Ambarino claro brillante, destellos cobrizos.
Gran intensidad en nariz, con una complejidad fuera de lo común y un alcohol maravillosamente integrado. Notas de fruta madura en licor, miel de brezo, especias, trazas de turba, frutos secos y recuerdos herbáceos. Tiene un cierto carácter de Jerez, casi seguro que se utilizaron botas jerezanas.
En boca es una fuerza de la naturaleza, es largo, complejo, explosivo y ardiente, pero todo entregado con unos equilibrios casi imposibles. Final especiado, de frutos secos y recuerdos lácteos. Persistencia infinita, como es habitual en este tipo de maltas tan viejos.
Otra espectacular rareza de Speyside que pudimos disfrutar gracias a Mario (El Padre), en este caso se trata de un embotellado de Gordon & Mc Phail procedente de la destilería Glenlivet, con una preciosa etiqueta de G&J Smith. Los 40 años de delicada crianza le han otorgado una profundidad y una elegancia casi sin par. Un espectáculo.
Jeje, si vienes alguna vez más se podrá superar, la vez anterior nos puso un The Macallan 1964 todavía superior a este. Ya viste que en maltas pocos sitios habrá en España con tanto y tan bueno. La verdad que este Glenlivet fue la caña!!!
Por cierto, abrí el domingo el fino que me pasaste y bien, correcto, un poco ya en declive pero se podía beber.
Un abrazo,
Eugenio.
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