Paradisiaco.

Espectacular resort en la Riviera Maya.

Complejo compuesto por 5 hoteles, que ocupan una vasta extensión de selva caribeña y de playa.

Cada hotel está a su vez dividido en zonas, con bloquecitos diferenciados, con distintos tipos de habitaciones, todas con un máximo de tres alturas.

Estuvimos en la zona llamada Oaxaca, en una Junior Suite Deluxe, dos adultos y dos niños. Preciosa, grande (45 m2), con un balcón que daba a una selva-jardín. Los materiales de construcción, inmejorables.

Régimen de “todo incluido” con alta calidad.

No se cuantas piscinas y restaurantes podrá haber en todo el complejo. Puedes pasar de un hotel a otro, no están separados, incluso hay un “trenecito” (minibús) que va circulando por ahí, dadas las grandes distancias, para que te desplaces con comodidad.

Solo está limitado el acceso al Palace, en el que nosotros estábamos alojados, por darle privacidad y exclusividad al ser el de más categoría de los cinco. Un privilegio, pues en él disfrutábamos de unos restaurantes divinos: “Rodizzio” (Brasileño), “Le Brasserie” (Francés) y “Caribe” (Caribeño), además de Grill y Self Service impresionante. Pese a ser “todo incluido” en ellos (no en el Self ni en el Grill) había que reservar, pues se trataba de muy buenos restaurantes con servicio cualificado. Cenamos un día en cada uno, soberbios los tres. Los mejores mariscos en uno, las mejores carnes en otro y la exquisitez francesa en otro.

Como punto negativo, el vino. Fue lo único que tuve que pagar aparte, pues el que está incluido era pésimo. Menos mal que había una correcta carta (mexicanos, californianos, australianos, franceses, españoles e italianos) que frecuenté a diario ;-). Me resultó curioso y muy de agradecer, el detalle de que, pidieras donde pidieras la botella, si no te la terminabas, te la guardaban bien conservada y la podías recuperar posteriormente en cualquier restaurante del complejo. Sinceramente no se cómo lo hacían teniendo en cuenta las distancias que había entre ellos.

Las zonas comunes, idílicas y variopintas (selva, playa, jardín, piscina de adultos, piscina de niños, piscina-bar, piscina deportiva, piscina de nadar….).

Actividades de todo tipo, con simpáticos animadores.

En la misma playa del hotel, en unos pequeños arrecifes que había, a los que accedías caminando 10 ó 15 pasos desde la playa, te ponías unas gafas de bucear, sumergías la cabeza y descubrías un sinfín de peces, corales, erizos, estrellas…

El servicio numerosísimo y bien formado, jerarquizado, en su mayoría nativos, mayas, simpáticos y solícitos.

Para repetir, y más teniendo en cuenta su ubicación, muy cerquita de Playa del Carmen, Cozumel, Tulum, Cobá, Xel-há, Xcaret… Chichen Itza, Mérida y Valladolid un poco más lejos. También tienes multitud de cenotes en los alrededores. Justo frente al hotel había tres: Cristalino, Azul y Edén.

Imposible aburrirte, no tienes días para ver todo y disfrutar del hotel, pese a que estés lo habitual de los paquetes, 8 días, como estuvimos nosotros.

Recomendado por 1 usuario
  • Más leído
  • Más recomendado

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar