Vino e Spaghetti all’astice

Tras la comida en Venerina me fui yo solo a los Museos Vaticanos, Capilla Sixtina y Basílica de San Pedro. Teníamos contratado un guía y no devolvían el dinero…

Qué preciosidad oye. Cómo se valoran las cosas con 30 años más a las espaldas, menuda diferencia de apreciaciones. Guau!

Regresé al hotel a media tarde y ahí seguí la enfermería, llena hasta arriba. “Paracetamolos” y Aquarius.

Parece que las Tachispirinas (una marca de “paracetamolo” italiano, que me pareció cachondísima) hicieron algún efecto, “reviscolaron” las enfermas y las saqué a dar un pequeño paseíto nocturno por las deliciosas calles que rodean el hotel, a que les diera el fresquito.

Pasamos por la puerta de muchos restaurantes “digüains”, a ver cuál les apetecía si es que les apetecía alguno… Y les apeteció justo el mismo que a mí (yo me callaba, pobres). El más bonito, amplio, moderno…

Venga, entramos! Vale, vamos a comer algo muy ligerito!

Casi nos damos la vuelta ante la bofetada de calor que nos sacudió cuando entramos. Están locos estos romanos con las temperaturas! Pero enseguida salió un amable tipo y nos atendió. Y la alegría fue mayúscula cuando vi una bonita pizarra con una excelente oferta de vinos por copas. Chachi!!!

Es un local muy chulo, con las paredes y arcos de ladrillo romano, suelo de madera oscura, iluminación intimista y acertada, bien equipado...

Esperamos unos minutos tomando un prosecco en la barra de la entrada que daba acceso a la sala y enseguida nos acomodaron en una mesa fabulosa.

Variadísima carta de variedades italianas, de ristorante con empaque. Mi familia en seguida se decidió (minestrones, lubinita, un platito de pasta sin casi nada…), sin embargo a mí me costó:

Antipasto “Krugh”
Spaghetti all’astice

Los antipasto, me gustan más los marineros, los que nos daban este verano e todos los restaurantes de Cerdeña. Aquí en Roma se basan más en los embutidos, con muchas variedades, aunque en este caso también añadieron verduras plancha o rebozadas.

Los spaguetti… En cuanto los vi en la carta me dije que ésta era la mía, me iba a desquitar de la amarga experiencia sarda… No era aragosta (lagosta) de Alguero como en aquella ocasión, pero era astice (bogavante) de diossabedónde… Y me desquité, estaban muy ricos. La presentación, de fábula: habían cortado la pieza por la mitad, longitudinalmente, la habían vaciado y dispuesto en el plato abarcando todo el diámetro del mismo como si fueran dos bogavantes que se mordían la cola. En el hueco central, los spaguetti con las colas troceadas. Guapo de verdad. Y de sabor, muy ricos, pero esta manera tan al dente de hacer la pasta que tienen los italianos, la convierte en muy poco permeable, no permite que se impregne bien del sabor de los ingredientes, parece que va uno por cada lado. El bogavante estaba muy bueno, y la pasta también, pero este matrimonio dormía en camas separadas.

Mis chicas comenzaron a encontrarse mal, a inquietarse, así que decidieron irse (estábamos muy cerquita del hotel y eran calles muy tranquilas) y me dejaron acabar la cena yo sólo, con tranquilidad. Aun así, perdoné el postre.

En cuanto a los vinos, tenían una destacable oferta de vino al calice (vino por copas), y aproveché tomando un espumoso, un blanco y un tinto, la mejor referencia de las 6-8 que tenían por cada apartado:

o Prosecco Valdobbiadene Ca’ Divo.
o Bianco P Trebbiano d’Abruzzo 2012.
o Rosso Montelpuciano Barone di Valforte 2011.

Una gozada los tres, en especial el tinto.

El servicio es perfecto, se trata de los propios propietarios, una pareja de mediana edad moderna y con clase, que están a lo que tienen que estar. Se preocuparon muchísimo cuando mi familia abandonó el local dejando a medias, casi sin empezar, la pasta, la sopa, el pescado… Se les veía francamente apurados. Yo les expliqué como pude el tema, les dije que me habían gustado mucho los spaguetti con bogavante, pero los pobres… Me sacaron una grappa que me gustó, pese a no ser mi espirituoso favorito ni mucho menos.

Un sitio recomendable si estás por las cercanías del Vaticano.

  1. #1

    Gabriel Argumosa

    Muy gráfico, aparte de ocurrente, lo de las camas separadas de la pasta y el bogavante.

  2. #2

    Joseangel

    Supongo que al acabar la cena saliste presto hacia el hotel ¿no? No he podido evitar descojonarme leyendo tu crónica.

  3. #3

    G-M.

    en respuesta a Gabriel Argumosa
    Ver mensaje de Gabriel Argumosa

    Jaja, oye, no pude dejar de pensar en eso.

    La pasta al dente es que no "coge", no "absrorbe", es impermeable.

  4. #4

    G-M.

    en respuesta a Joseangel
    Ver mensaje de Joseangel

    Súbito!

    ;-)

  5. #5

    Joaquin1965

    Me lo apunto!!.. Y el hotelito ¿cuál era? Porque la próxima vez quiero irme por esa zona

    Visitaste las tumbas vaticanas???

    Ay la famiglia!!!

  6. #6

    G-M.

    en respuesta a Joaquin1965
    Ver mensaje de Joaquin1965

    El hotelito, correcto, con vistas excelsas, pero tú estás acostumbrado a mejores cosas...

    https://www.verema.com/hoteles/105099-atlante-star-roma

    No visité las tumbas, no entraban en el recorrido. Me perdí mucho?

  7. #7

    Joaquin1965

    en respuesta a G-M.
    Ver mensaje de G-M.

    Ja,ja,ja... Hombre, tampoco es eso ;-).

    Las tumbas eran curiosas, tipo catacumbas, con las reliquias -se dice- de San Pedro, cuyo pilar sirve de base a la planta central de La Basílica de San Pedro.. Curioso porque se oye lo de arriba. Para la proxima, si quieres, tienes que llamar al ufficio scavi .. y ahí te dan día y hora para llevarte con guía.

    Pistonudo el Vaticano, eh?.. Cómo me dijo un chavalete de unos 14 años de Huesca con el que me encontré en el último viaje por ahí "hay que j......., el dinero que tienen los curas", ja,ja.. que crack!!

  8. #8

    G-M.

    en respuesta a Joaquin1965
    Ver mensaje de Joaquin1965

    Es un auténtico despliegue de arte y riqueza
    Epatante!

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