Un clásico en forma

Hotel bien conocido y sin cambios. Esta vez en piso 14 con vistas a la piscina. La decoración muy clásica sin perder funcionalidad.

Es de los que mantiene la obligatoriedad de tarjeta de crédito del cliente a pesar de que la reserva está pagada con anticipación. En este caso renuncié a mkis convicciones y no me negué auqnue luego me arrepentí al ver mis datos escritos en la hoja de ingreso además de mi ficha electrónica; todo ello siendo vcliente habitual y con tarjeta de la propia cadena hotelera. Hay costumbres que deberían erradicarse..

Muy por encima de la media el desayuno en calidad y variedad, más la amplia opción de cocina en el momento y aunque la amablidad no es la mejor virtud del cocinero, sí lo es la elaboración de la tortilla. Bueno el zumo de naranja, bueno el café incluso descafeinado. Demasiada rapidez en la retirada de platos y cubiertos de la mesa (sin espera de clientes) que produce errores por precipitación.

Destacar que está bien comunicado por metro con fácil acceso. Parada de taxis en la puerta y garage propio además de zona azul con fácil aparcamiento.