Restaurante El Vermut Taberna Bar  en Pobla de Vallbona
Restaurante El Vermut Taberna Bar
País:
España
Provincia:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
7,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Lunes y domingo completo. De martes a domingo abierto a mediodía y las noches del jueves, viernes y sábado
Nota de cata PRECIO MEDIO:
26 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.6
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.3
Comida COMIDA
7.8
Precio medio entorno ENTORNO
7.1
RCP CALIDAD-PRECIO
8.1
Aurelio_Gómez-Miranda_El_Vermut_Gazpachos
Aurelio_Gómez-Miranda_El_Vermut_Buñuelos
Aurelio_Gómez-Miranda_El_Vermut_Bravas
Aurelio_Gómez-Miranda_El_Vermut_Ensaladilla_rusa
Aurelio_Gómez-Miranda_El Vermut_Tiramisú
Aurelio_Gómez-Miranda_El Vermut_Gazpacho_Marinero
Aurelio_Gómez-Miranda_El Vermut_Chistorra
Aurelio_Gómez-Miranda_Gazpacho_Marinero_El_Vermut_Taberna_Bar
Helados variados
Arroz "a banda"
Mussola, clotxines y alcachofas
Trilateral de Ahumados
Mixti: Ensaladilla Rusa y Sepia Mahonesa
Croquetas de Espinacas y Queso
Detalle_gazpacho
Gazpacho_marinero
Croquetas_espinacas_cecina
Tiramisú
Gazpacho marinero
Tomate con atún
Ensaladilla rusa
Cecina
Opiniones de El Vermut Taberna Bar
OPINIONES
22

Un lugar auténtico, un cocinero entrañable, una cocina casera, buenos vinos, excelente vermut y la tarde por delante para una larga sobremesa, que no abunda, poco más se puede pedir; quizás algo más de agilidad y menos espera entre platos pero el lugar y el vermut hacen la espera más agradable.
Es viernes y toca gazpacho marinero, a por él.
Para empezar 4 espléndidos vermús, of course.
En el menú de 12€ nos va sacando: ensaladilla rusa, correcta; alcachofas excelentes con ese polvillo de tomate que las acompaña; y un tercer entrante de cuyo nombre no me acuerdo. Y los gazpachos, sabrosos servidos en platos individuales. De postre un plato de queso curado que acompañamos, unos con más vermut y otros con algo más de vino, nos dejó en la mesa algo más del final de dos botellas inacabadas de la que solo recuerdo el rioja Hacienda el Ternero que no me gustó tanto como el Mallaura.
Para beber, una botella de Mallaura, de Heretat de Tavernes, que no estaba nada mal y que no llegaba a 10€ si no recuerdo mal.
En la sobremesa algún café y 2 gintonics, y la sensación de estar en un lugar tan agradable que no importa que pase el tiempo.

Aunque el sábado por la noche se dio por clausurado el 14º Encuentro Verema, algunos aprovechamos el domingo para rematar el finde.

Un buen grupo de foreros y amigos, amantes del buen comer y beber, acudimos a esta Taberna Bar que parece estar tan de moda.

El local de entrada me resultó interesante. Siempre me han gustado mucho las tabernas con su predominio de madera y además con esas enormes cristaleras que iluminaban toda la sala. Bien!

Con gran simpatía y familiaridad, como si nos conociéramos de toda la vida, Paco sale a tu encuentro a recibirte y raudo te ofrece su vermut casero para empezar, muy rico por cierto, con un punto de canela muy agradable. Lo tomamos en barra esperando al resto y para acompañar nos preparó unas buenas gildas.

Una vez todos sentados... ooootro vermut, en este caso con unas papitas de las que entran de maravilla.

Creo recordar que no pedimos nada, simplemente fueron sacando:

~ Ensaladilla rusa. Pero de las auténticas. Nada de congelados, verduras trabajadas con mimo y envueltas en una buena y consistente mahonesa. Y a mí que me encanta la ensaladilla!! Uuuhhhmmm!

~ Croquetas de espinacas y cecina. Increíblemente sabrosas. El interior que se deshacía en boca con un toque especiado, tal vez de cúrcuma, y una fina cobertura. Croquetas de olé!

~ Alcachofas. Producto de calidad con una fritura crujiente y espolvoreadas, a modo de pimentón, según nos explicó Paco, con tomate secado al horno y machacado en forma de polvo. Cómo me gustan esos toques innovadores!

~ Gazpacho marinero. No podía faltar la especialidad de la casa! Soy más de arroces que de este tipo de guisos pero reconozco que me gustó mucho. Ese fondito marinero, con sus gambas, pescaíto, cigalas... Estupendo resultado y sí es cierto que hay que ir a probarlo, porque no es algo que se encuentre con facilidad. JaviValencia explica muy bien la receta paso por paso en su comentario.

~ Tiramisú con fresones. El Tiramisú 100% casero rico rico y con fundamento. Me pirran las fresas! Casi diría que es mi fruta favorita. Y disfruté porque en este caso tenían sabor a fresón-fresón, no lo que nos venden por ahí...

Con el café nos sorprendió con un chocolate casero que hace con trozos de fruta. Me descuidé y voló del plato. Menos mal que probé un trozo y estaba muy bueno y golosón.

Para beber tomamos Hacienda El Ternero 2013 D.O.Ca Rioja, Lapola 2011 D.O. Ribera Sacra, Pagos del Infante 2012 D.O. Ribera del Duero y Agustí Torelló Mata GR 2008 D.O. Cava.

En fin, que nadie se confunda. Esto no deja de ser una taberna-bar sencilla y sin florituras, pero es auténtica, con producto de calidad trabajado con cariño y esmero y donde Paco y compañía te prestan una atención cercana y sincera. Y eso a todo el mundo le gusta.

Si a todo ello le sumas una agradable compañía con amigos que cada vez lo son más, pues... sólo queda dejarse llevar y disfrutaaarrr!!

Aprovecho para agradecer a José Ruiz su esfuerzo por organizar siempre estas comidas y cenas con tanta dedicación y esmero. Personas como éstas hacen un trabajo que, a veces, no se valora suficiente y son muy pero que muy necesarias en los grupos. Sigue así amigo!

...eso decía Samuel L. Jackson debatiendo con John Travolta en una famosa película de Tarantino.

Tenía ganas de visitar este local bien referenciado en la página y era la noche perfecta para ello por lo que quedé con un amigo para ir a cenar. Al hacer la reserva ya me percaté del trato familiar que imprime Paco al negocio y que luego pude corroborar.

Local descrito convenientemente con anterioridad. Coincido en que debe ganar durante el día con esas grandes cristaleras que dan a la calle pues la iluminación nocturna le da un aire frío que considero mejorable. El vermú, leitmotiv del local, inunda con su presencia todos y cada uno de los rincones del mismo. Atmósfera agradable, personal y un punto familiar que siempre reconforta.

Un buen vermú casero y equilibrado para echar un vistazo a la carta y decidir que no íbamos a decidir nada sino que nos iban a sacar lo que consideraran. Todo al centro. Al tema:

Mixti. Me hizo gracia el nombre. Resulta que para que el cliente pueda probar el mayor número de elaboraciones posibles, conforman un plato como este, en el que junta pero no revuelve dos preparaciones. Media tartaleta de Ensaladilla Rusa y media de Sepia con Mahonesa. La calidad de la ejecución de la ensaladilla es notable, dentro de una versión clásica, así como la de la sepia. Se palpa a la legua que manejan buen producto. Los picos que acompañan "para empujar" también están ricos. Mestizo.

Trilateral de Ahumados: Anchoas, Sardina y Anguila. No se presta a mayor descripción, aquí lo importante es el producto. Hallé calidad, buena textura y sabor excepto en el caso de la anguila que la encontré más anodina. Sencillez.

