Situado en la zona de la playa de Ris, en la bella localidad cántabra de Noja. No está en primera línea, pero entre el hotel y el mar no hay sino una vista desahogada de verde y edificios de pocas alturas.
Un remanso de paz.
Las habitaciones son luminosas, suficientemente amplias, austeras, cómodas. La ducha es excelente, con hidromasaje.
Las zonas comunes son alegres, confortables y tranquilas. Dispone de un buen SPA y campo de golf.
El desayuno-buffet, completo y bien servido.
El precio es increíble, pero es el que yo pagué por una habitación doble de uso individual, y es fruto de la capacidad negociadora de nuestros amigos cántabros que se desvivieron por que la “Quedada Cantabria Infinita 2012” fuera un éxito, y a fe mía que lo consiguieron.
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