La verdad, no volveríamos...
Para empezar nos dieron la habitación del Torreón, a la que accedes sin ascensor, pq no hay, escaleritas y ala, pa arriba con el equipaje, que nadie se ofreció a llevarnos.
A pesar de ello la cosa tenía cierto encanto, pero el baño era de hotel de una estrella, la bañera estilo antiguo en la plataforma de la misma habitación, el water roto, la tapa agrietada, el suelo lleno de pelos negros, la habitación sin pasar el aspirador...HORRIBLE.
Y mira que tenemos experiencias maravillosas en otros paradores, como el de Santiago de Compostela, que es una maravilla!!!!
Tuvimos que pedir en recpción que nos limpiaran la habitación y pasaran el aspirador, yo ya me hubiera ido, pero habíamos reclutado a una abuela para que hiciera de canguro, y no queríamos desaprovechar la ocasión.
Lerma es precioso, pero este parador no está a la altura, o al menos con nosotros no lo estuvo, ni siquiera nos pidieron disculpas, o nos limpiaron la habitación con prisa, tardaron varias horas...
ya te digo, me quedé de piedra por el trato.
En cuanto al precio no lo se, fué un regalo de mi anterior empresa, un tiquet de esos regalo, supongo que de ahí el trato, pero aún así, en un hotel de esta categoría, ésto es impensable, lo de los pelos ya de cajón.

Es de agradecer que ese palacio ducal tenga por fin una utilidad. Supongo que eso habrá dado más "vidilla" a Lerma. Ambiente castellano en cuanto a mobiliario de las instalaciones, pasillos, habitaciones. Precioso patio central reconvertido en agradable salón-cafetría. Vistas a la Plaza y al pueblo. En cuanto a servicios: los de siempre en los Paradores. Para cenar y copas: mejor fuera. Ya sé que pagamos "más" por "estar en un lugar emblemático e histórico” pero la carta no me atraía...ni los precios. Nos sentamos en una terraza, en la plaza, en frente mismo del Parador. Gin-tonics bien servidos (copas, hielo, etc.) por 5,50€, la mitad que en el Parador. Vale: no se puede comparar el entorno, pero precisamente afuera se estaba tranquilo y fresco, con el mismo Bombay Saphire, y Nordic en el Parador y Schweppes en la terraza.En cuanto a las habitaciones, que es lo que importa, te da la sensación de un viaje en el tiempo. Y que sosiego.