Croquetas de Espinacas y Queso. Se asentaban sobre una base de titaina con la que no casaban pues se potenciaba el punto alto de sal de ambas preparaciones. Las croquetas, gustosas, con fina elaboración interior y buen manejo de la espinaca. Casero.

Bacalao en Tempura. Nuevamente la buena materia prima salta a la palestra presentando unos tiernos tacos de lomo de lasca brillante y sabrosa. Lástima que la cobertura, algo tosca y pasada de calor, intentaba deslucir ese gran bocado interior. También venía sobre una base de titaina que en este caso sí que sumaba al bocado. Tesoro escondido.

Entrecot con Patatas. En el ticket pone de Buey... no sé. La cuestión es que la carne estaba madurada y con buen punto de sabor. Tamaño acorde al precio (16 €). Mención especial a las patatas fritas recién hechas con un puntito puede que de curry que las acrecentaban más allá de su calidad. Saciado.

Acabamos la cena con un poco de queso nada destacable y que veo en la cuenta que no consta.

Un cestillo de buen pan rústico rebanado de miga esponjosa y tierna. Terminamos con un cortado y un carajillo cremaet (quemadito) elaborado con esmero, dedicación y gran resultado final según me contaron.

Para beber, una botellita de Recaredo BN GR 2008 D.O. Cava que cumplió a la perfección. Al finalizar fuimos invitados a un orujo de hierbas Pazo de Señorans que me gustó muchísimo y eso que no acostumbro a este tipo de bebidas.

No teníamos intención… pero viendo cómo preparaba unos GTs a los de la mesa de al lado... nos pudo la envidia y no tuvimos más remedio que pedirle a Paco que nos preparara una ronda a nosotros. Uno de Fifty Pounds y otro de London con su "toque especial". Posteriormente nos invitaron a otra ronda.

En resumen, empresa que ofrece un producto de calidad, manejado con tintes caseros que no defrauda a lo que se añade un servicio cercano, profesional, amable y cálido que te hace sentir realmente cómodo. Un toque personal que te engancha para volver. Así quedé con ellos, no seré yo quien me quede sin probar ese famoso gazpacho marinero que hacen los viernes a mediodía… y es que la personalidad cuenta.

  • Trilateral de Ahumados

    Trilateral de Ahumados

  • Mixti: Ensaladilla Rusa y Sepia Mahonesa

    Mixti: Ensaladilla Rusa y Sepia Mahonesa

  • Croquetas de Espinacas y Queso

    Croquetas de Espinacas y Queso

Siguiendo las acertadas recomendaciones de algunos compañeros del foro, nos dirigimos a esta taberna-bar ansiosos por probar ese famoso gazpacho marinero y, de paso, lo que caiga.
Nada más llegar nos atiende Daniela muy amable y cercana, nos prepara una mesa y pedimos las bebidas. Al instante sale Paco, que nos recomienda diferentes opciones todas muy apetecibles, pero como veníamos de cabeza a por el gazpacho, las dejamos para futuras visitas.
De entrantes pedimos, la ensaladilla rusa (muy correcta, a diferencia de lo que se suele encontrar por ahí) y unas croquetas caseras de espinacas y cecina, sobre lecho de titaina, que estaban para chuparse los dedos (para croquetas caseras espectaculares, recomiendo visita a la Taberna Cervantes).
Tras un buen comienzo llega el esperado gazpacho, que no defrauda en absoluto ni en calidad, ni en cantidad, servido (y cocinado) en cazuela de barro. Os dejo unas fotos para que podáis disfrutarlas.
Terminamos con un tiramisú casero para compartir, correcto sin más. La verdad es que ya no teníamos espacio para mucho más.
No puntuamos el servicio del vino, puesto que tomamos vermout casero (bueno) y unas cervezas.
Salimos contentos y recomendamos la visita a este agradable local. Volveremos.

