Restaurante Carrot Café en Barcelona
Restaurante Carrot Café
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
13,35 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Sábados mediodía y domingos
Nota de cata PRECIO MEDIO:
14 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
-
Comida COMIDA
7.8
Precio medio entorno ENTORNO
6.0
RCP CALIDAD-PRECIO
8.5
Opiniones de Carrot Café
OPINIONES
2

Hacía más de un año que no me dejaba ver por este local. Aprovechando que salía más pronto del trabajo y que no me caía muy lejos decidí pasarme para probar alguno de sus famosos sandwiches.

Llego a las 14:15 y está a tope (treintañeros mayoritariamente, gran éxito del sitio) pero al ir solo puede sentarme al momento. Pedí para beber una cerveza artesana local llamada Poblenou (3.50 eur), en el nivel de este tipo de bebida tan de moda en Barcelona. Un punto negativo, que no haya carta (y mira que tienen variedad...), con lo que la contestación de la camarera (tampoco lo encuentro mal de todo pues no tiene culpa de lo de la carta) es que mire lo que hay en la nevera y lo pida.

Escogí el bocadillo Gran Pastrami, que viene con dos láminas de pepinillo al lado, queso scamorza ahumada, mostaza de miel y pan de centeno. El pan, demasiado poco consistente para tanto bocata, se rompía. El pastrami, como hasta 20 lonchas, tipo americano, estaba... como es el pastrami. Igual es mi gusto, pero no le encuentro la gracia a este embutido de ternera y creo que tiene éxito en USA porque al ser Kosher lo pueden comer los judíos. En mi modesta opinión, el fuet, el bull (no ya el jamón ibérico) le dan mil vueltas. Eso sí, ración considerable a precio correcto (8.50 eur).

De postre (ya estaba muy lleno) pedí un cheescake (4.5 eur) del día, de ensaimada (ninguna maravilla aunque reconozco que soy más de carrot cake, pero quería probar). Por desgracia, ya no hay posibilidad de media ración (el tamaño de la misma, muy bien para compartir, pero para una persona es demasiado; sumado al pastrami tardé como 3 horas en hacer la digestión y necesité una buena caminata para recuperarme...). El pastel estaba bueno, pero demasiado cargante. La ensaimada se notaba en la textura pero no en el sabor. Es un dato importante que cuando (ver mi crítica en Verema de febrero 2014) lo visité por primera vez, la media ración estaba a 2 euros y poco... Esto le hace empeorar mucho la relación calidad/precio, aunque es justo reconocer que hay menú ejecutivo (bocata butifarra+bebida+postre por 10,50 y otro vegetariano por 9,50).

Hago notar que TAMPOCO hay carta de postres con los precios, lo que encuentro aun más lamentable que lo de las cervezas, pues es una de sus especialidades. No me he quedado muy satisfecho con la visita, pero quizá es culpa mía porque debería haber ido a por un bocadillo caliente. Tampoco es un lugar cómodo cuando está tan lleno (quizá 60 personas entre sala y terraza, luego se fue vaciando). Las mesas están demasiado juntas. El personal, de trato correcto, hay que valorarlo porque no ha de ser fácil atender a tanta gente. El tiempo de espera de las comandas fue bastante corto. Para repetir de vez en cuando, pero mejor no en hora punta.

Tenía grandes referencias en internet de este local, que por cierto es bastante nuevo. Es curioso el sitio en el que está situado, una zona bastante olvidada de Barcelona pero no lejos de la Torre Agbar, de los renovados Encants Vells y del Teatre Nacional y l'Auditori. Es el llamado Districte 22@, una zona en la que conviven edificios novísimos de diseño (empresas, hoteles... el del local se llama TwentyTú) con otros abandonados o en decadencia y bastantes almacenes que recuerdan a un polígono industrial. No hay muchas viviendas y también encontramos algún descampado cercano y, para acabar de completar la mezcla, la vía del tren que va a la estació de França, semioculta, está al lado. Si vais de noche incluso puede intimidar la zona, pero he sido vecino y os garantizo que es más segura que el Passeig de Gràcia a esa hora.

Con todo esto quiero indicar que vale y mucho la pena acercarse hasta allí y parece increíble que un local tan recomendable pueda estar tan escondido. Nada más cruzar la puerta te olvidas del entorno. El encargado, Xavi, y el resto del personal con el que traté son superamables y muy profesionales. El espacio es diáfano aunque dividido en varias partes, muy luminoso (de día es superalegre) y cuenta con bastantes mesas para diferente número de comensales.

Hay una extensa variedad de cervezas, muchas de ellas artesanales. Xavi me recomendó una (le dije que me apetecía algo no tradicional y con poco alcohol) hecha en Barcelona de la que no recuerdo el nombre. Entraba fenomenal, burbuja fina y bastante tostada.

La especialidad del local son los bocadillos (y bagels). Conté en total unos 40, a precios muy contenidos, la mayoría entre 6 y 9 euros. Te especifica el tipo de pan, los ingredientes e incluso el origen. Yo me pedí uno de porquetta (caliente) con tomate, queso y ligeramente trufado. Te lo sirven en dos mitades y la ración es muy generosa. Con uno por persona es más que suficiente. Pedía algo para acompañar y me trajeron unas patatas chips supongo que hechas allí, cortadas como el triple de gruesas que las tradicionales. El bocadillo estaba muy bueno (pan focaccia, quizá algo seco pero muy sabroso) y las patatas fueron lo más flojo de la comida, puesto que se hacían pesadas de comer (ración contundente) y el sabor no era destacado.

De postre, media porción (pero me quedé más que satisfecho, si llego a pedir la entera ni lo cuento) de carrot cake, pastel de zanahoria del cual el local toma el nombre. Estaba deliciosa, el bizcocho con porciones de la hortaliza y recubierto por una capa de (creo) chocolate blanco con sabor a naranja.

Servicio muy amable, interesándose por mi opinión y respondiendo a mis preguntas de forma muy natural.

El precio, impresionantemente barato... ¿será una deferencia por venir hasta aquí?, menos de 14 euros con café (1.15 eur) incluído. La media porcion de tarta de zanahoria a 1.90 eur, el bocadillo a 6.40...

Lástima que me pille un poco lejos, es para ir cada dos meses como mínimo; además, lo extenso de la carta hace que tengas ganas de probarlo todo.

Tienen varios menús, pero no pregunté en que consistían.

En resumen, un lujo de local con personal de 10 y precios a prueba de crisis.

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