Restaurante Casa Carmina-Monegro en Monegro- Campoo de Yuso
Restaurante Casa Carmina-Monegro
País:
España
Provincia:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
15,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
15 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
5.0
RCP CALIDAD-PRECIO
7.8
Opiniones de Casa Carmina-Monegro
OPINIONES
4

En esta última visita a este restaurante, hemos cambiado el enfoque: teníamos idea de comer carne (doy fé que fue una excelente carne) y para ello hemos avisado dos días antes, con el encargo de: queremos comer carne para cuatro personas y ponernos delante algo a compartir que consideréis oportuno.

Pues lo considerado oportuno fue:
- Cecina con foie, y
- Una ensalada con bonito embotado por el mismo local, con pimientos asados igualmente por ellos y algunas anchoas. (Como se agradece un muy buen nivel de productos de toda la vida, cuando están bien tratados, como es el bonito y los pimientos, las anchoas también de buen nivel pero evidentemente no es mérito del local)
Con éste empiece, la carne no podía estar por debajo:

Salió a la mesa una chuleta grande de carne curada, que en vez de explicarla, os recomiendo que os paséis por este bonito pueblo de Campoo a disfrutar de una similar. Y a los que os caiga lejos el lugar, creo que es mejor no poneros los dientes muy largos.

De postre arroz con leche, carta de queso y flan de queso.

De beber Cosme Palacio crianza 2009 y Monte Real crianza 2001.

De nuevo el local a rebosar, a pesar de encontrarse en una localidad que no coincide de paso en las rutas nacionales, lo cual a mi criterio vuelve a refrendar mi idea, que el alcohol no retrae las visitas a restaurantes en los pueblos, cuando lo que se les ofrece realmente merece la pena.

De bolazos por la nieve nos dejamos caer por esta casa a la que ibamos recomendados por conocidos de la misma (he de mencionar aquí que la culpable de mi apodo en este lugar, una preciosidad de siete años llamada Sara, llevaba para el dueño del restaurante recuerdos de su compañera de pupitre, lo que redundó en el asunto de los vinos como se verá a continuación).

Restaurante de menú, mantelería correcta a los efectos, vajilla y cristalería lo mismo.

Cinco personas:

Primeros

Ensaladilla (2) muy rica y con un punto de cebolla difícil de encontrar y que a mi me encanta.

Cocido de alubias. Rico, con poca berza, buena alubia y buen compango. A repetir si gustas.

Arroz con berberechos. Rico, al estilo del arroz con almejas de toda la vida.

Sopa de pescado. Rica. Mejillón, cangrejo (¡!?, calamar...

Segundos

Carrilleras de cerdo (3). Gustaron a los comensales, guisote de toda la vida con sus patatas de sartén.

Entrecot con patatas, ternera, al punto pedido, bueno.

Rabo. Bueno, un poco menos de grasa la hubiese venido bien. La carne se deshacía.

Postres

Mousse de chocolate, excesivamente dulce, más crema que mousse. Me ofrecieron cambiarme el postre, pero no tenía más hambres.

Bombon helado de marca conocida.

Tarta de tres chocolates, gustó a quien la comió-

Tarta de queso, rica.

Flan de queso, muy rico.

Bodega

Pedimos algo mejor que el vino del menú para acompañar:

Austum, RD, crianza. Fresco, frutal, muy agradable. Gustó mucho.

Conde de Caralt (BN), cumplió. El unico cava en bodega.

A la hora de pagar nos dice el propietario que estamos invitados a los vinos. Cosa del enchufe de la peque :-).

Tomamos el café en la barra por expresa (y amable) petición del dueño.

Y mejor que bien, oiga.

Situado en la comarca de Campoo, en Cantabria, junto al embalse del Ebro y a unos ocho kilómetros de Reinosa nos encontramos este establecimiento. Veníamos de La Rioja y continuábamos viaje a la montaña palentina. Habiéndose echado la hora de comer encima y estando cerca me acordé del comentario que Gabriel (Argug) había colgado no hace mucho en esta página.
Local concurrido , al que tienes que acceder al comedor por la misma barra. Nos acomodó en una mesa una simpática chica, a la que no se le borró la sonrisa en todo momento, y nos cantó las viandas disponibles. Todas giraban en torno a preparaciones sencillas, caseras y contundentes. Lo elegido fue lo siguiente:
- Cocido montañés
-Alcachofas con jamón

Continuamos con unas
- Carrilleras
-Rabo de vaca

El cocido (más similar a una alubias blancas que a un cocido ante la escasez de verduras), bien trabado, buena legumbre, fino, lástima que nos fuera servido algo frío( culpa nuestra por no pedir que lo calentaran) y las alcachofas a pesar de ser de conserva tampoco desmerecían.