  • Detalle_gazpacho

    Detalle_gazpacho

  • Gazpacho_marinero

    Gazpacho_marinero

  • Croquetas_espinacas_cecina

    Croquetas_espinacas_cecina

Taberna muy agradable y cálida con interesantes propuestas gastronómicas y una muy interesante y variada carta de vinos, en expositor a la vista.
Visita ex profeso a raíz de diferentes opiniones sobre el local.
Pedimos unos vermús caseros, enseña de la casa, muy buenos. El camarero nos sugiere el plato del día: arroz al horno, y nos dejamos llevar; asimismo nos recomienda tres entrantes y elegimos la sardina sobre base de tomate; un buen lomo de sardina sabrosísima sobre un buen tomate rallado (quizá falto de un chorrito de buen aceite para mi gusto).
Aquí presumen de cocinar todos sus guisos en cazuela de barro, y así llega el arroz al horno al centro para los 3, una cazuela de tamaño mediano- pequeño diría yo, que teniendo en cuenta que cobran 12€ por persona de ese arroz parece algo desproporcionado.Eso sí el arroz extraordinario de sabor y con todos sus elementos clásicos.
Para beber nos recomienda un toro joven (no recuerdo la marca) que me pareció algo plano (ni destacaba por sí solo ni acompañando al arroz, solo se dejaba beber).
De postre elegimos calabaza asada y un plato de un estupendo queso de León, ahora sí, regado con aceite y un par de copas de vino más; el camarero tuvo el detalle de abrir una botella para ello, una garnacha con madera bastante mejor que el vino anterior.
Cafés y dos gintonics además de repetición de mistela( al final nos dejó la botella en la mesa) y larga sobremesa, pues el ambiente invita a ello
El servicio un tanto lento, aunque solo había 4 mesas, pero muy agradable y atento.
Un lugar muy acogedor en suma para comer, beber y reposar. Queda pendiente el gazpacho marinero...

Todos los viernes almorzamos y catamos vino en esta taberna donde tan bien nos cuidan. Paco y Daniela están siempre atentos, siempre pendientes y enamorados de su trabajo. Y a nosotros que nos encanta dejarnos querer y disfrutar de esto del comercio y el bebercio, El Vermut es como estar en casa.

Pero lo cierto es que aún no habíamos estado comiendo o cenando y ya era hora, porque el olor que sale de las ollas de Paco cuando estamos saliendo del local después de las catas es un verdadero disfrute.

Los viernes hay gazpacho marinero a mediodía, así que allí nos plantamos el pasado viernes para probar el menú y este plato que tanto me gusta y que es tan difícil de encontrar, de hehco siempre lo he comido en la zona de Xàbia y Dènia, pero nunca en Valencia. Como éramos cuatro compartimos los cuatro entrantes del menú que, como no podría ser de otra forma, acompañamos con un vermut casero de los que aquí preparan, muy especiado, con mucha canela pero sin pasarse de dulzones.

Probamos la cecina que está muy buena, la ensaladilla rusa, que es un plato que no puedo evitar pedir cuando está en carta, aunque en algunos casos más me valdría investigar antes de lanzarme... Afortunadamente, la ensaladilla de El Vermut ya la había probado y es de las que juegan en otra liga. Tomate con atún, correcto, sin más, pero siempre es agradable refrescar con un poco de tomate y un atún ligero. Y, por fin, el gazpacho marinero que está de miedo, se merece un aplauso por el fondo de pescado tan contundente que tiene, por el buen equilibrio entre las tortas y los tropezones, el punto de cocción y todo lo demás. Un plato riquísimo que hay que ir a probar.

De postre tomamos un tiramisú casero bastante rico, aunque el centro aún estaba demasiado frío, casi congelado, lo que sin duda le restó puntos. Aún así se nota el buen hacer en los postres caseros.

La carta de vinos es del todo curiosa, con una selección variopinta, con referencias difíciles de encontrar que mezcla grandes clásicos con vinos modernos, cremants, champagnes, cavas, albariños o las sidras de Bordelet. Precios comedidos y copas correctas. Daniela nos recomendó el cava Blue Fin de Mestres que maridaba muy bien con el gazpacho marinero, así que le hicimos caso y no no nos defraudó.

