugar, el servicio de sala, no puedo decir que sea un mal servicio, ni mucho menos, es verdad que están atentos a las mesas, que te explican los platos cuantas veces necesites, pero tengo la sensación, - probablemente errónea -, de que es un servicio estudiado, automatizado, que no sale de lo "hondo".

En lo que respecta a la cocina y antes de entrar a detallar la comanda, hay que decir que es una cocina de base japo que se enmarcaría en el concepto de cocina de fusión. Carta bastante amplia e interesante, compuesta por propuestas originales, atrevidas, bien resueltas en general, - no en balde, al frente de la cocina hay dos cocineros con amplia e importante experiencia - ; todo ello acompañado con un buen ritmo de cocina (adjunto fotos de la carta).

En general, la cocina de este lugar merece la visita, y digo en general, dado que hay un aspecto que no me ha convencido: el tamaño de los nigiris, me han parecido excesivamente pequeños, con un grosor de aprox, el ancho de un dedo meñique, que aunque, al ser tan finito es cómodo para cogerlo con la mano, necesitas pedir muchos tipos para no salir con el estomago a medias, lo cual redunda en un excesivo costo de la comida.

Para acompañar la experiencia, nos hemos decantado por un Brandan, uva Godello de la Ribeira Sacra que mantuvo el tipo sin problemas.

Comenzamos con un aperitivo compuesto por una agradable ensaladilla y unas patatas picantes, escasas de picor.

- Porra Guo Rong. Plato muy original, interesante y sabroso. Se trata de una clásica porra, rellena de cochinillo con un polvo de gamba. A su vez, para comerla a semejanza de los rollitos vietnamitas, se envuelve en unas hojas de lechuga en cuyo interior hay unas pinceladas de mahonesa de mango.

- Usuzukuri de atún, patatas violeta y caldo de marmitako. Bajo el punto de vista estético, irreprochable; excelente calidad del atún, pero escaso sabor del caldo.

- Ramen seco con cebolleta, sisho, aceite de sésamo, aguacate y sepionets. Muy buen plato, decir rico es quedarme corto.

- Nigiri de caballa con tomate. Buen producto y muy bien el arroz, como en todos los nigiris.

- Nigiri de Ankimo y melón. Bien, sin mas.

- Nigiri de socarrat con gamba de Huelva. Soberbio. De este comería bastantes mas.

- Nigiri de urta a la bilbaína. El ajo y el chile le aportan demasiada fuerza, no permite saborear el pescado.

- Nigiri "cordobés". Atún, briznas de jamón y huevo hilado. Original y sabroso.

- Nigiri de sepia playera con ajo y perejil. Original, muy rico.

- Nigiri de arroz a la cubana. Bien sin mas.

- Nigiri de anguila con ankimo y toques de pure de manzana. Bien sin mas.

- Panacota asiática. Elaborada con leche de soja. Agradable. Hoy no venia acompañada de mermelada de yuzu.

- Mochi de fresa y nata. Muy rico.

Con nuestros cafés con hielo terminamos con esta experiencia, que no nos ha desagradado pero que tampoco nos genera una urgente necesidad de volver.

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