Bueno y con personalidad

Edificio con gran personalidad, junto a la bodega enclavada entre las viñas.

Gran trabajo en los jardines (tanto en conservación como en tipo de plantas con a mi criterio muy buena selección de las mismas y “maridaje” entre ellas) a pesar de las lluvias recientes. Aparcamiento en un lado del edifico con los coches cubiertos.

Recepción muy amable, así como todo el personal de la casa, tanto en cafetería como en el restaurante.

Decoración clásico, pero muy bien realizada, con muebles en distintos ambientes, con tapicerías agradables y nunca chillonas, muy buena iluminación, cuadros abundantes pero de autor. Plantas naturales muy abundantes y flores naturales en jarrones en varios lugares. Ascensores con frente discretos para no desentonar.

Habitación con igual buena decoración, buen aislamiento acústico y buena temperatura.
Baño algo pequeño y televisión antigua y pequeña (no suelo encender el televisor pero en esta ocasión sí, ante las noticias del acercamiento de los famosos vientos…)

Desayuno, con lo de siempre, pero con detalles: todo de gran calidad, café hecho al momento y zumo natural de entonces mismo.