Nueva visita, estábamos por la zona sin saber a donde ir, y acudimos de nuevo a este restaurante que tanto nos gustó la vez anterior.

Sábado noche, dos mesas de 4 contando la nuestra. Josep, el joven dueño, un gran profesional. Nada mas entregarnos las cartas, nos pregunto si nos apetecía tomar algo mientras decidíamos. Fueron tres dobles y un vermouth blanco que acompañó con unos cacahuetes y aceitunas cortesía de la casa.

Nos cantó algunos productos fuera de carta, y decidimos pedir varios platos para compartir al centro.

Clochinas al vapor.- Tiernas, sabrosas, de un buen tamaño a pesar de ser clóchinas.

Tellinas.- Flojitas, les faltaba algo de sabor, quizás un poco mas de aceite o limón. Ración abundante.

Sepia a la plancha.- Muy buena, tierna, pequeña como a mi me gusta.

Fritura variada.- Generosa cantidad de mezcla de pescados (salmonetes, pescadillas, palayas, boquerones y calamares). Fino el rebozado, frescura del pescado, perfecta la cocción.

Nos sirvieron pan tostado con tomate y all i oli aparte para untar.

En el apartado postres, compartimos un couland de chocolate, un mus de chocolate y tarta de naranja. Los postres son la mayoría realizados en el mismo restaurante, es una de sus especialidades. La tarta de naranja para quitarse el sombrero.

Para beber, tomamos un par de botellas de Cullerot, el vino blanco del Celler del Roure, fresco y afrutado, con fermentación en barrica que nos gustó a los 4. El servicio consistió en abrir y servir la primera copa sin dar a catar.

Un café remató la cena.

Parece mentira, pero la playa de Tavernes de la Valldigna no tiene restaurantes en primera línea de playa a excepción de este.

Y mas curioso aún es que he ido en infinidad de veces y siempre me había pasado desapercibido.

Local agradable, con unas 15-20 mesas, un poco apelotonadas, pero con espacio suficiente. Evidentemente, al reservar conviene pedir ventana, por las vistas son las mejores. Coperío de batalla, sin concesiones a lujos pero aceptables. Mesas bien vestidas.

Cocina mediterránea, especializada en arroces y pescados. Eramos dos y tomamos los siguientes platos para comer:

ENTRANTES:

Navajas.- De muy buen tamaño, sin nada de arena, un poco pasadas de plancha pero de excelente sabor.

Marisco y pescado del arroz.- Al pedir un arroz a banda especial, tienen por costumbre sacar aparte "abanda" tanto el marisco hervido como el pescado utilizado para el fumet. Al pescado lo limpian de espinas, lo meten en un molde circular y después de desmoldar, lo pintan con un suave ajo aceite. El marisco servido fueron un par cigalas y gambas rojas de buen tamaño, junto con unas canaillas y cangrejos (cuanto tiempo sin comer cangrejos).

PRINCIPAL

Arroz a banda.- Sabroso, nada aceitoso, con trocitos de tomate, perejil y calamar, de color amarillo oscuro, perfecto de cocción y mejor de sabor.

Acompañamos la comida con un par de tercios y una botella de agua. Dos cafés remataron la comida.

Está muy aceptable el lugar, prometo ir mas veces ahora que lo conozco. El servicio muy correcto.