Por lo que he podido deducir, Divinum empezó su singladura como un pequeño Bar en la Calle Argentería de Girona, pasando posteriormente a un local más amplio en la Calle General Fournàs, donde si hacemos caso al amigo Xavi, “Cookeatenjoy”, parece que no sobresalía por la bondad de su cocina.
Que yo recuerde no llegué a visitarlo en ninguna de sus anteriores ubicaciones, pero por lo leído, nada tiene que ver con el actual Divinum que he conocido y disfrutado en la Calle Albereda, y en lo que imagino ha tenido mucho que ver el cambio generacional, y probablemente el paso por el Celler de Can Roca de la actual dirección.
Local bien situado, amplio, mesas perfectamente vestidas y con una más que correcta separación, cristalería, cubertería y vajilla de calidad acorde con el resto. Servicio profesional, discreto, atento y muy eficiente. Me gustó muy especialmente el servicio de vino, mejor dicho de cava, que contaré más adelante.
Una vez hojeada la carta, de las diferentes opciones nos decantamos por el Menú de Temporada de 26€, compuesto de tres entrantes, un segundo a elegir entre varias propuestas y postre también a elegir. Os cuento:
Empezamos con una cata de aceites. Tres variedades, Empordà, Penedés y Jaén, acompañados de un buen surtido de pan y tres tipos de sal. Esto empieza bien.
Y seguimos con el primero de los entrantes, Ensalada de Rossinyols de Pino, Boniato y Castañas. Producto otoñal al ciento por ciento, acertado contraste de sabores que nos adelantan a un otoño que meteorológicamente no acaba de llegar.
A continuación, Platillo de Setas con Espárragos y Alcachofas. Seguimos disfrutando con producto de temporada.
Y rematamos los entrantes con una espectacular, Vieira con crema de Calabaza y Trompetas de la Muerte. Un clásico "Mar i Muntanya" también con toques otoñales, a base de buen producto y donde destacaba el perfecto punto de cocción de la vieira.
Como plato principal, mi acompañante eligió el Sard (Sargo) asado con olivas de Kalamata y alcachofas, que según cuenta estaba muy bueno.
A mi me dieron una alegría, ya que aunque no figuraba en la carta me ofrecieron uno de mis platos preferidos, Rabo de Buey Deshuesado. La elaboración y presentación de este plato me recordó a uno de los clásicos de Joan Roca, aunque en éste caso venía acompañado de pequeñas setas que le otorgaban un toque diferenciador, sin duda alguna un plato para disfrutar.
El Postre:
Un, Surtido de Quesos Catalanes. Le gustaron hasta el punto de que pidió al camarero que le apuntara el nombre de tres de ellos.
A mi me recomendaron el Tiramisú, y no me defraudó lo más mínimo.
Para beber:
Un Colet Navazos extra Brut. Comentaba antes el tema del "Servicio de Cava", y es que EMHO no tienen nada que ver el servicio de cava con el servicio de vino, simplemente porque la temperatura de degustación del cava no tiene nada que ver con la del vino. El vino puedes dejarlo en la copa sin problemas de temperatura, y una copa de cava si se nos calienta ya la puedes tirar. Y esto es lo que entendió a la primera el camarero, dejándonos una cubitera para que gestionáramos nosotros el relleno de copas, esto es algo muy fácil de entender y de solucionar, pero cuesta mucho que algunos sommeliers acostumbrados al clásico servicio de vino lo entiendan.
Aguas, una infusión y Un Café, con sus Petits Fours, servido en una original y divertida taza que me sorprendió, ya en un primer momento creí que era de plástico.
La Cuenta:
81,50 euros. Un muy buen precio a cambio de lo recibido.
Tendré que hacerle un lugar prioritario entre mis tops de Girona, y volver a visitarlo en breve para confirmar las divinas sensaciones que me ha causado en mi primera visita.