Nos gusta esta taberna (qué término tan injustamente denostado) donde nos sentimos como en casa.

Ya había estado una noche cenando y me quedé “pillada” con el sepionet a la plancha así es que ante la propuesta de cena veraniega para cuatro, pensé que la terraza del “Vermut taberna bar” podía ser la mejor opción.

El interior es espacioso, ecléctico y original. Supongo que debe ganar con la luz diurna gracias a esos grandes ventanales que dan a la calle. Las dos veces que he estado ha sido a cenar en la terraza y las dos veces ha sido muy agradable.

El propietario/cocinero amable, cercano y extrovertido, con ganas de que te sientas rápidamente como en tu casa.

Pedimos tapas para compartir: Una ensalada de brotes, dos raciones de sepionet, ensaladilla rusa y unos montaditos de chistorra. De postre un pastel de chocolate tipo brownie y una tarta de Santiago. Para beber un Chardonay de Enrique Mendoza. Servicio de vino y coperío correcto.

Todo excelente y con raciones generosas. La ensaladilla muy buena, se notaba que la mayonesa estaba hecha con aceite de oliva pero la estrella indiscutible: el sepionet. Punto perfecto de plancha y con la salsa mery aparte, tal y como pedimos. Yo creo que no le hace falta ni la salsa, con su tinta está para chuparse los dedos, deseando estoy volver para reencontrarme de nuevo con él.

Seguimos con dos copas de cava, un limoncello y un gin tónic especial que preparó con una mezcla de ginebras (fórmula del chef) y corteza de naranja. Como todos quisimos probarlo y a todos nos pareció delicioso y refrescante nos invitó a una segunda ronda, esta vez sólo de gin tonics, así, sin más. Como no es habitual encontrarte con esa generosidad la verdad es que nos quedamos pasmados pero agradecidos.

La relación calidad precio excelente. La cuenta no pasó de 23 euros por cabeza y si no recuerdo mal creo que también tomamos cafés, aunque de eso ya no estoy tan segura.

En fin, un sitio con un trato personal acogedor y generoso, con ganas de agradar y satisfacer al cliente, con una cocina honesta y de calidad, a precios de risa. Existe y volveré.

Me he dejado llevar por los comentarios que me han hecho y he leído. Un sitio que empieza hay que darle alguna oportunidad.
El local muy bien, acogedor, desenfadado, con naturalidad, (no afectado como tantos otros ni sobrediseñado), y con una estantería llena de buenos caldos. Menaje y cristalería coherentes con el estilo del local. Un lugar para comer bien y ya está. Eso es lo que buscábamos.
Una desapacible y tormentosa noche de julio. Probablemente la razón para estar solos en el restaurante. Hemos sido cuatro personas, de las cuales dos ajenas a disfrutar de un vino extraordinario o una comida "de diseño". Eso marca la elección del vino: un Enrique Mendoza Shiraz, digno, un valor seguro.
Nos ofrecen para empezar un vermut: bueno, con un fondo de canela bastante sustancioso. Luego nuestras mujeres se dejaron acompañar por sendas cañas.
Pedimos entrantes para compartir,dejándonos aconsejar por el servicio de sala:
-Buñuelos de bacalao: acompañados por titaina: exquisitos y suaves.
-Ensaladilla rusa: de las de verdad.
-Xistorra: muy buena.
-Cazón en adobo: realmente extraordinario.
-Suquet de rape: acompañado por patata, algo de puntilla y langostino. Muy sustancioso, denso de sabor. Muy bueno. Para acompañar con un pan realmente digno (un poco alto de precio : 1 €/pax).
Para terminar de cenar, nos aconsejan el entrecot de buey: pedimos dos para compartir. En su punto, acompañado de patatas fritas de las de verdad y pimiento del piquillo.
Para terminar nos pedimos postres: dos tartas de chocolate (de sabor intenso, aunque para mi gusto un poco secas), flan de la casa y un mousse de baileys (creo). Esto último realmente bueno.
Para terminar dos cafés y, por cuenta de la casa, un orujo blanco.
A destacar la afabilidad de Paco y Daniela. Ha sido un placer. Nos hemos gastado algo más de lo que pensábamos, pero ha merecido la pena. Comida más que suficiente, sin afectación, materias primas de primera calidad y trato amable. No se puede pedir más.
No tardaré mucho en probar el gazpacho marinero.
Probablemente con el menú tengan un éxito asegurado.

