Bien situado
Hotel con localización inmejorable, al lado de Santa María Novella y de la estación central, que en esta ciudad tiene un gran uso para las comunicaciones nacionales.
El edificio es de arquitectura clásica (algo mas de cien años) con una fachada con escasa iluminación, que consistía en una letrero pequeño encima de la puerta con luz tenue y el letrero en el ultimo piso apagado ¿ahorro?
Puerta de entrada giratoria de madera, de uno en uno y manual: de las de toda la vida, en otras palabras.
Recepción amplia con grandes techos y personal muy atento. Botones varios con un uniforme de los clásicos.
Habitación con un sistema de apertura con tarjeta de lectura y no de introducción, que daba algún problema.
El tamaño de la habitación pequeña, con techos altos con maderas en el mismo, suelo de parquet de aquellos antiguos en tipo espiga, con algún trozo levantado. Muebles clásicos. Calefacción muy alta que se regula bien. Mal aislamiento de habitaciones vecinas.
Colchones cómodos y varias opciones de almohadas, tanto en tamaño como en consistencia.
Baño de tamaño medio, conservando un aire antiguo (baldosines en rombos blancos) pero renovado. Útiles de baño en cantidad aceptable, Toallas de buena calidad y blanco impoluto. Agua caliente con buena presión y con muy buen mezclador.
Los desayunos en el quinto piso, con grandes ventanales, pudiéndose divisar toda Florencia desde cualquier punto en que te sentases. La oferta del desayuno justita con una calidad aceptable. Personal para los desayunos atento y diligente.
En conjunto bien situado, con luces y sombras.