Nueva visita al Moli, el encantador restaurante de la familia LLadó en Pont de Molins.

Hacia ya casi un año que no les habíamos visitado y decidimos hacerlo antes de regresar a casa. Les telefoneamos el dia anterior y conseguimos mesa, lo que no es siempre fácil.

Si os interesa conocer mi descripción del restaurante y de su cocina podéis leer mi crónica del 24/05/2023

Llegamos a las 13h y nos situaron en su magnifica terraza exterior, donde comimos escuchando el canto de los pájaros. Mesas bien separadas las unas de las otras, con manteles de tela, vajilla y cubertería contemporánea. y copas correctas (podrían mejorarse). El servicio de sala como siempre fue amical, simpático y profesional. El servicio del vino también lo fue. Este se ciñó al descorche , primera cata y algún servicio. Tienen una bodega de aproximadamente 100 referencias.

Tras hojear la carta, optamos por tomar algunos de los platos de temporada y  del dia.

Para empezar compartimos :

Cors de carxofes fregides amb salsa  romesco. Corazones de Alcachofas fritas con salsa romesco. Riquisimas

 Pesols guisats amb calamar de potera. Guisantes guisados con calamar de potera. Una delicatessen.

como platos principales tomamos dos pescados del dia

Corball amb patates i murgoles de temporda a la crema. Corvina con patatas y colmenillas de temporada a la crema. Sin palabras, un plato de 10.

El pan que acompañó la comida fue correcto.

Como postres compartimos :

Mouse de crema catalana con fresones ( Olvidamos hacer la foto). Muy bueno.

Para beber tomamos una botella grande de 1l de agua mineral y una botella pequeña de vino Rigau Ros Blanc Flor D.O. Empordà (50 cl) Grup Oliveda- Capmany (Alt Empordà) Cepajes :Sauvignon., Chardonnay., Macabeu.  Bien equilibrado  y correcto.

Finalizamos con dos buenos cafés.

La cuenta ascendió a 56,95 €/persona. Muy buena RCP. Finalizo diciendo lo mismo que ya dije en ni comentario precedente : Buena cocina tradicional catalana de temporada, de producto, y de proximidad en un magnifico entorno paisajístico. Volveremos cuando vuelva a presentarse la ocasión y si es posible pernoctando en el hotel

Antiguo molino convertido en hotel. Consultada su web veo que tienen habitaciones en el antiguo edificio y también en un anexo moderno. Las habitaciones parecen muy confortables. Pero el motivo de la reseña es el restaurante. Lo he visitado en varias ocasiones y siempre con total satisfacción. En verano el comedor es una magnífica terraza, muy cálida en cuanto a decoración e iluminación.
Con buen tiempo prefiero las cenas al aire libre, en las terrazas con dos inconvenientes. El primero, el humo de fumadores y fumadoras. El segundo, políticamente incorrecto por algunos, la coexistencia de perros.
Tienen una carta de platos de temporada, de cocina de predominio catalana, con opciones de brasa. En esta ocasión unos buenísimos calamares a la romana, que recordábamos de ocasiones anteriores, una ensalada de tomates con anchoas y burrata y unas costillas de cordero a la brasa.
De postre un bisbalenc de cabello de ángel y unas fresas con nata.
Todo excelente en calidad y cantidad. Servicio cercano y muy correcto.
Y un entorno privilegiado junto al río con unas tumbonas debajo de los árboles. Muy recomendable.

En un dia con mucho calor, jueves concretamente fue muy agradable comer en la cómoda agradable y bien cuidada terraza que en verano tienen habilitada como comedor y que cuando llegamos a las 13,30 ya estaba ocupada en un 90% casi con toda seguridad de clientes franceses a la vista de las matrículas de los coches del parking y se acabó de llenar al poco de nuestra llegada, era la primera vez que íbamos a este restaurante que no conocíamos y que descubrimos gracias al comentario que sobre el mismo publicó recientemente Joan Thomas.

La carta es corta y tienen además algún plato del dia recomendado,

Para empezar nos trajeron unas patatas chip y una olivas verdes muy buenas y una botella de agua con gas mientas decidíamos qué pedir.

Optamos por compartir los primeros

- Calamares a la romana, de nivel superior, excelentes.

- Buñuelos de bacalao, muy buenos.

Las fotos correspondientes fueron hechas cuando ya habíamos empezado los dos platos.

Los segundos

- Pescado del dia que en esta ocasión era corvina al horno con acompañamiento de espárragos verdes, patata y salsa romesco, muy buen punto de cocción.

- Cabrito lechal hecho con leña crujiente por fuera y tierno en su interior, muy bueno con acompañamiento de patatas fritas caseras, como las de antaño.

Postres

- Tiramisú casero, mi mujer lo encontró muy bueno

- Café irlandés con nata líquida, lo encontré muy corto de whisky por lo que en boca la mezcla de los tres sabores no llegó a producirse hasta el final.

La comida la acompañamos con un Corpinnat, Recadero Terrers brut nature 2018

Finalizamos con dos buenos cafés

El servicio fue bueno, rápido eficiente y cordial.

Un nuevo lugar para añadir a la agenda y al que sin duda volveremos

En el enunciado de la crónica he puesto el n°2 porque el titulo es el mismo que puse en el comentario que publiqué en Verema hace 10 años y el único existente hasta ahora.

Voy pues a poner un poco al dia mi comentario anterior pues pocas cosas han cambiado desde entonces.