A medio camino entre restaurante y taberna, con un fondo de cocina casera y enfocado sobre todo a menú con platos y tapas tradicionales. Buena variedad de vinos con neveras a tope y a baja temperatura, aparte de los que hay en estanterías. Se nota que es un tema importante en el local; además vermut casero.

Las mesas y las sillas son de formato variado, predominando silloncitos de skai pero cómodos; copas, cubiertos y resto de material de servicio, suficientes. Buen servicio en sala, interesándose por el comensal. Aforo al 50% aunque la hora de entrada, pasadas las 15.15 es posible que ya algunos se hubieran ido porque la rapidez en el servicio es alta y en una hora ya has comido.

Barra con buena sugerencias con lo que imagino que la opción de almuerzos está presente.
Menú con 3 entrantes y segundos a elegir. Mientras lo leo, un vermut casero con su aceituna y corteza de naranja, merecían un mejor recipiente. Un correcto pan en cantidad amplia permitieron que no me mareara mientras llegaba la parte sólida de la comida.

El entrante elegido fué cecina con queso parmesano. Una cecina demasiado poco curada, pero buena de sabor, en más que correcta ración; el queso laminado estaba muy bueno y me hubiera gustado un poco más de cantidad para disfrutarlo; unas gotas de aceite le mejoraban.

El segundo estaba claro. Emulando la película de "Si hoy es martes, ésto es Bélgica", pues si es viernes, toca gazpacho marinero.
Un buen fondo, ración amplia, pasta en su punto de cocción, buenos tropezones y cigalita aparente, completan un plato que merece la pena y muy destacable la pasta que te hacen en el momento con lo que no se empastra.
De las características del plato basta con ver la referencia de JaviValencia, tras lo cual ya estás deseando probarlo. Y merece la pena
Una copa de cava Castell Roig de abundante burbuja, sirvió para acompañar.

Había de postre flan casero con chocolate, tarta de Santiago y algunas cosas más, pero de la opción del menú, elegí el café porque había trabajo a las 17 horas en la facultad.
Para acabar un descafeinado sólo, tan solo como estaba yo en la mesa y sin más veremeros reconocibles con quien hablar; un café mejorable de origen, por exceso de tostado.

Sensación final de un buen sitio para comer sobre todo de menú, con buenas opciones de cocina casera; muy buenas opciones de vinos.

pues eso,el viernes me encontre con una mesa llena de "veremeros"
entre los cuales estaba DANI alma mater e insigne forero.no estaban
haciendo ninguna "destroza" simplemente estaban haciendo un desayuno-
almuerzo de oficinistas o funcionarietes.me pido mi vermut y para no
tomarlo solo el detalle de las papas y un secreto iberico con pimientos
del piquillo,muy buenos.aparecio javi salmeron,forero ilustre,y
tomamos algo mas que javi cuando sali a fumar,lo pago,!perillan!
yo dije que me quedaba hasta que hicieran el gazpacho cabañalero y
valio la pena.lo sacaron en un recipiente de hierro y habia para
repetir,yo no lo hice,razon,pedi un mixtet o mesclaet de sepia con
mayo y ensaladilla rusa com la otra vez,muy bueno,me invitaron a dos
croquetas de pollo y jamon que como dice javi en otro comentario
estaban muy buenas,el gazpacho tenia toda la potencia del mediterraneo
dentro lo tome con una copa de vino verde de portugal con algo de
aguja y como hacia tiempo que no lo bebia pues me gusto.
no tome postre ni cafe.la juerga costo 15e.

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