Local pequeño con barra al principio, mesas altas con taburetes y mesas al fondo.
Mucho guiri y alguno local.

Tienen tapas y una lista de platos del día.
Hay vinos dulces para acompañar los postres.

Comimos:

Unas tallarinas a la plancha: bien, sin más
Unas bravas: psé, psé. Patata dulce, requemada por fuera. Salsa poco brava.
Croquetas de rostit: insulsas, demasiado livianas.
Trinxat con foie a la plancha. El foie tenía alguna vena y estaba frío. El trinxat, bien

De beber una caña mahou, buena y un agua sin gas.

Servicio algo despistado

2 cafés, bien.

Eso sí, es baratito (teniendo en cuenta los sablazos que pegan por la zona)

Situado en el Born en la misma calle que el museo picasso, local bonito y acojedor, lo desconocia totalmente, gracias al blog de bravasbcn de tophat, pues eso decidimos ir esa misma noche, lo primero que pedimos bravas, por cierto estaban excelentes, huevos estrellados con butifarra de perol, ensalada verde con riquisimos tomates cherry y fresas que le daban muy buen gusto, repetimos bravas, el pan formidable con una buena carga de tomate de rama y buen aceite también repetí, de beber pedimos 2 copas de montsant - Planella servidas en Spiegelau, 2 aguas y una voll damm, postre solo uno fresas con leche merengada exquisito, para finalizar 2 carajillos de bayleys. Me gusto bastante aunque el ambiente de esa noche era practicamente europeo, bastante recomendable, cierran los lunes. Podemos fumar, 2 personas 50 €

Pozí. Se han renovado.
Ya no es aquél local oscuro, acogedor, con música lenta, servicio pausado y un menú de mediodía con RCP difícil de batir.
Ahora es un local rollo Tapaç 24 o Inopia, con servicio rápido, excelentes tapas, decoración agradable, buenos vinos por copas y unas originales bravas de nivelón (os dejo la fotillo).
¿Con cuál de las dos versiones nos quedamos?
Pos nozé. Cada una de ellas tenía sus ventajas y sus inconvenientes. Yo os lo sigo recomendando, pese a que sale más caro (lógico, se gana más dinero con tapas que con un menú a 15€).

Animado por los últimos comentarios, fuimos unos amigos a cenar aquí, 190€ 3 personas contando que sólo tomamos dos postres y una botella de Mauro. Este último, servido a una temperatura incorrecta, por lo que tuvimos que pedir hielo para enfriarlo un poco. Una de las copas también tuvo que ser cambiada por estar sucia.
La comida, correcta, sin más. Atractiva visualmente, con ciertos puntos de cocción incorrectos -una de las raciones de Corvina (pescado) estava cruda por uno de sus costados- y con un servicio algo limitado. Una de las camarareas nos explicó un plato de un pichón con tres cocciones. Al servirlo, pues de lo dicho nada, era distinto. La otra camarera, de origen argentino, ni agradable ni efectiva, nada acorde con lo que se esperaría por el precio que se paga. Por todo ello, mi consejo es que hay muchos restaurantes más interesantes que ofrecen mejor relación precio-calidad-satisfacción.

Tal como auguraba en el comentario de hace más de medio año, hemos vuelto (y unas cuantas veces) al Re-Pla. La valoración de lo que allí se ofrece no puede disminuir un ápice, sencillamente, su RCP es imbatible en el terreno del menú diario o de fin de semana (15 o 18€). Te ponen un aperitivo, el pan está calentito y bueno, copas Riedel chulas, la gente del servicio es muy maja y todos los platos que hemos tomado (habré estado unas 8 veces) tienen una cuidada presentación y elaboración. La selección musical es agradable (jazz, flamenco, tangos...) y quizá, por poner algún pero, le falte un poquito de luz y las mesas estén álgo juntas. La única razón por la que no hemos ido a su "hermano mayor" es porque nos pilla pelín más lejos y somos unos vagos. Buenos comentarios no le faltan.

