Alguero. 14.00 horas. Jueves 15 de agosto de 2013. Fiesta nacional de Italia: Ferragosto. Sin reserva. Sin recomendaciones.
En esas estábamos en esa bella localidad del noroeste de Cerdeña. O sea, sin ninguna expectativa.
¿Nos darán de comer en algún lado?
Paseando, sin prisa alguna, contemplando el mar, la muralla, el barrio pesquero, el puerto viejo… Bonito, precioso. Mientras, mirando de reojo algún restaurante, preguntando… (Por cierto, aquí no habla catalán ni…)
De pronto, en pleno paseo, junto a las murallas que dan al mar, en el corazón del casco histórico, tres restaurantes seguidos a cual más apetecible y con alguna mesa libre. Bueno, sí, uno era más apetecible. Elegante, la terraza divina de la muerte, camareros bien uniformados y una discreta fotografía de la especialidad de la casa: Spaguetti all'aragosta di Alghero. Espagueti con langosta de Alghero. No tendrán sitio, se tratará de reservas… ¡Sí! ¡Iupi!
Me ilusionó. El sitio de verdad que prometía. Y esos espaguetis… ”Si no consigo que me enamore la pasta con una langosta fresca ya abandono” le dije a mi familia.
Nos acomodaron en una buena mesa, pegados al paseo. Y tras él, el mar. Poca gente a esas horas ya paseando por ahí. Fresquitos, esa luz mediterránea… El chapotear de las sombrillas mecidas por la suave brisa marina… Qué bien.
-“No hay langosta”.
Mecag……!!!!!!
“Bueno, mientras lo pensamos, vaya sacando a las niñas este menú especial (22€) tan apañao”.
-“No hay menú”.
Bien, bien.
“¿Cuál es el pescato del giorno?”.
-“Sólo queda lubina”.
Vaya, qué pescado más original.
Mi familia, feliz. Yo me estaba poniendo de una mala leche que no veas… Ya me parecía que hacía mucho calor, que la gente del paseo pasaba muy cerca, el ruidito de las sombrillas era un coñ….
Hasta que llegó mi querido vermentino. Un Tuvaoes 2012. Vermentino di Sardegna. 14 grados. Sublime.
Todo volvió a la normalidad. Cerdeña sin vermentino es como un huevo frito sin sal.
La carta era la de un italiano sofisticado, con ciertos toques de clase, no sé si franceses o… españoles más bien.
Tomamos para compartiresvivir:
• Degustazione di mare. Unos antipasti maravillosos, con presentación impecable. Llevaban una ostra, unas tiras de sepia adobada, una gamba, unos boquerones, pulpo casi en carpaccio y un buñuelo de bacalao. De 10. ¡¡¡Vamos, vamos!!!
• Ravioli sardi di patate, formaggio e menta, pomodori fresco e basilisco. Raviolis pero en lugar de ser de pasta, eran de patata. Rellenos de una crema también de patata, queso pecorino y menta, y cubiertos por una fina capa de tomate con albahaca. Soberbios. Suaves, finos, balsámicos. Qué pena que no fuera pasta, pues este plato me encantó y por fin podría haber dicho que me enamora la pasta… Pero no, era patata. Pero quéeeee ricos. ¡¡¡Aupa!!!
• Entrecote di bue rosso alla griglia con patate al rosmarino. ¡¡¡Mooooooc!!! Pinchazo. Si eso era buey, a mí no me gusta el vermentino. Soso y jasco. Y eso de "rosso"... Rosso, rosso... Pues va a ser que no.
No acababa yo de estar a gusto, se había terminado el vermentino, el buey me había devuelto a la realidad…
-“¡Vámonos a tomar por ahí un helado italiano artesano y un café con hielo de coctelera!”
“¡Vale!”
Pedimos la cuenta y me volvió el yuyu. Después de lo acontecido días atrás, repasamos las cuentas por si aca y… Nos habían cobrado dos risottos cuando habíamos pedido sólo uno para mis hijas, que compartieron dos primeros, el risotto de marras y unos espaguetis. Cierto es que nos lo habían sacado en dos platos pero pensamos que era un detalle de restaurante de nivel, sacar una ración en dos platos individuales. Seremos ilusos.
Se lo hice saber al maitre, un tipo estirado y de gesto avinagrao. Se marchó dentro y salió muy convencido de que habíamos pedido dos.