En cuanto a los segundos, nada que objetar irreprochables en ambos casos. Salsas ligadas, carnes muy melosas, horas de trabajo en la cocina, cocciones lentas, como las de toda la vida…muy buenas. Acompañadas de unas patatas fritas increíbles. Por si las raciones no fueran grandes, ofrecían repetir.

A los postres, no llegamos.

Terminamos con unos poleos, por aquello de la digestión y proseguir viaje.

Para beber, optamos por unos vinos de frasca con gaseosa fría para mitigar en la medida de lo posible el calor que traíamos. Y después de esto, pagamos 30€ y proseguimos viaje.

Nosotros creemos que es un sitio recomendable, al que no podemos venir con exigencias enófilas, ni tampoco destaca en especial por su decoración, pero que merece visitarse si no se está muy lejos y se quiere reencontrar uno con una cocina honesta, contundente y muy bien hecha . Y si además eres atendido con una sonrisa...

Se trata de uno de esos restaurantes que en el boca-oreja, la frase mas oída es: “se come muy bien”.

Pues el día 15 de agosto, día culmen en el turismo de la zona costera de Cantabria, nos dirigimos a la zona de Campoo, un poco huyendo de las multitudes abrumadoras y recalamos en este lugar, al cual yo tenía en mis lista hace bastante tiempo.

Se trata de un local a pie de la carretera que une Reinosa con Corconte, bordeando la zona norte del Pantano del Ebro. Amplia la zona de entrada de la barra y disponiendo de varios comedores anexos. Aparcamiento al pie muy fácil.

Acomodados en una mesa de buena amplitud, con manteles y servilletas de papel, hemos disgustado, todo al centro, un surtido de lo que la cocina del local ofrecía ese día.

De entrada:
Ensaladilla rusa (en algún momento llamada imperial)
Pisto.
Un arroz con producto marinero.
Ensalada con foie y anchoas.

Como podéis observar, platos de toda la vida, menos el foie de la ensalada: La ensaladilla de esas que te recuerdan a las de hace muchos años y que todos en más a menos medida tenemos idealizadas, la ensalada bien lograda y el pisto y el arroz sin estar malos, sin levantar alabanzas.

Para hacer estomago:

Cocido montañés.
Buenísimo, con poca berza para mi gusto, pero con unas alubias enteras, mantecosas, con su punto adecuado de grasa y el compango de muy buen nivel.

De platos:
Bacalao con tomate.
Codillo.
Cordero guisado
Rabo estofado.
Entrecot a la plancha.
Todo acompañado con platos de patatas fritas.

Aquí es donde, si eres de platos de toda la vida, no sabes a cual alabar más.
Desde la calidad de las patatas fritas (cosa cada día menos frecuente) la melosidad del rabo, el bacalao con sabor a “bacalao de bacalada”, el logrado del punto del codillo o el nivel de la carne, etc. No sé cual poner mejor, lo que sí sé, es que ninguno estaba por debajo de un notable alto.

De postre, otra vez a compartir:
Natillas.
Arroz con leche.
Trata de queso.
Mouse de moras.

El arroz con leche nos gustó a todos.

No dispone de carta de vinos, pues por lo que observe, allí se va a comer a menú y se beben unas frasca de vino, pero si preguntas por otros vinos te acercan a su cava y ven cosas interesantes, dentro de un nivel. Hemos bebido: Torrenava verdejo 2011, Condado de Oriza cirnaza 2010 y Viña Pedrosa crianza 2010. Copas dignas.

Cerramos con cafés.

Servicio diligente y muy amables, con cambios de platos y cubiertos en numerosa ocasiones.

Comentario:

No os puedo hablar del precio, pero si me enteré que a diario el menú vale 10 euros y los fines de semana a 15 euros, alcanzando tanto unos día como los otros la cifra de 120-130 servicios a la comida. Todo esto en una poblacion de muy escasos habitantes (60), por tanto aquí lo de los controles del alcohol y la baja afluencia de comensales por ello, no nos vale.

Si estáis por la zona y os apetece una cocina de toda la vida, aquí tenéis vuestro lugar, Si sois “especiales con los vinos”, preguntar y hurgar en su cava.

Estoy buscando fecha en mi agenda para volver, pues hacia tiempo que no comía tan bien, dentro de este tipo de cocina.

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