Restaurante Antica Trattoria Poste Vecie en Venecia
Restaurante Antica Trattoria Poste Vecie
País:
Italia
Localidad:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
30,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
51 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.0
Comida COMIDA
7.8
Precio medio entorno ENTORNO
8.5
RCP CALIDAD-PRECIO
7.0
Sala de los Siete Pecados Capitales
Carpaccio de gamba roja, manzana verde, hinojo y albahaca
Calamar relleno de gambas, aceitunas y albahaca sobre crema de verduras de temporada.
Espaguetis con gambas, fondo de marisco, ralladura de limón y caviar
Fritura mixta de pescado, moluscos, crustáceos y verduras crujientes
Tiramisu clásico
Opiniones de Antica Trattoria Poste Vecie
OPINIONES
2

El 30 de marzo pasado fuimos a cenar a un restaurante que nos habia recomendado un amigo de Verema que conoce muy bien la Serenisima. Quienes lo conozcáis sabréis que estoy hablando de Joaquin (Joaquin1965), a quien agradecemos su recomendación.

Efectivamente, este restaurante, situado cerca del puente Rialto, y junto al mercado de abastos de Venecia, y al que se llega directamente atravesando un pequeño puente sobre un pequeño canal era en el año 1500 la oficina central de correos y aun posee 2 antiguas chimeneas de la época en pleno funcionamiento. La atmosfera que se respira, en sus dos comedores decorados con magníficos frescos, te transportan totalmente a otra época. Tienen también un jardín de verano e invierno.

Nos situaron en la Sala de los Siete Pecados Capitales y tras hacerse cargo de nuestros abrigos nos ubicaron en una gran mesa redonda, bien vestida con buenos manteles, buena vajilla y cubertería y buenas copas.

El servicio de sala fue bueno, agradable y profesional, sin tiempos muertos. El servicio del vino se ciñó a la presentación de la botella, descorche, primera cata y servicio de copas de cuando en cuando.

Proponen un menú degustación bastante completo a 100 € pero nos pareció demasiado consistente para la cena y optamos por cenar a la carta.

Paso a detallar lo que comimos :

Entrantes

Carpaccio di gamberi rossi, mela verde, finocchio e basilico. Carpaccio de gamba roja, manzana verde, hinojo y albahaca. Muy bueno

Calamaro ripieno con gamberi, olive e basilico su crema di verdure di stagione. Calamar relleno de gambas, aceitunas y albahaca sobre crema de verduras de temporada. Riquísimo

Platos principales

Spaghetti con scampi, fondo de crostacei, zest di limone e caviale. Espaguetis con gambas, fondo de marisco, ralladura de limón y caviar.  MC lo apreció. Muy bueno

 Frittura Mista, di pesce, molluschi, crostacei e verdure croccanti. Fritura mixta de pescado, moluscos, crustáceos y verduras crujientes. Comulgo con lo que escribió Joaquin en su comentario de 2014 sobre este plato del restaurante. Una fritura perfecta, abundante y riquísima.

Los diferentes panes que acompañaron la cena fueron muy buenos. (olvidé hacer la foto)

De postres tomamos :

Tiramisu classico. Tiramisu clásico.. Muy bueno

Blancomangiare alle mandorle con caramello salato et mandorle tostate. Manjar blanco de almendras con caramelo salado y almendras tostadas. Muy bueno

Para beber tomamos una botella de agua mineral y una botella de vino blanco Bardi Veneto IGT Verduzzo 2020. Cepajes Verduzzo 100%. Vendimia manual. La uva se separa cuidadosamente del raspón y luego se deja macerar durante 6 u 8 horas y, una vez separado el mosto de los hollejos, comienza la fermentación a temperatura controlada. Crianza: el vino permanece 6 meses en depósitos de acero inoxidable y un año en botella. Color amarillo intenso. con cuerpo y bien estructurado. Final persistente. Acompañó bien la cena.

Finalizamos con dos buenos cafés. La cuenta ascendió a 73 €/persona (me acabo de percatar que olvidaron de facturarnos los postres (18 €). Buena RCP. Buen restaurante que te hace retroceder en el tiempo, con un buen servicio y una buena cocina de producto. Recomendable. Visita segura si volviese a Venecia

  • Sala de los Siete Pecados Capitales

    Sala de los Siete Pecados Capitales

  • Carpaccio de gamba roja, manzana verde, hinojo y albahaca

    Carpaccio de gamba roja, manzana verde, hinojo y albahaca

  • Calamar relleno de gambas, aceitunas y albahaca sobre crema de verduras de temporada.

    Calamar relleno de gambas, aceitunas y albahaca sobre crema de verduras de temporada.

