De la mano de Ricard

Hacía tiempo que se había quedado en el tintero y, con la excusa de probar también el tema de Cuina Oberta, se plantea nueva visita y comprobar la evolución progresiva de su cocina. No hay cambios importantes en el local más allá de que pasó en sus inicios por un espacio abierto completamente, y ahora se parcela en mini espacios de pocas mesas y se aprovechan también los espacios externos a las columnas así como un nuevo y pequeño fuera del local y que parece destinado a fumadores empedernidos. Se mantiene la presencia importante de madera de colores claros y una decoración de plantas que dota de cercanía y da calidez al local. El reparto horario de comensales permite con buena distribución que se note menos la cercanía de las mesas.

El personal más que joven pero sobradamente preparado y que cambia con la excesiva frecuencia habitual de los locales emblemáticos (el curriculum se hace necesario) desde la recepción hasta la mesa. Vamos con menú preestablecido y prepagado que se nos dejan sobre la mesa para su seguimiento. Por tanto, no hay visión de la  carta de comida pero sí de la de vinos, que me parece más amplia de lo que recordaba pero que sigo notando a faltar la presencia de botellas de 3/8 para singles (o singles en el tema de la bebida) que se ven obligados a tomar por copas, de las que hay no muchas opciones diferenciadoras entre sí en la calidad.

Dos para comer y beber. En el tema líquido optamos por dos vermuts blancos St Petroni (había varias opciones) y yo opté por una copa de blanco, un albariño, Zárate 2016 y posteriormente una de tinto de Gómez Cruzado 2015, todos los ellos bien servidos con copa y botella en la mesa, incluso dados a catar los vinos para dar aprobación antes de servirlos. El único pero es que el primer vermut fue notablemente escaso en la cantidad, si bien quedó completamente compensado en el segundo servicio.

La comida, entrantes compartidos al centro y de principales optamos por uno de cada, al igual que los postres, lo que hay que tener en cuenta al valorar el menú individual. Muy destacable la cesta de pan (cajita de madera) y sobre todo el pan recien hecho y que es una perfecta compañía para el aceite de calidad, Tot Oli, que ponen en la mesa, del que no ví la etiqueta pero de muy alta calidad. Una botella de Sacalm fue la hidratación necesaria.

El menú (24€, sin bebidas):

. salmón ahumado sobre un cogollo de lechuga con salsa de rábano picante y mostaza: una buena forma de comenzar, fresca, punto picante ligero; todos ellos sabores más suaves de lo que apuntaba el texto.

. ensalada de tomate en conserva con mozzarella, aguacate, espuma de tomate asado y capellanes y frutos secos: diferentes sabores, texturas que forman un conjunto muy agradable; destacable la conserva de tomate (muy presente si empre el tema de conservas naturales) que aporta más que el esperable tomate seco.

. alcachofas fritas con espuma de ajetes y papada ibérica: un plato sencillo pero espectacular (quizás el mejor) en sabor y variedad de texturas, estando cada una en su punto perfecto.

. pastela moruna de cordero con yogur de berenjena y summac: de presencia algo menos elegante pero para comer con la mano y disfrutar de un cordero sabroso; muy agradable el contraste del yogurt.

. merluza a la llama con raiz de lechuga asada, picadillo de gribiche y jugo al amontillado: perfecto de punto el pescado y buenois contrastes de sabores en los complementos.

. canelones caseros de pollo a l´ast con ragout de setas: un par de buenos canelones de pasta al dente y con un relleno sabroso donde se nota el asado del pollo, muy bien el complemento de setas.

. fresas y fresones con helado de queso y sable bretón: encontrar esas fresitas de Canals, que saben tanto como huelen son un placer del momento; algunos trozos de fresones de complemento; muy suave el sabor de queso en el helado.

. flan cremoso con vainilla de Madagascar: una textura entre flan y natilla, de muy buen sabor y en un plato que parece diseñado para él.

Se nota más evolución y profundidad de sabores y fondos en los platos actuales sin perder esencia de los alimentos habituales de la cocina más popular peor con técnica y presentación actualizada. El tsunami Camarena no se queda sólo en el restaurante gastronómico, sino que llega hasta lo más Habitual.

No añadimos cafés ni licores pues ya se sentaban a nuestro lado y no parecía que la sobremesa, medio compartida, fuera del interés foráneo.

Recomendado por 2 usuarios
  1. #1

    Joan Thomas

    Menu muy interesante con muy buena RCP.

    Saludos

  2. #2

    Abreunvinito

    en respuesta a Joan Thomas
    Ver mensaje de Joan Thomas

    Estos dias de "cuina oberta" los locales buenos hacen menús de bajo costo (igual para todos) para que la gente que no conoce (por precio) locales interesantes, tengan una buena opción de haber comido en....
    Por la noche el menú es más completo y no encarece mucho.
    Los locales estrellados tienen un suplemento sobre los precios de base.
    Saludos

  3. #3

    Joan Thomas

    en respuesta a Abreunvinito
    Ver mensaje de Abreunvinito

    Muy interesante.
    Saludos

  4. #4

    Abreunvinito

    en respuesta a Joan Thomas
    Ver mensaje de Joan Thomas

    Y con un buen éxito de asistencia sobre todo en los de más nivel que agotan sus plazas rápidamente.
    Saludos

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