Antes de traspasar los Pirineos, de vuelta de nuestra estancia en Girona, decidimos pararnos a comer en el restaurante El Moli, situado a 13 Km de La Jonquera, en las afueras de Pont de Molins, bonito pueblo del Alt Empordà, y ubicado en un antiguo molino del siglo XVII, en pleno campo, lindando con el rio Muga y a las puertas del bonito Parque Natural de la Muga. Es también un hotel muy agradable en el que años ha hemos pernoctado varias veces y que dispone de habitaciones de estilo clásico, ahora reformadas, en el antiguo molino y de habitaciones de diseño en una construcción anexa muy moderna, junto a la piscina, perfectamente integrada en el bonito paisaje. Es un lugar al que se va expresamente, no se llega por casualidad.

Hemos estado cuatro o cinco veces en el restaurante, la ultima el 26/10/2013. Este está dirigido por la familia Lladó y su cocina, del Empordà, es tradicional, de temporada, de producto y de proximidad. En el interior posee varios salones en piedra rustica, de estilo catalán, adornados con objetos de labranza y de caza, con las mesas bien vestidas, y bastante bien separadas las unas de las otras. Posee una bonita terraza exterior, que no pudimos utilizar debido a la tramontana que soplaba algo fuerte ese dia, y un bonito parque infantil, para los que van con niños. Tienen un parking exterior muy amplio. El ambiente es desenfadado e informal y el servicio es bueno, amable y de trato familiar.

Llegamos sin tener la reserva confirmada y tuvimos suerte pues una pareja cambió de planes a ultima hora y pudimos obtener su mesa, porque el restaurante estaba lleno hasta los topes.

Mientras ojeábamos la carta de los platos del dia nos ofrecieron unas buenas aceitunas.

Para empezar tomamos :

Saltejat de carxofes, espàrrecs verds i bolets  Salteado de alcachofas, espárragos verdes y setas. Ración muy generosa. Muy bueno

Cors de carxofes fregides acompanyades de salsa romesco. Corazones de alcachofas fritas con salsa romesco. Es un plato que me encanta. Disfrute de lo lindo.

y seguimos con dos platos del mismo producto

Peix del dia al forn (patata, i pebrots. Pescado del día del horno (patata, y pimientos). En este caso se trataba de mero. Perfectamente cocinado. Excelente

De postres tomamos :

Sorbet de mandarina. Sorbete de mandarina. Refrescante y bueno

Café Irlandés. Excelente

El pan que acompañó la comida fue correcto.

Para beber tomamos una botella grande de 1l de agua con gas y dos copas de un correcto vino blanco DO Empordà.

No tomamos cafés.

La cuenta ascendió a 51 €/ persona. Muy buena RCP. (En la puntuación final le pondré buena en lugar de muy buena para llegar a una nota media algo mas ajustada) Buena cocina tradicional catalana de temporada, de producto, y de proximidad en un magnifico entorno paisajístico.

Esta visita nos ha dado ganas de volver y no descartamos hacerlo, en cuanto se nos presente la ocasión y si posible con estancia incluida.

De vuelta a casa de nuestro viaje relámpago a Figueres, nos desviamos ligeramente de la carretera nacional II y nos dirigimos a Pont de Molins, bonito pueblo del Alt Empordà atravesado por el rio Muga, para ir a comer al Restaurant El Moli, situado en un antiguo molino del siglo XVII, en pleno campo, junto al rio Muga, rodeado de trigales y olivos. Es también un hotel, que dispone de habitaciones de estilo clásico dentro del molino y de habitaciones de diseño en una construcción anexa muy moderna y perfectamente integrada al paisaje.

Es la cuarta o quinta vez que comemos en este restaurante, dirigido por la familia Lladó, pero hasta ahora no había hecho ningún comentario. Su cocina, del Empordà, es tradicional, de temporada y de proximidad. En el interior posee varios salones en piedra rustica, de estilo catalán, adornados con objetos de labranza y de caza, con las mesas bien vestidas, y bastante bien separadas. Como hacia un tiempo excelente, optamos por comer en la terraza.

Mientras ojeábamos la carta nos ofrecieron unos chips de Yuca, unas aceitunas y unas rodajas de longaniza.

Para continuar la fiesta micológica del día anterior en Figueres (ver Rest El Motel) empezamos compartiendo en el centro de la mesa :

- Salteado de setas, compuesto de Lactarius deliciosus [rovellons (cat), rovellons(fr), niscalos (cast)], Craterellus cornicupioides [(trompetas de la muerte(cast), trompettes de la mort(fr), trompetes de la mort(cat)], Cantharellus cibarius[( rossinyols (cat), rebozuelos(cast),girolles(fr)] y Boletus edulis (Boletus (cast),Ceps(cat), Cèpes(fr)] con ajo y perejil. Generosa ración y excelente preparación. Muy buenos

Seguimos con :

- Pollo ecológico de corral a la brasa, acompañado de patatas fritas caseras, pimientos verdes y calabacines. MC lo encontró exquisito. Ración muy importante, como tuvo dificultades para terminárselo todo me ofrecí para ayudarle y no me arrepiento...

- Calamares a la romana. Hacia mucho tiempo que no los comía y me apeteció pedirlos. No me equivoqué. Buenos, frescos, con un ligerisimo rebozado, crujientes y al mismo tiempo muy esponjosos. Sabor a calamar... MC también los encontró muy ricos.

No tomamos vino. Acompañamos la comida, con una cerveza de barril y una botella de 75cc de agua de Malavella. El pan fue correcto, sin más. Finalizamos con 2 buenos cafés.

La cuenta ascendió a 22,35 €/ persona. Buena RCP.
Seguiremos volviendo como lo hacemos habitualmente cuando estamos por la zona. Hasta ahora no nos ha defraudado nunca.