  • Espaguetis con gambas, fondo de marisco, ralladura de limón y caviar

    Espaguetis con gambas, fondo de marisco, ralladura de limón y caviar

  • Fritura mixta de pescado, moluscos, crustáceos y verduras crujientes

    Fritura mixta de pescado, moluscos, crustáceos y verduras crujientes

  • Tiramisu clásico

    Tiramisu clásico

Una vez conocido el hecho de que tenía que volver a Venecia por razones laborales, y pensando en el tema restauración para la ocasión, me vino a la cabeza que una de las cosas que más me han llamado la atención cuando hago un viaje por alguna ciudad europea es que casi siempre me dicen que en la ciudad que visito se encuentra la farmacia más antigua del viejo continente. Me ha pasado en ciudades tan lejanas entre sí como Praga, Tallín, Bruselas o San Petersburgo.

Pues con los restaurantes me pasa igual: siempre está en la respectiva ciudad el más antiguo, cuando menos, del País correspondiente. Y ese parece ser el caso del restaurante que se comenta, pues, según reza al menos su publicidad, su origen se sitúa en el año 1.500, que ya ha llovido ... Y uno, que a estas cosas semi-mitómanas no puede resistirse -ahí queda mi bellini en el mítico Harry’s Bar- pues hace la reserva oportuna casi con el piloto automático puesto.

Ubicación y entorno: Muy céntrico, al lado del Puente Rialto, una de las zonas -advierto- en donde más timan al personal en el tema restauración con la excusa de poder contemplar el más bello puente de Venecia. Pero lo mejor es que está al lado del mercado de pescados, del que se nutre, algo que considero esencial en una gastronomía -la veneciana- en la que el pescado es un ingrediente esencial.

El interior me gustó, mucho. Porque era lo que esperaba. Si alguien quiere un ambiente moderno, éste no es -ya lo advierto- su restaurante. Quería algo histórico, y lo encontré. Parece ubicarse en una antigua casa señorial veneciana, con preciosas chimeneas en sus diversos salones, vigas de madera, frescos en lo alto de las paredes altas alegóricos de los 7 pecados capitales -me senté casi debajo de la gula ¿casualidad?-. Suelo de mosaico. Venecia antigua a tope. Sillas de madera, mesas bien vestidas con doble mantel. Camareros bien ataviados. Si fueran de época el ambiente sería total. Con algo de imaginación, uno retorna al pasado veneciano, y cabe imaginar su época de esplendor.

Por lo demás, el restaurante es amplio, admite un buen número de comensales y la separación de las mesas es algo justa, pero se está cómodo. Todo correcto en el tema vajillería y coperío -sin más-. Muy limpio.

Servicio y Servicio del vino:

Todo muy correcto. Bien ataviados los camareros, te atienden y tienen la carta en diversos idiomas (farfullean el español). Muy amables, sin caer en el colegueo, buen respeto al cliente. El tiempo entre los platos es correcto. A destacar en el tema vino el servicio de un prosecco de aperitivo. Como punto negativo, el hecho de que, si te pides el menú -opción elegida- la copa de vino que el mismo incluye te la traen puesta a la mesa, en vez de servírtela allí, con lo cual no sabes ni lo que tomas. Por lo menos, la temperatura del mismo era la correcta. Carta de vinos con unas 60 referencias (30 blancos/30 tintos), sin que pueda contar mucho más a este respecto.

Comida:

Como ya he dicho, y dado que casi acababa de aterrizar en Venecia e iba acompañado de mi propia, no queríamos complicarnos la vida, por lo que optamos por el menú del día (30 euros/copa vino blanco y café incluidos)

El menú -que, como he dicho, iba acompañado de un pequeño aperitivo de la casa- se inició con un primer plato consistente en spaghetti allo scloglio. Consiste el plato en la pasta correspondiente acompañada de un conjunto de productos del mar (mejillones, almejas, calamares, algún langostino ...) acompañado de una rica salsa marinera y un quesito de polenta. Buen producto, abundante y sabroso, aunque la pasta, a mi juicio, un tanto cotta para lo que es habitual por estos lares (quizá porque nos vieron cara de guiris).

En cuanto al segundo, uno de los platos estrella venecianos: la fritura mista de pescados y verduras. También abundante, sabrosa, nada grasa, ligera. No sé cómo lo hacen, pero éste es un plato de garantías en Venecia. En la mayoría de los sitios le tienen cogido el punto. Y éste, desde luego, no es una excepción. Originalidad, ni una. Pero qué rica estaba a fritura en cuestión.

Postre: Un sorbete de limón al vodka. Muy correcto y con un punto de cremosidad.

Panes: De dos tipos. Muy correctos, acompañados de unos buenos grissinis con un muy agradable sabor a aceite de oliva.

Ya he comentado el precio, el cual, para el lugar en cuestión, y a tenor de las “clavadas” que te arrean en los establecimientos cercanos al maravilloso Puente Rialto -me reitero, ojo con esto, advertidos quedan- es más que correcto.

Vayan allí y disfruten. Podrán imaginarse lo que se manejaba en Venecia por allá el Siglo XVI. Estarán a gusto y, una vez más, podrán decir aquello de que han comido en uno de los restaurantes más antiguos de Italia. Mañana seguimos ...

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