Pues allá que fuimos a probar el menú de mediodía, tomamos una pasta con setas y un timbal de escalivada con bacalao ahumado, muy bueno, la pasta pelín sosa, y los segundos espectaculares, calamarcitos con judías del ganxet(se dice así?) y magret de pato con un puré buenísimos ambos, helado de 4 especias y yogur con reducción de oporto, tres copas de vino de la casa Fontal y cafés, 36 euritos 2 pers, genial precio, como me gusta comer así.La decoración del local es muy buena, las fotos, los colgadores, la vajilla, las copas Riedel, las mesas y sillas son como las de los bares de antes, de madera.En cuanto al servicio correcto y modernillo, nota graciosa, mesa de al lado pregunta a la camarera"Quién es el chef?" y camarera "Pues no sé, la verdad....no sé, a ver creo que se llama Juan...o algo así..", sin comentarios.

De acuerdo con los comentarios anteriores. Una cocina de muy buen nivel, un servicio joven divertido pero muy medido y profesional. Fuimos seis personas, algunos de los platos que recuerdo: Unas verduras a la brasa excelentes, un carpaccio de avestruz muy bueno y sabroso, un rissoto mas que digno; un plato de lomo de ciervo espectacular como concepto (para mi gusto un pelín pasado de punto), un bacalao muy muy bueno. Postres también con notable alto. Cenamos con vino de la casa (Fontal) con cafés y las cañas del aperivo no llegó a 40 € por cabeza. Volveré por que comí bien, porque estuve muy a gusto, porque me pareció un buen precio y porque me pareció gente majísima. Ah se me olvidaba; la carta de vinos correcta y copas Riedel.

Emplazamiento privilegiado el de la version "reloaded" del popular "Pla" de Bellafila, justo delante del monumento de Sant Joan Baptista del histórico edificio del Gremi d’Assaonadors.
Nos pareció un local decorado con muy buen gusto, como los otros locales del mismo propietario: exposición con fotos de flores en las paredes, flores frescas en las mesas, luz ténue, suficiente espacio entre mesas... música electrónica un tanto altita para nuestro gusto, pero que no molestaba. Equipo muy joven, simpático y atento, saben lo que están sirviendo. Trato bueno al vino, copas Riedel (aunque el tinto de la Mancha por copas estaba caliente) y carta de vinos suficiente.
La comida es exquisita y lo que más queremos destacar son los exactos puntos de cocción de todos los platos y su perfecta combinación de tradición e innovación. Los postres también son espectaculares (el helado de especias era una delicia).
Como bien se explica en el anterior comentario, los mediodías se puede tomar un completo menú por 15€, que los fines de semana asciende a 18€. Vamos a repetir muchas veces porque, en otros sitios, incluso pagando más del doble por barba, no hemos comido tan bien como aquí.

En pleno casco antiguo nos topamos con la sorpresa de este restaurante de diseño moderno en el decorado. Los comensales, en su mayoría, de edad joven. El servicio, también muy joven, de trato excelente, explicando cada plato, aconsejando y retirándose para que el cliente decida una vez bien informado. Muy buenos precios para una cocina hecha con buen gusto y bien presentada. Estupendo todo lo probado. Desde el sabroso ciervo, hasta una fondie de frutas tan sencilla como deliciosa maridada con un licor de moras. Lo dicho, una sorpresa.

En cuanto al vino, la carta es bastante corta y los precios no son de tirar cohetes, pero en la espera por nuestra mesa (que conseguimos sin reserva, lo cual fue buena suerte) tomamos un rioja crianza que tenían por vino de la casa, y del que no recuerdo el nombre. Con él seguimos hasta el final, ya que no desmerece en absoluto. Sobre 25-30€; sin vino. Abren sólo en las cenas y, al parecer, no tienen día de cierre.