-"Oiga, mire que… Si piden dos primeros y dos segundos… ¿Cómo van a pedir 3 primeros para las dos?"
El tío se enrocó con pose altiva. Me estaban entrando unas ganitas de...
-Mi familia: “Va, Aurelio, no te cabrees, déjalo”.
Yo: “Venga Aurelio, estamos de vacaciones, pago y me voy, no me voy a sulfurar”.
Le dije: “el cliente nunca tiene la razón” y le di mi tarjeta.
Yo quería salir de ahí, estaba acalorado y ni miré lo que firmaba. Y cuando estamos ya alejándonos, me aparece el maitre a un lado ¡Dios, una aparición demoníaca!
Que hemos pagado mal.
-“Será que me han cobrado mal, yo he pagado con Visa”.
“Sí, sí disculpe, esta vez es culpa mía”.
Lo comprobé y "ellanoqueríaoiga" pero... Tuve que volver (me habían cobrado 40€ de menos) y pasar otra vez la paganini.
La propina, cero pelota la primera vez, y cero pelota la segunda.
Por cierto, las langostas no cesaron de pasar toda la comida una tras otra ante mis narices… ¿las tendrían reservadas o nos vieron pintas de guiris y prefirieron guardarlas para su parroquia habitual?
No sé.
15 de agosto... Cerdeña. Ferragosto. Posiblemente cualquier otro día…
Me parece raro, que no les preguntases de nuevo el tema de las langostas.
Sí, no quería hacerlo largo pero lo pregunté al final, muy cabreado, cuando volví a pagar lo que faltaba.
Me dijo que las habían pedido antes que yo, y que cuando llegué yo ya estaban todas vendidas.
Ahora que el disgusto me duró segundos. Paseamos otro ratito por esas murallas sobre el mar, un helado, un limoncello... jeje
Y de langosta me puse hasta arriba al día siguiente, senza espaguetis, pero cómo estaba.
Me quedé con las ganas, de verdad.
Un abrazo
P.D.: cómo me conoces ;-)
Hombre, me alegro de que te haya hecho sonreír!
Jeje, la verdad es que yo también me lo pasé bien escribiéndola.
Aún sueño con la cara avinagrada del maitre de los coj apareciéndose súbita y malignamente a mi lado mientras paseaba despreocupado...
El maître haría buenas migas con mis colegas de enoteca bolognesa.. como les gusta tocar los webs..
Y el caso es que no hay manera de que entrar en razón.. claro, como los cabr.... nacieron un día antes que nosostros, pues nos la cuelan en cuanto pueden..
Buen comentario tipo diálogo.. Me he reido.
Un abrazo
Jaja, en las críticas jocosas estoy muy lejos de tu nivel, maestro socarrón!
Un abrazo
Jaja, debió ser eso, pedí chuletón y me vieron cara de wey
Pero sí, se me pasó en 35 segundos chico. El mar, etc...
Por cierto, les hice una broma a mis hijas en un restaurante y ya lo repetí siempre. Les dije:
- "No hay que saber idiomas para ir por el mundo (aunque ellas saben bastante inglés, han estado ya dos veranos en Inglaterra). Hay que tener jeta e imaginación"
- "A ver, listo" me dijeron
- Entonces, pedí la cuenta de lejos a un camarero haciendo el gesto ese universal de escribir al aire con una mano y diciendo a la vez en voz alta y clara "La dentadura de mi abuela, por favor"
- Y el camarero dijo, "Si, súbito"!
Primero mis hijas se aco.jonaro, pero cuando vieron que el camarero decía que sí sonriente y que nadie de las mesas de al lado decía nada, lloraban de risa. Ya todos los días me decían, "Venga, papi, pide la cuenta como tú sabes!"
Jaja
Un abrazo
Al final me vas a dar la razón con lo de "repasar la cuenta" jejeje!
El viernes comí en la playa con unos amigos, y tuvimos suerte, nos invitaron a una jarra de cerveza, ainnnssss. Éramos 7 y comimos mucho ;-))))
Pues sí, te la voy a tener que dar...
:-(
Pues no lo entiendo, porque tu pinta es de un italiani de Milán pero con carnes.
P.D. Pesao estás con los vermentino, macho.
Me he traído varios....
Guardo uno, el mejor, para bebérnoslo mano a mano.
Si te dejas, claro.
;-)
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