Hotel de corte moderno situado en Urritzola - Galain pequeña comunidad situada en el valle de Ultzama. Buenas habitaciones de amplia cama y generosos ventanales que permiten tener unas excelentes vistas de los alrededores. Suelo de parquet, TV pantalla plana, teléfono, luces de cortesía en ambos lados de la cama. Baño amplio con completos adminículos y buena ducha con bañera. Spa pequeño con sauna finlandesa, baño turco, dos duchas, una pequeña piscina con cascada de agua y algunos chorros. Dispone también de otro pequeño cubículo-piscina destinado a dos personas con dos camas de agua con hidromasaje. 4 cómodas hamacas completan el Spa con vista directas al valle a través de unos ventanales.
Comedor junto al living room, de buena presencia, menajes y mantelerías. Pero falla el menú. A día 28 e abril menú único de 2 platos más postres a 32 euros. Con platos buenos pero de sencilla elaboración y sin cantidades extraordinarias. Por una ensalada de 4 gulas y tres langostinos y media paletilla de cabrito pagar casi 35 euros me parece una exageración. El segundo de la otra persona era lubina al horno: media lubina de tamaño piscifactoria (bastante pequeña). Si la ponen entera no creo que pase nada. Y el postre ponía surtido de quesos navarros y resulta que era el mismo queso repetido ocho veces. carta de vinos inexistente. Escasas referencias navarras con inmensa mayoría Gran Feudo y 5 referencias de Rioja aunque del 100% de la carta que igual eran sobre 25 vinos entre todos los tipos, tan solo tenían disponible un 35% aprox. El desayuno corto y de justa calidad (por ejemplo en un lugar donde presumen tanto de sus quesos navarros que haya queso semigraso de barra en el buffet....), jamón salado de poca curación y en cuanto al tema dulce unos croisants pequeños y poco más. Tema caliente servido en mínimas bandejas (chistorra, revuelto y bacon), asñiq ue cada dos por tres faltaba y deberías esperar como 10 minutos a que saliera el siguiente, que volvia a durar 1 minuto. El hotel si no estaba lleno poco faltaba. Personal amable y dispuesto a ayudar.
Resumiendo: muy buen hotel en cuanto a instalaciones y atención pero el tema gastronómico falla no en cuanto a calidad, que está bien, sino a estructura del menú con un precio muy alto para lo que dan . Y el tema del vino es inexistente, en una comunidad donde lees en cada esquina frases y anuncios sobre sus vinos y su ruta del vino. Volvería al hotel sin dudarlo por sus instalaciones y servicio, pero sintiéndolo mucho ni comería ni cenaría.
La calidad precio la baso sobre hotel, sin tener en cuenta la gastronomía.

Cuesta llegar porque no hay indicación precisa en la carretera general, pero la búsqueda vale la pena. Está encaramado en el Valle de Ulzama y ofrece una vista preciosa del mismo. El personal de recepción es amable y los trámites de entrada y salida rápidos. Habitaciones amplias, bien decoradas y con todo el mobiliario de mucha calidad, tanto el del cuarto como, especialmente, en el baño. Correcta dotación de toallas y albornoces. Cama enorme y muy cómoda, ropa de cama y almohadas que llaman al descanso.
Armario de buenas dimensiones, tiene caja de seguridad.
El spa está bien, con saunas húmeda y seca, jacuzzi y una piscina con diversas fuentes de agua, masaje, etc,...
El aspecto gastronómico nos decepcionó un poco, tanto la cena como el desayuno bufé quedaban un poco cortos, no hicieron honor a la gastronomía navarra. Una posible causa puede ser que la ocupación del hotel era mínima, y se veía que la dotación de personal también lo era. Imagino que a pleno rendimiento la cosa debe cambiar, pero en mi experiencia aprobado muy justo en este aspecto.
Las vistas del valle desde la habitación preciosas, del amplio valle del río Ulzama, limitado por montañas verdes y onduladas.
Estuve en este hotel por medio de un pack-regalo de "Estancia-Bienestar" de La vida es bella. Incluía noche, spa y desayuno para 2 personas por 184,90€. La categoría es de 4*.